Por qué no hay que aguantar las ganas de hacer pis - Revista Para Ti
 

Por qué no hay que aguantar las ganas de hacer pis

Por qué no hay que aguantar las ganas de hacer pis
Tener ganas de orinar y pensar que podemos retener un poquito más podría generar problemas irremediables en la vejiga. Por ello, hablamos con dos especialistas en urología para que nos cuenten qué debemos hacer para cuidar nuestro cuerpo.
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¿Cuántas veces tenemos ganas de hacer pis, pero algo sucede y decidimos esperar un poco más? Esto podría afectar a tu vejiga, ya que se puede ensanchar y, así, afectar negativamente su funcionamiento.

Los profesionales lo consideran un mal hábito porque va provocando cambios en los tejidos que la componen, que muchas veces son irreversibles y pueden traer complicaciones.

"Normalmente, la vejiga tiene 3 momentos de deseo miccional: la sensación que aparece cuando hay un poquito de líquido, después cuando se sigue llenando y contiene alrededor de 350 a 400 mililitros y, finalmente, el deseo miccional máximo, donde ya no se puede más, duele la panza, hay una sensación de que se va a explotar y se precisa un baño ya", explicó la médica uróloga Florencia Colella (M.N 148.685).

Por qué no hay que aguantar las ganas de hacer pis
Si nos aguantamos muchas veces las ganas de hacer pis, perjudicamos nuetra vejiga.

A su vez, la especialista aseguró que, cuando finalmente ocurre eso, sale un chorro grueso casi incontrolable y a toda velocidad. "Al final, puede pasar que quede una sensación de tener que hacer un poco más, un último esfuerzo, como si algo se hubiese cansado ahí adentro, un pequeño descanso y sale un poquito más", determinó la experta en en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades de los órganos del aparato urinario.

¿Cómo funciona el sistema urinario?

"Los riñones producen la orina, que desciende por los uréteres hasta llegar a la vejiga, que comienza a llenarse, lentamente, sin cambiar demasiado su presión interior, pero cuando el volumen almacenado aumenta, los receptores de sensibilidad que se encuentran allí avisan que se está alcanzando su capacidad, que está llena y que hay que orinar", detalló la doctora María Belén Maza (M.N 146.060) del Centro Argentino de Urología.

Asimismo, Colella estuvo de acuerdo con la uróloga y agregó que, cuando uno se acostumbra a orinar ante el deseo miccional máximo, se le está pidiendo a la vejiga que aguante un poco, que se estire más, que se llene más y que sienta un poco menos.

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Pedirle a la vejiga que aguante un poco más puede desencadenar en otros problemas más graves e irremediables.

Pero ¿qué pasa cuando la vejiga avisa que está llena y se pospone la micción? "Si solo se hace algunas veces por encontrarse lejos de un baño, no hay problema, pero si se realiza a menudo, se genera un hábito retentivo, que es una mala costumbre que suele comenzar desde edades tempranas y que puede traer complicaciones en el corto y en el largo plazo", aseveró Maza.

Los efectos de aguantarse las ganas de orinar

A medida de que uno se va aguantando cada vez más las ganas de ir al baño, la vejiga va modificándose para cumplir con el pedido.

"El músculo que ayuda a vaciarla va cambiando, de a poco va dejando de hacer su trabajo de manera eficiente. Y así es como empieza a no evacuarse completamente, le queda orina residual adentro luego de miccionar. Eso provoca infecciones urinarias, se forman piedras, genera disconfort al orinar", subrayó Colella.

Los efectos que suceden cuando se aguntan las ganas de orinar son diversos:

  • Al retener períodos prolongados, se puede generar una contracción excesiva del suelo pélvico que luego puede promover dificultad para iniciar la micción.
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Si aguantamos las ganas de hacer pis constantemente, la vejiga se vuelve hipoactiva.
  • Si no se la evacúa, los receptores de sensibilidad se van acostumbrando a altos volúmenes y, de a poco, podrán avisar con menos frecuencia que hay que orinar. Se creará una vejiga alterada, de muy alta capacidad, que deja de llenarse y de vaciarse adecuadamente.
  • Esta variación de la forma de la vejiga puede conducir a un órgano hiperactivo, que es la contracción involuntaria del músculo vesical durante el llenado. En el largo plazo, la vejiga puede volverse hipoactiva, lo que significa que es incapaz de contraerse adecuadamente y las micciones son incompletas. No vaciarla completamente puede conducir a padecer infecciones e incontinencia urinaria.
  • También puede producirse una micción disfuncional, es decir, la descoordinación entre la contracción del musculo de la vejiga y la relajación del esfínter.
Por qué no hay que aguantar las ganas de hacer pis
Aguantarse las ganas de hacer pis puede provocar la descoordinación entre la contracción del musculo de la vejiga y la relajación del esfínter.

Cómo cuidar tu vejiga

En todo el proceso de hacer pis intervienen órganos, músculos, el sistema nervioso, sentidos y, también, costumbres y hábitos aprendidos.

"Se recomienda orinar aproximadamente entre 6 y 8 veces por día. Ésto puede variar según el tipo de alimento consumido, la cantidad bebida de agua y la época del año, pero si desde al despertarse por la mañana y hasta pasado el mediodía no se vació, es una alerta", expresó la médica del centro mencionado.

Sin embargo, es necesario seguir algunos pasos para cuidar tu vejiga:

  • Cuando surjan ganas de hacer pis, ir al baño.
  • Puede que, ocasionalmente, tengas que aguantar. Si es algo aislado, no hay problema, pero que no se vuelva una costumbre.
  • Es esperable orinar cada 3 o 4 horas durante el día. Es decir, vaciar la vejiga de 6 a 8 veces en el día.
  • Por la noche, se puede ir una vez o ninguna, y eso está bien.
  • Tampoco es recomendable ir a hacer pis sin tener ganas porque provoca un esfuerzo abdominal y del suelo pélvico innecesario. Esto puede hacer que la vejiga se vaya acostumbrando a contener cada vez menos cantidad de orina.
  • Aprender y enseñar hábitos miccionales saludables.

Además, Maza destacó que, en el caso de las mujeres, hay que orinar relajando los músculos y sentarse cómoda con las piernas a más de 90 por grados. "Se recomienda evitar hacer fuerza con la panza, tomarse el tiempo necesario y no apurar el vaciado. Al empezar, no cortar el chorro", sentenció la especialista.

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