Enuresis y control de esfínteres: todo lo que tenés que saber antes de sacarle los pañales a tu hijo - Revista Para Ti
 

Enuresis y control de esfínteres: todo lo que tenés que saber antes de sacarle los pañales a tu hijo

La Dra. Roxana Anahí Timo, médica (MN 88956) brinda en esta nota todo lo que debemos saber acerca del control de esfínteres, la enuresis y el momento ideal para enseñarle a nuestros hijos a ir al baño.
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El control de esfínteres es una pauta madurativa que los niños desarrollan entre los 2 y 4 años. Alrededor de esa edad, al completar la maduración de las fibras nerviosas de la vejiga y esfínteres, el niño alcanza el desarrollo neurológico que le permitirá el control de esfínteres y la evacuación de recto y vejiga.

Como todo proceso madurativo, es resultado de un aprendizaje que no es lineal y puede tener avances y retrocesos. Este proceso de maduración es variable en cada niño y en algunos casos puede darse en forma tardía, de manera que el control de esfínteres recién se consigue alrededor de los 6 a 8 años. En estos casos, suele haber antecedentes familiares.

Por otro lado, es un hábito que el niño adquiere en el contexto de su desarrollo, por lo cual puede ser afectado por múltiples factores. Como aspectos psicoemocionales, biológicos o sociales.

Condiciones para que tu hijo logre dejar los pañales

Para que se den las condiciones adecuadas para que el niño inicie este aprendizaje, el mismo debe:

  • Tener noción de su esquema corporal y reconocer las diferentes partes de su cuerpo.
  • Poseer la destreza motriz que le permita agacharse, girar o bajar del inodoro.
  • Estar en condiciones de comunicarse con sus tutores y confiar en sus capacidades.
  • Sentirse confiado, sostenido y en un ambiente de seguridad.
  • Haber alcanzado la maduración neurológica del sistema genitourinario, que le permita reconocer las señales.

Por lo general los niños comienzan a controlar sus esfínteres primero de día y luego de noche, y se controla primero la orina y luego las heces. Las nenas suelen ser más precoces que los varones.

Un dato interesante es que 90% de los niños controla esfínteres entre los 2 y 3 años sin necesidad de entrenamiento o acompañamiento de los mayores, por lo cual no suele ser buena idea poner excesivas expectativas y entrenarlos con insistencia para que lo logren rápidamente. Otra actitud común entre los padres es comparar entre hermanos o reprobar, retar o humillar al niño que es más lento en este aprendizaje.

Es muy importante considerar que, ante situaciones de stress emocional del niño puede verse una regresión. El niño puede tener un período en el cual parece que se estanca en su aprendizaje y cualquier situación que cambie la dinámica familiar (nacimiento de un hermanito, mudanza, separación de los padres, inicio del jardín, fallecimiento de un familiar cercano), puede interferir, haciendo que pierda la pauta madurativa ya alcanzada.

También es clave considerar, que no es lo mismo si el niño logró el control de esfínteres y luego lo perdió, a los casos de enuresis primaria, donde en general vemos antecedentes familiares de enuresis, con una maduración más lenta de la vejiga y la adquisición más tardía del hábito.

Qué hacer antes de sacarle los pañales a tu hijo

Algunos pasos para comenzar este aprendizaje son:

  • Cuando notamos que el niño ya presta atención a su genitalidad, período clásico de la etapa genital entre los 2 y 3 años, podemos empezar por colocarle ropa interior y sacarle el pañal durante el día.
  • Le pediremos que nos avise si tiene ganas de ir al baño, para nosotros acompañarlo. Podremos comprar un inodoro pequeño, pelela o llevarle al inodoro convencional.
  • Las primeras veces, sucederá que el niño se orina encima antes de llegar al baño. En ese caso, le cambiaremos la ropa interior y nos cuidaremos de no retarlo ni censurarlo, repitiendo nuevamente la consigna.
  • Con el entrenamiento, los niños van logrando el control de esfínteres. En esta instancia, lo acompañaremos al sanitario, sin interferir y solo ofreciéndole nuestra ayuda si la necesitara.
  • Una vez que adquieren un adecuado control durante el día, le sacaremos también de noche el pañal, cuidando de cubrir el colchón con un plástico. Podemos despertarlo temprano en la mañana para ir al baño, para luego seguir durmiendo.
  • En ningún momento el niño debe sentirse presionado, apurado o inseguro. De manera que, si realizamos una salida o vamos de vacaciones, quizás no sea el momento de probar con el entrenamiento.
  • En un período variable, que suele ser de algunos meses, la gran mayoría de los niños logra el control completo de día y noche, si bien como ya citamos, el proceso no es lineal, se da naturalmente en la gran mayoría de los niños.

Se llama enuresis a la pérdida del control de esfínteres o incontinencia urinaria involuntaria, ya sea diurna o nocturna. La enuresis primaria se asocia a la maduración tardía de la vejiga, como ya citamos. La enuresis secundaria puede deberse a factores psicoemocionales o alguna patología orgánica.

Qué puede suceder cuando el niño no logra el control de esfínteres

Cuando el niño no desarrolla el control de esfínteres y además existen indicadores, o ante la sospecha de una patología orgánica que se manifieste de esta manera, siempre se debe consultar al médico, para el adecuado abordaje y tratamiento.

Algunas causas de enuresis secundaria:

  • Infecciones urinarias
  • Diabetes
  • Estreñimiento crónico
  • Desequilibrios hormonales
  • Enfermedades neurológicas
  • Apnea del sueño

Siempre se deben contemplar los factores psicoemocionales y la enuresis o encopresis (incontinencia de las heces) como posible indicador de maltrato físico, emocional o abuso sexual en los niños.

En la mayoría de los casos, la enuresis es de causa primaria, no es un cuadro de gravedad, y con el tiempo el niño logra el control de esfínteres adecuadamente.

Recomendaciones para ayudar a su hijo

En estos casos, algunas recomendaciones y pautas a seguir son:

  1. Evitar bebidas carbonatadas o beber en exceso antes de ir a dormir y que el niño evacúe la vejiga antes de acostarse.
  2. Colocar un despertador y acompañarlo en la madrugada al baño.
  3. Colocar un plástico en el colchón donde el niño duerme
  4. Cuando el niño hace viajes o salidas, llevar ropa interior a mano o colocarle un pañal cuando es más pequeño.
  5. Mostrar paciencia, contención y respeto hacia el niño. La incontinencia suele ser una situación incómoda y que avergüenza al niño de por sí.

Roxana Anahí Timo, médica (MN 88956), health coach @dra.anahitimo

Más información en parati.com.ar

 

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