Hay un nuevo rascacielos en Nueva York. Si bien es cierto que en esta ciudad hay una abundancia de estas construcciones, el 'skyline' presenta una silueta de lo más singular y los amantes de la arquitectura sueñan con conocerlo ya que se trata del rascacielos más delgado del mundo, al menos hasta el momento.
Ubicado en la Billionaire's Row y bautizado como 111 West 57th Street, ya forma parte del Libro Guiness de los Récords y se consagra como una de las más espectaculares del mundo. Tiene 435 metros de altura (que incluyen 184 plantas y una corona de acero decorativa de 91 metros), pero solo 18 metros de ancho en la base.
Gracias a la colaboración de los promotores JDS Development Group, Property Markets Group y Spruce Capital Partners; los prestigiosos estudios de arquitectura SHoP Architects y Studio Sofield, hicieron realidad este monumento al diseño que rinde homenaje a los rascacielos más icónicos y célebres de la Edad de Oro del diseño arquitectónico de la ciudad de Nueva York y muestra una serie de elegantes escalones emplumados que se estrechan delicadamente en la fachada sur a medida que se eleva hacia el cielo.
Todos los interiores del también consagrado como el segundo edificio residencial más alto del hemisferio occidental, están pensados para representar el mayor de los lujos, desde el vestíbulo principal en el que se destaca la piedra caliza, el mármol, el acero y el terciopelo, hasta las viviendas en sí mismas.
Todos los dormitorios principales tienen techos que se elevan hasta los 4,3 metros, disponen de ventanas de piso a techo con maineles de bronce, mientras que los baños cuentan con paredes y suelos con terminaciones de placas de ónix blanco veteado, una bañera de metal pulido diseñadas por William Holland y adornos de bronce fundidos por P.E. Guerin. Por su parte, las cocinas ofrecen diseños personalizados por Studio Sofield y hechos por Mark Wilkinson para Smallbone de Devizes.