Su hijo tenía un pronóstico "incurable e irreversible", lo encomendó a Carlo Acutis y se revirtió la enfermedad: éste podría ser el primer milagro del beato en Argentina - Revista Para Ti
 

Su hijo tenía un pronóstico "incurable e irreversible", lo encomendó a Carlo Acutis y se revirtió la enfermedad: éste podría ser el primer milagro del beato en Argentina

Patricia Sialle es mamá de Emiliano, de 17 años, un adolescente con diagnóstico de poliquistosis bilateral de riñón, un enfermedad que va deteriorando la función renal hasta necesitar diálisis y posteriormente trasplante. En noviembre del año pasado, su salud empeoró y los análisis evidenciaron bajo rendimiento funcional renal. Por WhastApp, Patricia recibió una cadena de oración de Carlo Acutis y le rezó. "Es un milagro", le expresó la doctora cuando vio los resultados de nuevos análisis que indicaban una asombrosa mejoría.
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Patricia Sialle y Carlos Diósquez estaban sentados en la primera fila de bancos frente al altar donde estaban las reliquias de Carlo Acutis en una iglesia de Añatuya, Santiago del Estero. Conmovidos, agradecidos y con los ojos puestos en las reliquias y la imagen del Santo Millenial. Su hijo, Emiliano, revirtió su enfermedad después que Patricia lo encomendará a él. Por eso, allí mismo ella le prometió al beato llevar a Emiliano a visitar su tumba en Italia.

Carlo Acutis era un italiano que nació el año 1991 y murió a causa de un cáncer cuando tenía sólo 15 años. Su manera de vivir el cristianismo y afrontar la muerte está inspirando a millones de seguidores y por ello la Iglesia católica lo declaró beato el 10 de octubre de 2020 en Asís. De a poco se van conociendo milagros que ocurren por su intersección. Y lo que pasó con Emiliano, el joven santiagueño de 17 años, podría ser el primero conocido en Argentina.

Para Ti se comunicó telefónicamente con Patricia, quien expresó: "Quiero compartir como un modo de dar testimonio de la misericodia, del amor infinito de la entrega del beatro Carlo Acutis porque tengo un hijo de 17 años, con poliquistosis bilateral de riñón. Es una enfermedad que no se cura, y los médicos controlan la funcionalidad del riñón, porque en caso de que baje su rendimiento tiene que ir a diálisis y posteriormente a trasplante".

"El año pasado tuvo una crisis por su enfermedad, le subió la presión, tanto que le empezó a sangrar la nariz. Aquí en Santiago no hay medico especialista que trate la enfermedad, por eso siempre vamos a Córdoba", explica Patricia.

Patricia con las reliquias de Carlo Acutis.

La enfermedad renal poliquística es un trastorno hereditario en el que se desarrollan grupos de quistes principalmente dentro de los riñones, lo que hace que estos se agranden y pierdan su función con el tiempo. Los quistes son sacos redondos no cancerosos que contienen líquido. Los quistes varían en tamaño y pueden hacerse muy grandes. Tener muchos quistes o quistes grandes puede dañar los riñones. La enfermedad renal poliquística también puede hacer que se desarrollen quistes en el hígado y en otras partes del cuerpo. La enfermedad puede causar complicaciones graves, como la hipertensión arterial y la insuficiencia renal.

Cuando a Emiliano se le complicó el cuadro, estábamos en medio de la pandemia y no se podía viajar a otra provincia. "Yo estaba loca, desesperada porque nunca le había pasado que le subiera la presión (a mi hijo lo diagnosticaron a los 10 años). Estábamos desesperados. No podíamos salir, ni desplazarnos... Y me llega por WhastApp, una cadena", comenta Patricia.

Inmediatamente aclara que ella trabaja como docente en doble turno así que no tiene tiempo para abrir las cadenas, pero no sabe por qué, ésta la abrió y le apareció la foto del beato Carlo Acutis. "Tenía una oración abajo, entonces me puse a investigar en internet y ahí lo conocí. Y vi que había hecho un milagro con un niño en Brasil y que era un beato que ayudaba a los jóvenes. Entonces, empiezo a pedirle con toda mi fe que interceda por mi hijo ante Nuestro Señor para que él esté mejor, para que no tenga que llegar a tanto", cuenta Patricia.

Mientras tanto le hacen estudios a Emiliano en Santiago del Estero. "Salieron muy mal: mostraban que los riñones habían comenzado a deteriorarse. Yo rezaba y le pedía al beato que lo ayudara. Empezaba a encontrar pequeñas coincidencias: mi marido se llama Carlos y a mi hijo, toda mi vida, le he dicho "Cutis" de apodo. Eran como señales que Dios me daba", dice Patricia convencida.

Carlos, el papá de Emiliano, agradeciendole al beato el milagro con su hijo.

Dos semanas después consiguieron el permiso para llevar a Emiliano a Córdoba. "Cuando la doctora lo ve me dice: "este es el comienzo del deterioro, aquí empieza realmente la enfermedad. Vamos a repetirle unos estudios". Le hacen ecografías y tomografías "porque esta enfermedad provoca también quistes en hígado y cerebro", nos explica.

Y emocionada comenta que "Cuando me entregan los resultados del laboratorio donde se mide la funcionalidad de los riñones, la doctora sale con una sonrisa de oreja a oreja. Me dice "esto es un milagro. Los análisis están limpios como si no tuviese absolutamente nada. Está todo limpio, está todo más que bien. Sigue con los quistes pero es como que estuviesen dormidos"".

Carlo Acutis poco antes de morir.

Ahora Patricia espera por "otro milagro" del beato. Su único hermano está grave, internado por COVID, entubado. "Con él me pasó algo similar... Cuando nos dieron un parted de terapia intensiva muy malo, yo estaba mal y triste, abrí algo en el celular, no sé si era Instagram, facebook...Y me llegó por internert la foto del beato con la noticia de que venía a Santiago del Estero la reliquia. Ahí mismo dije "quiero estar ahí porque tengo mucho que agradecer", cuenta.

Y agrega: "Pensé que no íbamos a llegar porque daban número para entrar, sólo podían acceder 20 personas. Pero cuando íbamos a entrar a la ruta que lleva a Añatuya encontramos la caravana que llevaba las reliquias. Así que llegamos primero con él y me tocó estar en el primer banco. Es como me estuviera diciendo "sentate aquí que sé de tus problemas"".

Y para cerrar señala: "Yo quería estar ahí porque Dios me lo puso en el camino para que me ayudara con la salud de mi hijo y ahora, la de mi hermano. Confío que me va a ayudar... Esa es mi historia con el beato. En agradecimiento le prometí que no sé cuándo ni cómo voy a llevar a Italia a mi hijo, donde está sepultado. Hasta el día de hoy, Emiliano lleva una vida normal dentro de sus limitaciones. Cuidándose de no golpearse, ni de enfermarse, hace clases virtuales, pero gracias a Dios y al beato, mi hijo está bien. Ese es mi testimonio y el motivo que a mí me moviliza".

Más información en parati.com.ar

 

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