Los secretos del Palacio de las Aguas Corrientes
 

El Palacio de las Aguas Corrientes: un edificio de fachada majestuosa y corazón técnico

En una nueva edición de Historias de Cemento, junto a Cementos Avellaneda te contamos pasado y presente de este emblema de la arquitectura local a través de un video tour con datos imperdibles.
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El Palacio de las Aguas Corrientes es una de las obras más atractivas y emblemáticas de Buenos Aires, testimonio extraordinario del arte y de la técnica del siglo XIX, que refleja un momento clave en la historia argentina.

El Palacio de las Aguas Corrientes.

Junto a Cementos Avellaneda, en las "Historias de Cemento" de hoy, recorremos el Palacio de las Aguas Corrientes. Este edificio, declarado Monumento Histórico Nacional en 1989, es sobre todo un  “monumento al agua potable y a su importancia para la salud de la población”.

Así es el Palacio de las Aguas Corrientes

Aunque estéticamente es una maravilla arquitectónica, su finalidad principal fue 100% funcional: fue el primer gran tanque distribuidor de agua potable de la Ciudad de Buenos Aires. En este sentido, a fines del siglo XIX, fue el depósito de agua más importante del continente.

La imponente fachada del edificio.

Actualmente, además de oficinas administrativas y de atención al usuario de AySA, alberga al Museo del Agua y a la Biblioteca Ingeniero Agustín González, especializada en Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente, junto a un extraordinario Archivo Histórico de Planos. Por otro lado, el edificio también contiene al Instituto Universitario del Agua.

Curiosidades Cementeras

  1. El peso total del hierro empleado en la estructura fue de 16.800 toneladas. Las fundaciones y las bases, descansaban en un lecho de cemento.
  2. Dentro del edificio se encuentra una de las estructuras de hierro fundido más grandes del mundo: 180 columnas que sostienen 12 tanques, distribuidos en 3 pisos, con capacidad para más de 72 millones de litros de agua.
  3. Está ubicado en Av. Córdoba 1950, en el predio que abarca las calles Riobamba, Viamonte y Ayacucho, a 35 metros sobre el nivel del mar. Este hecho no es casual, dado que al estar en una parte alta de la ciudad, distribuía el agua potable mediante gravitación a la urbe.
En el interior del edificio, se encuentra una de las estructuras de hierro más grandes del mundo.
El caño maestro que distribuía el agua potable hacia los tanques.
Así es el interior de uno de los tanques de agua del Palacio de las Aguas Corrientes.

Símbolos y leyendas del Palacio de las Aguas Corrientes

El edificio, originalmente creado como depósito de gravitación para la distribución de agua potable, cumplió esta función hasta 1978. Hoy en día, el Museo del Agua que se encuentra en su interior es un auténtico libro de historia de la vida cotidiana, contada a través de piezas y artefactos sanitarios únicos. Entre ellos, algunos muy curiosos. A lo largo de la colección se pueden encontrar griferías, cañerías y medidores de distintos materiales y procedencia.

Griferías en el Museo del Agua.
El Museo del Agua es un auténtico libro de historia de la vida cotidiana.

A través del tiempo, surgieron muchas muchas leyendas escritas y no escritas sobre el Palacio de las Aguas Corrientes. Una de las más populares, cuenta que en los tanques se quitó la vida una pareja de enamorados a quienes sus padres no les permitían casarse.

En el plano de las historias escritas, Tomás Eloy Martínez se refiere al edificio en su libro “Cantor de tangos”. El autor relata que en este lugar asesinaron a Felicitas Alcántara, una mujer que desapareció a fines del siglo XIX, mientras paseaba con sus hermanas y dos institutrices. Además, en su best-seller “Santa Evita”, escribió que el cadáver de Eva Perón estuvo un tiempo escondido dentro del edificio.

 
 

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