Ubicado en el segundo piso de un edificio centenario del corazón de Madrid, este departamento de 161 m2 logró transformarse en una vivienda de alquiler turístico gracias a una reforma integral.
Cuando la propietaria lo heredó, encontró el depto intacto, tal y como lo recordaba hace 45 años atrás. Sin embargo, era un lugar dividido en innumerables habitaciones diminutas, con techos altos, un largo pasillo, suelos de baldosas y ventanas en color ocre. La vivienda era la misma de su infancia, sí, sólo que esta vez vio algo diferente en ella: potencial y un desafío.
Con el sello del estudio Carlos Manzano Arquitectos, el proyecto de reforma persigue dos premisas fundamentales:
- Destacar los rasgos característicos de la construcción original.
- Repensar su distribución para acoger un uso adecuado a nuestros días.
La reforma destaca y distribuye mediante crujías (una crujía es una división vertical de un edificio; por ejemplo, en una iglesia, el término generalmente se refiere a la división de la nave en secciones consecutivas).
El departamento está constituido por una secuencia de 6 crujías, 6 secciones consecutivas que definen y guían el espacio.
La crujía 1 alberga el living que se corona con una chimenea y dos pequeños balcones tradicionales madrileños con carácter. En la crujía adyacente, la 2, es donde se encuentra el comedor y la cocina abierta. El acceso a la casa se realiza a través de la crujía 3, convirtiéndose en corazón y espacio organizador de las distintas zonas.
Esa tercera crujía sirve de división entre las áreas privadas y las públicas, existiendo así una separación fundamental entre las zonas de día y las de noche.
Las últimas tres crujías dan paso a las habitaciones, que giran alrededor del patio del edificio.
Respetar el valor y la singularidad de la arquitectura tradicional madrileña es un condicionante fundamental a la hora de conservar el alma y el carácter de la vivienda.
Así, mostrando los techos altos, recuperando las molduras originales, restaurando las carpinterías existentes y dándoles una mayor presencia a los pilares de madera característicos de la estructura de este tipo de edificios, se logra recuperar la tradición arquitectónica y ponerla en valor.
Paralelamente se derriban tabiques para dar pie a un gran espacio en cada crujía, sustituyendo las 3 o 4 estancias que albergaban antes y permitiendo una mejor relación entre los espacios abiertos y bañando el espacio de luz y ventilación natural.
Todos estos elementos se combinaron con acabados actuales y mobiliario de diseño bohemio y escandinavo del siglo XX, que fomentan el diálogo entre lo antiguo y lo moderno.
El resultado es una reforma auténtica en la que se respetaron los rasgos característicos del edificio, resaltando la tradición de la construcción en la ciudad pero adaptándola a un uso actual.
Ficha técnica
Ubicación: Madrid, España
Arquitectos: Carlos Manzano Arquitectos
Área: 161 m2
Año: 2018
Fotos: Amores Pictures
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