Composición: mi primer departamento. Apenas pasaron algunos meses de la mudanza desde la casa de sus padres, y Jesus Alabarracin escribe por primera vez -sola- su historia de una casa, un “depto in progress”.
Y así lo describe, en plena gestación, con algunas cosas -muy pocas- traídas de la casa de mamá y papá, muchas más que -por fin- son tal cual las que ella quería y cómo las quería para su primera casa propia y otras tantas cosas por sacar, cambiar y resolver.

En el episodio 13 de para ti DEPTO nos alineamos al significado del número -transformación y renovación- y elegimos el retrato de un primer departamento que aún no se ha revelado por completo.
Un departamento centennial en modo creativo

El departamento de Jesus Albarracin -24 años, estudiante de diseño de indumentaria en la UBA, coordinadora de marketing en Kosiuko, emprendedora de “un pequeño vintage” de colección y venta de piezas de diseño de autor, y aficionada a la creación de contenidos- es un work in progress, un depto en modo creativo centennial: aesthetic, lúdico, libre…
“Me gusta el arte en todas sus formas -completa el perfil de anfitriona Jesus Albarracin- La fotografía, la moda, la historia, el diseño, y desde que me mudé sola ¡también la decoración!”.


A su primer departamento -en Béccar, provincia de Buenos Aires- lo encontró después de buscar durante mucho tiempo.
Lo eligió por su ubicación -tomando como referencia su trabajo y la casa de sus padres-; le gustó su amplitud y su entorno -un complejo cerrado de unidades individuales alrededor de un pulmón/parque verde; pero sobre todo, lo eligió “por la posibilidad de tener una galería con parrilla y pasto para invitar a mis amig@s”.
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El universo Personal de Jesus: “original, llamativo y distinto”

Una alfombrita con la silueta y los colores del arcoíris indica el ingreso a su depto: un luminoso espacio integrado -el living es el todo; más allá la cocina y el exterior- configurado como una escenografía de sitcom gen z -con mega sillón de color intenso y acabados metálicos incluido- y un toque de minimalismo pop.
“Antiserio, color, humor, pop, absurdo, exploración creativa”, dice Jesus cuando le decimos que defina su casa en pocas pero elocuentes palabras y conceptos.

“Lo primero que hice fue restaurar una cama azul que estaba en la casa de mis abuelos y que siempre dije que cuando me mudara sola se venía conmigo. Después, poco a poco, me fui comprando todo lo otro… con una única condición: que todo sea original, llamativo y distinto, por el color, la forma o la textura”.
Así son las cosas en la casa/depto de Jesus. Tras la experiencia de la primera vista del sillón azul todopoderoso y omnipresente, quedan y persisten los detalles: la mesa ratona color amarillo con sus libros fetiche arriba (uno sobre la historia de adidas y el otro, una biblia de joyería en el rap) más dos ceniceros -de ají y berenjena- como las dos mini botas texanas -pimentero y salero- junto a la tele y sobre el aparador, del que “chorrea” un huevo de cerámica surrealista.


Más allá, la vista otra vez se expande frente al entorno -la galería con parrilla y rodeada de vegetación- y se detiene en los detalles: en la mesa exterior ninguna silla es del mismo color que la otra –“mi silla es la amarilla”, indica Jesus- y está servida lista para recibir, con individuales, platos y vasos, todo de diferentes colores.
“Un universo de color y personalidad”, resume la dueña de casa el subtítulo y sentido de su depto in progress. Y lo que hoy parece minimalismo pop, mañana puede ser maximalismo emocional.



“Cada rincón tiene algo que contar -afirma- No sigo reglas de decoración sino que, si algo llama mi atención, confío en eso. Es un caos controlado donde todo tiene lugar si me transmite algo. Es como un collage de formas, texturas, colores vibrantes y un poco de surrealismo”.
La combinación de estilos de un depto con espíritu Generación Z


En el depto de Jesus Albarracin hay algo del explosivo estilo del colectivo Memphis Group que irrumpió en el amanecer de los ´80, un cierto revival vintage, colorido, extravagante, kitsch.. “esa búsqueda por romper con la sobriedad del diseño tradicional, jugando con geometrías, contrastes y una alegría deliberada”, agrega sus propia descripción Jesus.
De repente, algo en el ambiente da que hablar de la colaboración del realizador español Pedro Almodóvar con la firma francesa Roche Bobois llamada "Cromática" y que impuso su apuesta de diseño/cine en Milan Design Week. Y a Jesus le gusta la comparación.


Porque más allá del singular minimalismo en el que parece desarrollarse su escena de la vida cotidiana, se presume un futuro maximalista, teatral (tal vez) y escenográfico (seguro).
“La mesa amarilla, el sillón azul, las sillas color vino y el track verde no combinan: conviven, y esa es la regla de oro”, señala Jesus, que declara su simpatía por “el pop art, el kitsch y el surrealismo… abrazando lo exagerado y lo excéntrico, e introduciendo elementos fantásticos en el diseño -apunta- Los tres estilos celebran la creatividad sin restricciones”.
El departamento para armar de una diseñadora de indumentaria

Hace cuatro años que Jesus Albarracin trabaja como coordinadora del área de marketing de una marca de moda líder y le quedan pocas materias para recibirse de diseñadora de indumentaria.
“Decoré mi depto exactamente como me visto”, dice sobre el juego de relaciones entre la diseñadora y creativa con el armado de su propia vivienda.
“Voy mezclando colores, volumetrías, texturas, estampas, superponiendo pieles y combinando estilos -detalla- Así en mi casa se van creando spots interesantes donde poder hacer contenido”.

El diario de su primer departamento sigue: “Todo lo que ven fue caprichosamente comprado, excepto la cama y algunos detalles que me fueron regalando. Al tener un estilo tan definido y reconocible, les resulta fácil embocarla y me regalan cosas que me gustan y que suman al depto”.
“A cada mueble o pieza de diseño que llega los voy haciendo convivir. Porque cuando no hay ninguna regla ¡todo termina conviviendo fácilmente!”.
“Me falta un montoooón”, asegura Jesus Albarracin, que aprovecha el final para confesar la ansiedad que le provocaba hacer fotos de su casa que autopercibe todavía sin terminar y con algunas cosas que no la representan ni le gustan.
“Quiero poder armarme la mesa de comedor con sus sillas, un escritorio para poder usar con mi máquina de coser, quiero una biblioteca en la entrada, un espejo gigante, alfombras por todos lados… ¡Me falta muchísimo!”, exclama.
Pero también quiere ir de a poco y disfrutando el proceso y el progreso de su primer departamento que ya habita y comparte con lo que tiene y los que tiene alrededor.

“Lo comparto con mi novio, con mis amigas y mis amigos y con mi familia”. Con una rica comida y un vino en la mesa de afuera y mandando la música -de la mesada de la cocina al living-: una playlist “libre, inesperada e intensa”.
Cualquier semejanza con la vida en su “depto in progress” -su primer departamento- no es pura coincidencia.
Producción y Texto: Juan Martín Cutro. Fotos: Cristhian Beliera. Diseño de Tapa Digital y retoque: Darío Alvarellos.







