La voz de Dafne Cejas enamora. Su hablar es dulce y pausado y cada palabra suena como una melodía donde las palabras exactas conectan en cada respuesta y se coordinan en un ritmo seductor. Si uno no la conociera, podría imaginársela tal cual su hablar: elongada, elegante y de movimientos femeninos. Y es esa femineidad su estandarte. Sus rasgos no son los típicos que el denominador común tiene registrados para una modelo que empezó su carrera en el año 2010. En Dafne ser esa avis rara fue el pasaporte a una carrera internacional con un trayecto desde su Córdoba natal pasando por Buenos Aires para desembarcar en Nueva York.
-Sos de la generación de modelos bisagra, aquellas que no cumplían con los requisitos tradicionales del momento. ¿Te sentís parte de una generación que rompió o empezó a romper el molde de las modelos tradicionales?
-Me pasó estando en Nueva York. La idea de moda que uno tenía en la cabeza, o que yo tenía en la cabeza, cambió cuando vi como eran mis compañeras: ¡wow son altas como yo, otras son flacas como yo, otras son raras! Bueno, hay un lugar para para nosotras, para mí. Entonces fue que justo mi agencia que en ese momento era Supreme, tenía como 30 modelos que eran como medio aliens (risas), y entonces dije "¡bueno, me encanta!". Me sentía parte. También estaban las chicas que tenían una belleza más tradicional o chicas que tenían otras estaturas y otros cuerpos y otros tipos de bellezas. Entonces sí, desde ese lado me siento parte.
-¿Alguna vez te sentiste el patito feo?
-Sí, pero en ese momento fue el click de "che, se puede hacer algo con esto" (risas)
-Durante tu carrera, ¿resignaste fama o trabajos por no cumplir con determinados requisitos que te pedía la moda?
-Sí, pero no sé si fama. Empecé muy chica y hubo cosas personales que sí tuve que resignar (familia, relaciones, amistades). Y también por exigencias del trabajo mismo. No muchas pero hubo algunas. Por ejemplo, temas de contratos, estaba trabajando para una marca y me quería otra marca que a su vez no quería que hiciera otros trabajos… No sé, cosas así. Eran trabajos buenísimos, pero si estabas con una no estabas con la otra. Lo mismo ocurría con los fotógrafos.
-¿Te costó la carrera de modelo?
-No, la carrera en sí no me costó. Al principio me costó acostumbrarme a un cambio muy grande. Desde que me descubrieron en Cosquín Rock hasta que me fui, pasaron meses y de pronto estaba trabajando en Nueva York y fue como un montón. Pero bueno, las emociones el tema familiar y demás y tenía un novio en ese entonces. Después tuve un momento de realmente replantearme: "¿es lo que quiero hacer?". Y por ejemplo veía que otras estudiaban.
-¿Llegaste a no disfrutarlo en algún momento?
-Lo disfruté mucho. Recuerdo hablar en terapia de replantearme situaciones. Hay que tener la piel súper dura porque hay que bancarse que, por ejemplo, te digan "no me gusta tu cara" o cosas así. Y el terapeuta me decía "eligiste mal". La verdad es que estás ahí en el spotlight, tenés que bancártela o elegiste mal el trabajo. Aprendí que es un aprendizaje, aprendí a ver que no es personal y que es por la excelencia del trabajo.
-¿Qué te dejaron esos años como modelo?
-Miles de experiencias muy buenas, porque la verdad no tuve malas experiencias, fue un aprendizaje intensivo desde el día uno. Fue aprender a trabajar, aprender los nombres con quienes trabajaba -sean diseñadores, editores, estilistas, peluqueros, maquilladores, las marcas, las revistas, etc-. También aprender a caminar. Incluso saber que París es la capital de la moda que se disputa el puesto con Nueva York, temas que parecen frívolos pero hacen a la modelo.
Dafne y el arte
Si bien el año pasado estuvo nominada al premio Martín Fierro de la Moda como mejor modelo y, además, coordinando desfiles y campañas a un ritmo sostenido, desde hace un par de años existe otra carrera que, si bien todavía está en un proceso de estudio, ya tiene un presente laboral.
-Específicamente, ¿cuál es la carrera que estudiás?
-Estudio historia del arte en la Universidad de Palermo. Lo hago de manera online y también curso presencial, ya que hay una parte de la carrera que exige la presencialidad. Este año debería terminar.
-En el camino ocurrieron cosas…
-En el medio empezaron a surgir proyectos, fui conociendo gente, artistas. También gente vinculada con la moda que trabaja en arte, y charlando salieron proyectos que para mí está buenísimo porque no sentí ese vacío entre una profesión y otra, o entre algo que uno quiere hacer y lo que uno está haciendo.
-Entonces, descubriste que te gusta la curaduría de arte, ¿cómo llegaste ahí?
-De casualidad. La historia del arte es más académica, hay que leer mucho, cosa que me encanta. Son como los saberes digamos, es la voz del saber. Y la curaduría es esta figura nueva en el arte que viene a poner en diálogo al público con la obra y requiere para mí de estos saberes, del contacto, de la actualidad que uno pueda despertar o pueda ayudar al artista a transmitir su obra.
-¿Habla de subjetividades entonces?
-Sí, totalmente y también hay casos y que ves que están tirados de los pelos, que en una obra te quieren hacer ver algo que no es. Entonces todo eso me me resultó muy interesante y me gusta cómo aplicar lo que estoy estudiando a eso. Y el contacto, porque curar una obra es estar el contacto con el artista, con la obra, con conocerlo, saber qué siente, qué quiere transmitir.
Barrakesh, un espacio cultural
Dafne nos recibe en su nuevo proyecto, un espacio cultural en Barracas que nació en mayo del año pasado. Una casa tradicional con cuartos que ofician de Bunkers para cada uno de los integrantes de esta familia de cinco amigos que también comparten este espacio laboral llamado Barrakesh.
El team lo forman, además de Dafne, Javier Pita, director artístico, ambientador y quien los convocó para formar Barrakesh donde también comparte espacio con la productora L’Pita. Carlos Carabia Gómez, con quien Dafne codirige el espacio es, además de la pareja de Javier, médico, dj y amante del arte. Gabriela Yaceszen, coleccionista y gestora cultural de nuestro espacio y Sara “Kiwita” Stewart Brown, artista plástica que tiene ahí mismo su taller.
-¿De qué se trata Barrakesh?
-A Barrakesh lo planteamos desde el día uno respecto de lo que no queríamos. Podríamos ser una galería pero dijimos: seamos un espacio cultural, hagamos un aporte a la escena cultural tal cual está, no solo al arte porque puede ser música, puede ser cine o ser cualquier otra disciplina, pero desde un lugar que sea dinámico, que se mueva, que pasen cosas. Que no sea un lugar donde uno entra y hay que entrar con escarpines, que no podes respirar fuerte. Acá es todo lo opuesto.
-¿Cómo hacen para ponerse de acuerdo los cinco? ¿o en ese desacuerdo está el acuerdo?
-En los desacuerdos, a veces, está el acuerdo. En los artistas que llegan y en los que buscamos. También recibimos propuestas de artistas que quieren estar. Entonces lo charlamos, lo analizamos con el grupo, qué aristas vemos. Queremos también que el arte que llega a Barrakesh comunique cosas y que no sea una experiencia muy superficial. Entonces, si bien desde un lado es siempre súper apartidario y respetuoso, siempre apunta a temáticas actuales: disidencia, el medio ambientre, la sustentabilidad. Y la sensibilidad misma del artista y darle lugar a que los artistas encuentren un lugar donde explorar sus ideas con el espacio.
- Este año Barrakesh cumple un año, ¿dónde querés o quieren legar con este desafío? ¿Sigue siendo un desafío?
- Sí, todos los días. Ahora un gran desafío es afrontar la agenda que arranca en febrero. El año pasado también fue un desafío ya que cada uno de los 5 integrantes tienen además sus trabajos, y entonces coordinar las agendas de cada uno y el tiempo que uno le pudo dedicar a Barrakesh requirió un montón de tiempo, y lo armamos y lo dimos todos.
Este año el desafío es de entrada ya que tenemos tres muestras y seguramente van a ser muchísimas más. Para nosotros no se trata solamente de traer al artista, inaugurar la muestra y ya, también nos ocupamos de hacer las activaciones, está el cóctel, en el medio hacemos una noche de música o como el año pasado que a último momento se me ocurrió una noche con realidad virtual aprovechando que también estaba la obra de Cloe Galaso.
- Ahora que estás en el behind the scenes de las dos carreras, ¿hay similitudes con la moda y en un momento y eso fue lo que te ayudó un poco más con este trabajo?
- Sí, para mí la moda es arte, para mí un diseñador, un fotógrafo hacen arte, un estilista hace arte. Atrás hay un proceso creativo que siempre me gustó, me encanta saber como se hacen las cosas. Me gusta sentarme con mis amigos diseñadores que me cuenten cómo hacen una prenda, cuánto tiempo la bordan; como los fotógrafos mueven la luz para que se vea la foto o como es eso de la pose exacta, etc. Como siento que son muy afines y se acompañan muy bien entonces, por eso, no sentí la necesidad de dejar de ser modelo ni decidirme por una o por la otra sino que quiero ver si las puedo emparentar.
- ¿Te imaginás algún evento donde puedas combinar arte y moda acá en Barraesh?
- Sí. El año pasado tuvimos el pop up de un diseñador emergente que ocupó la sala arriba y armó una tienda beduina. Esa es una idea pero además sí queremos hacer y hay un proyecto con unos talleres para que, aparte de hacer moda sustentable, reutilicen descartes y retazos aprovechando que en Barracas hay varias fábricas. Estamos siempre abiertos a recibir ideas y propuestas.
- ¿Qué se viene en lo inmediato en Barrakesh?
- El 25 de febrero inauguramos la primera exhibición del año que es un colectivo de seis artistas de distintas partes del interior del país, es todo pintura y va a estar buenísima.
- ¿Vas a participar en la curaduría de este evento?
- En esta muestra no, ya viene curada por una curadora. Sí estuvimos viendo a los artistas.
- ¿Cuál curaduría estás preparando para Barrakesh?
- Será para después de mayo, seguramente. Es una muestra de pintura y realidad virtual. Y también hay otra que todavía no puedo adelantar nada ya que estamos en tratativas.
- Soñá en grande, ¿hasta dónde queres que llegue Barrakesh?
- Hablo por mí y por el equipo y creo que todos conincidimos en esto, que es realmente seguir generando. Y no es por creérnosla, pero sentimos que es un gran aporte que sale de nuestro corazón, es genuino, por eso no recibimos apoyos de nadie, los sustentamos nosotros. Y también cada artista que pasa nos apoya con el mantenimiento del lugar para que el que viene atrás lo pueda seguir usando.
- ¿Y qué más?
- Nos llegan un montón de propuestas de gente a quienes les sirve la filosofía de Barrakesh y que necesitan tener un espacio en Buenos Aires, que es nuestro centro de arte como país. Cuando digo algún artista me refiero a un músico, un escritor, etc. Me gustaría que Barrakesh crezca en espacio, crezca en la calidad, en cantidad de artistas y que algún día podamos tener residencias que es algo que siempre está ahí, latente, es decir poder recibir artistas que podamos hospedar y que por un plazo de tiempo puedan producir obras que después se exponen acá. Consideramos que las obras van muy atadas a lo que produzcan durante el tiempo de la residencias.
Dafne íntima
- ¿Cómo sos puertas adentro?
- Soy siempre inquieta, todo el tiempo. A veces insoportablemente inquieta. Y también soy tranquila. Me enojo poco. Me gusta mucho trabajar con gente comprometida y que tienen palabra, soy muy de la palabra. Podemos llegar tarde, pero si quedamos que venimos, venimos y estamos. Como que me me mueve mucho eso y soy muy amistosa. Soy muy, muy detallista y exigente a veces. Bastante curiosa, siempre quise saber todo. Y con la moda también, siempre considero las cosas como desafíos que me gustan cumplir, entonces me pongo siempre esa meta. Por ejemplo, si vamos a hacer la foto, vamos a hacer la foto que sea espectacular y nos vamos a quedar hasta lograrlo.
- ¿Con Barrakesh sos también así?
- Voy por ahí también. Mi curaduría quiero que sea bárbara y entonces le escribo a mi profesora de curaduría y se lo mando, le escribo a mi profesora de estética y se lo mando. Antes le mandaba los textos a mi viejo que escribía increíble y me decía esto no, esto sí… soy bastante obse (risas).
- Te enriqueces de la sapiencia y del conocimiento de los demás.
- Totalmente, y del equipo de acá también. Somos un grupo que nos vamos tirando tips y apoyando entre todos.
- ¿Si tuvieras que definir tu look, cuál sería cómo sería?
- Depende, tengo de un montón de looks (risas). Me encanta ser super elegante, aunque en mi día a día soy muy simple: jeans, remera y zapatillas. También me gusta vestirme y esperar el momento para hacerlo, entonces ahí es con todo. En casa, tranquila, me gusta mucho el look tomboy con un rodete.
- En tu guardarropas, ¿cuánto hay de tendencia y cuánto hay de tu propio estilo?
- No soy de comprar mucha tendencia, compro lo que me gusta, compro muchas piezas vintage que me encantan y no solo piezas vintage de moda. Tengo kimonos de seda bordados a mano de los años 20 que compré en un vintage en Japón que no sé si algún día los voy a usar. Quizás si, no sé, me gusta tenerlos, coleccionarlos. Sí soy de comprarme algún zapato que me gusta o prendas del estilo.
- ¿Sos tu propia musa?
- Mmm no sé si soy mi propia musa. Lo que aprendí es a darme una palmadita a veces y decirme ¡che, qué bueno, eh! Como soy muy exigente conmigo misma eso lo aprendí con el tiempo, y de hecho a veces es mi mejor consejo a mis amigos. Frenar un poco, darme vuelta y ver que no lo estoy haciendo tan mal. No es ego, va por otro lugar, siento que me aploma más.
- ¿Sos feliz?
- Muy feliz, me siento completa. En lo laboral me siento acompañada, apoyada, trabajando con un gran y lindo grupo humano. Y en casa tengo un gran compañero y una familia.
La muestra es de Cloe Galaso en Barrakesh
Esta obra marcó un desafío en Barrakesh ya que produjeron a la artista. La curaduría estuvo a cargo de Dafne en un trabajo que llevó más de un año, primero en Nueva York, en Uruguay y también en Buenos Aires. Cloé estudió metafísica china y desde ese momento y a raíz de una pregunta que le hizo su maestra sobre la energía, ésta la atravesó y dice presente en toda su obra con formas que se repiten constantemente, formas que para la artista representan la materialización de esa energía. La muestra está compuesta, entre otras piezas, por esculturas de diferentes tamaños y oleos.
Fotos: Chris Beliera.
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