El 28 de junio se festeja el Orgullo porque nos educaron en la cultura de la vergüenza por sentir amores diversos. Hay mitos y prejuicios que involucran a la sexualidad. Tradicionalmente se esperaba que todas las personas sean heterosexuales, es decir, que los varones tengan atracción sexual y afectiva hacia las mujeres y viceversa. De esta forma, también se estableció una vigilancia temprana sobre la sexualidad infantil que apuntaba a identificar y "corregir" conductas homosexuales.
Los estereotipos de género son modelos socialmente establecidos sobre conductas esperadas para varones y para mujeres. En nuestra sociedad los estereotipos tradicionales asocian a las mujeres al cuidado del hogar y a la crianza de los hijos y a los varones al trabajo y el sustento familiar. Usualmente se identifica a las mujeres con actitudes de fragilidad y emotividad y a los varones con la fuerza y las actividades físicas.
¿Por qué somos una sociedad que mira con lentes de rareza a las personas que no se comportan siguiendo estos parámetros? Porque una de las condiciones para ser un ‘’hombre o mujer respetable’’ es que sigas ese proceso de conductas esperadas para varones y mujeres.
Y la realidad es que hay “distintas maneras de ser mujer y ser varón”, y por ello está bueno hacer hincapié en la reflexión sobre las formas de “ser varón” y “ser mujer’’ en nuestra sociedad, prestando especial atención a la noción de masculinidad que tiene un predominio social y cultural. Porque “un” modelo de la identidad masculina, que presenta rasgos y características socialmente aceptadas y valoradas como deseables es, en tanto hegemónico y/o dominante, un modelo que asume rasgos y conductas que no da opción a otras formas de masculinidades alternativas a ese modelo.
Si te digo: Movete como un varón, caminá como varón, corré como varón, seguro que tu actitud y conducta no es la misma que si te digo que lo hagas como niña…¿sabés por qué? Porque la masculinidad, eso que construye el ser varón en nuestra sociedad está sostenido por los pilares de: no tenés que ser sensible, debés ser fuerte y no seas ‘’maricón’’.
De este modo, los imperativos son: varones tienen que desear a mujeres, estar siempre sexualmente dispuestos, insistir a una mujer para que ella quiera tener sexo, no demostrar sentimientos, demostrar la fuerza y ser dueño de los cuerpos; lo cual aplica a relaciones con mujeres, pero cuando están con otros varones también lo reproducen. Porque este modelo va moldeando al macho, al varón respetable que sos, porque tenés que demostrar que lo sos y siempre esta masculinidad toxica va impregnando todo tipo de relaciones.
Por ello, históricamente, carecemos de un imaginario erótico donde lo diverso y lo no normativo, también EXISTA. Es tan fuerte la corriente del pensamiento HETERONORMATIVO, que no da posibilidades de expresar los deseos eróticos diferentes y diversos, lo que muchas veces limita nuestro universo erótico. Estamos tan encerrados entre las paredes de la “normalidad”, que ni siquiera nos damos la posibilidad de cuestionar, rechazar y desaprender estas maneras de ser y comportarse socialmente y también en la intimidad.
Es urgente abrir posibilidades de encontrase con los miedos, con la incertidumbre, con el no puedo o no quiero ser de ese modo que me han impuesto y quiero expresarme de otra manera, quiero decir que me gustan otros hombres y por ello no dejo de ser quien soy. Quizás llega un día en el que nuestro verdadero YO, se sienta en armonía con su deseo y no necesite entrar en ningún clóset.
Soy lo que soy, no tengo que dar excusas por ello, decía Sandra Mihanovich, en otros tiempos en los que no había matrimonio igualitario y la homosexualidad era sentenciada al closet, ¿hoy no les parece que es hora de vivir nuestras sexualidades libres y dejar de juzgar?
Fuente: Lic. Analía Lilian Pereyra, Sexóloga Clínica y Educativa
IG: @licenciadaanaliapereyra
