Hace casi 4 décadas que Benito Fernández trabaja en la moda. La trayectoria del diseñador es un claro ejemplo de una permanencia intacta y comprometida en constante movimiento con una industria que está en constante ebullición que genera muchas fuentes de trabajo. También es crítico con ella y sus personajes: "me parece que si estuviéramos más atentos, no tomaríamos a la moda como algo superficial, es lo que manifiesta de manera exacta lo que nos pasa en el día a día. La ropa es para mí la expresión social más rápida que muestra lo que nos está pasando en todo sentido".
A poco más de 4 meses de su internación en la clínica psiquiátrica Avril por ataques de pánico, stress y depresión, el diseñador termina el año en muy buena forma en todo sentido. Su línea de alta costura está funcionando muy bien junto a otros proyectos relacionados con la moda, y el costado televisivo dio un vuelco ascendente que además incluye un programa de streaming. Para Benito, haberse internado estuvo buenísimo y hasta lo recomienda.
Benito, el diseñador
- ¿Quién es Benito Fernández?
- Es alguien que mira la vida con colores en todo sentido. Están en el ADN de mi marca, de mi casa y de mi vida.
- ¿Cómo y cuándo comenzaste en la moda?
- En 1983 tenía 23 años y comencé a estudiar algunos cursos en Flego. Luego fui a París y durante dos años estudié en la París American Academy. Volví y en 1986 abrí mi primera boutique en la calle Arroyo.
- Arroyo fue la tienda ícono
- Fue la primera, en esa época recién empezaban a existir las maquilladoras, los estilistas, las agencias de modelos. Fue una época muy linda.
- ¿Cómo fueron esos comienzos?
- Me hice a los ponchazos. Nadie te pasaba un dato de nada. No había camaradería entre los diseñadores y quienes estaban en ese momento eran muy “vedettes”. Fue duro. Comencé haciendo ropa, después ropa de fiesta y esas mismas clientas que compraban ropa de fiesta me pidieron el vestido novia. Entonces empecé con la Alta Costura. Fue una cadena de situaciones.
- ¿Siempre supiste que querías ser diseñador?
- De chico iba a la casa de mi abuela que cosía y me encantaba verla coser, me encantaba la máquina de coser y ese olor tan característico. Mi abuela tenía seis hijas, así que cosía mucho, les tenía que hacer la ropa. Yo la acompañaba a Marimor en Santa Fe y Scalabrini Ortíz, una sedería que estaba a media cuadra de su casa. Me encantaba ir, yo jugaba en la sedería. En la adolescencia me hice ropa, pero no lo vivía como algo que iba a ser mi profesión, no entendía eso, no entendía que esto iba a ser mi vocación y mi profesión. Después de más grande lo fui madurando. Apliqué a varias universidades y me recibieron en la París American Academy. Antes había estudiado derecho en la Universidad Católica, me faltan 8 materias.
- Hace poco Laurencio Adot me dijo que en los 90 ustedes fueron el River-Boca de la moda, ¿fue así?
- Fuimos los primeros “jóvenes” que incursionamos en la alta costura argentina, y por suerte nuestros colegas no nos ayudaron. Era lo que se vivía en ese momento y no reniego porque era un momento donde a la moda se la vivía de esa manera. Fue la prensa quien nos ayudó un montón, nos ayudó un montón a crecer. Éramos los niños mimados de la prensa.
- ¿Te sentiste el niño mimado de la moda?
- Sí, y siempre sentí que sobre todo la prensa me ayudó y acompañó mucho en todos los momentos. Soy un laburante la moda y sé que gracias a ellos se me abrieron un montón de puertas impensadas. Y muy rápido.
- ¿Sabías que si pongo tu nombre en Wikipedia, te reconoce? ¿Lo hiciste alguna vez? ¿Qué se siente?
- No lo sabía ni lo hice. ¡Qué sorpresa!
- Pareciera que tenés la capacidad de sorpresa intacta…
- Totalmente. Es más, cuando estuve internado hace 4 meses en la clínica Avril por un tema psicológico y de depresión tenía, sentía el prejuicio de internarme y el miedo a la cancelación por el tabú que tenemos con las enfermedades mentales. El primer programa al que asistí luego de la internación fue al de Juana Viale. A partir de contarlo, todo cambió. Belén Francese me dijo si quería hacer un streaming con ella, me llamó el Chato Prada y me ofreció participar en el Cantando. También pude hacer un desfile increíble al que fueron Pampita, Valeria Mazza, Analía Maiorana, Natalia Lobo entre otras. Empezaron a salir desfiles en el interior … no paro.
Benito Fernández multiplicado
- Con tantos Benito Fernández, el de la ropa, el de la tele, el del streaming, ¿con cuál te identificas más?
- Me parece que en realidad me complemento mucho, soy de géminis, necesito mucho renovarme. Me renuevo vistiendo a Máxima y también me renuevo haciendo zapatillas para Topper. Me reinvento haciendo un reality como fue Corte y Confección que fue maravilloso, me reinvento yendo al Cantando y también cuando veía a mi nieto riéndose del abuelo “cantando” (N de la R: remarca y se ríe de las comillas en la palabra cantando).
- En todo siempre estuvo el hilo conductor de la moda.
- Siempre. Para mí la moda es una manera de transmitir todo lo que tengo adentro y generar cosas. Y más allá del vestido lindo, también me encanta hacer los ponchos para ACNUR que es una asociación de la ONU que ayuda a los refugiados en el mundo. Me encanta trabajar con Mamis Solidarias que son mujeres que ayudan a chicos en estado de vulnerabilidad Y también me encanta hacer desfiles con ASDRA y con Cilsa.
Me gusta la moda porque puedo hacer y llegar a lugares increíbles y la televisión me ayudó a ser muy popular y poder vender productos muy masivos como los perfumes o las zapatillas, pero también poder ayudar mucho. Las dos cosas son el ADN de Benito.
- Leí que dijiste que siempre quisiste ser famoso
- No. Cuando arranqué solamente quería hacer ropa, en aquel momento no me gustaba la fama, me ponían incómodo hasta las notas que me hacían.
- ¿Y eso cuándo cambió?
- Un día en Mañanas Informales, el programa de (Jorge) Guinzburg. Como sabía que me iba a poner nervioso tomé una cerveza y ese programa fue desopilante, siempre respondí barbaridades. Sin pretenderlo, hice reir a todos y me di cuenta que estaba bueno tener este personaje divertido y con doble sentido. Me empezó a gustar ser más popular y que la gente me reconozca. Me gusta que la gente me reconozca tanto con la ropa como lo que hago en la tele. No lo busqué, se dio de casualidad.
- Entonces ¿podemos decir que para vos la fama es puro cuento?
- No, hay una fama que es efímera y que a veces la gente se marea. Lo mío al principio fue gradual y después fue pensado para utilizarla para un montón de otras cosas. La fama es súper interesante, el tema es cuando es efímera, cuando es solamente por un reality o porque la pegaste en algo, por un escándalo o por algo aislado. En mi caso particular me encanta ser reconocido. Además no sé si soy famoso, famosos son Susana y Tinelli. Ser conocido me ayuda para muchas cosas, muchas causas lindas. Me ayuda para ayudar al resto, para visibilizar situaciones.
- Prestigio y fama, ¿van juntas?
- No necesariamente. Aunque en mi caso particular siento que sí, porque yo combiné las dos cosas, desde vestir a una reina y hacer el vídeo de Tini Stoessel de Frozen de Libre soy que tiene 250 millones de reproducciones, hasta vestir a Priscila Presley la mujer de Elvis y hacer una remera para un supermercado. En mi caso está balanceado.
Benito y la moda
- ¿Te criticaron mucho?
- Siempre fui muy criticado y tuve que atravesar muchas situaciones en la carrera y también en lo personal. Siempre fui disruptivo, siempre fui contra los prejuicios. Por ejemplo con la colección Etnia que tenía que ver con una mirada latinoamericana. En el Martín Fierro del 2009 Natalia Lobo llevó uno de esos looks, un vestido con pompones de colores, aguayos y otros elementos del norte de Argentina, de Bolivia y de Mexico. Durante 15 días lo criticaron en todos los canales de televisión, desde Susana hasta Viviana Canosa, hubo críticas feroces. Dijeron que era un disfraz. No gustó en la tele donde todavía están acostumbrados al corset, el rodete y el collar de brillantes. Pero le gustó a la gente. Después llevé esos vestidos a New York Fashion Week y fueron un éxito. Patricia Field, la estilista de Sex & The City, me pidió vestidos para la versión norteamericana de Betty la Fea.
- ¿Qué te pasó a vos con esas críticas puntuales?
- No les di bolilla. Después todas las revistas tenían ropa con aguayos y pompones. Incluso Susana en su revista. Fue el momento más icónico de mi carrera. Ese es el vestido que rescataría de mi carrera profesional. Siento que en ese momento atravesé una barrera que todos queríamos, me apropié de elementos nuestros, de nuestra identidad. A partir de ese momento dejé de mirar a Europa y empecé a mirar mi interior y mis raíces argentinas.
- ¿Recordas cuál fue tu primer diseño?
- ¡Por supuesto! Fueron dos vestidos blancos que hoy estarían muy de moda, de cloqué elastizado con aberturas en los costados y ruedos de flecos.
- ¿Cuál fue tu primer impacto comercial?
- Fue con una nota que me hicieron en Para Ti. En la tapa y en la nota se mostraban unos vestidos de una Lycra floreada que había traído de Brasil que acá era novedosa. Fueron furor y se agotaron enseguida. ¡Había lista de espera! Esa tapa y nota me potenciaron un montón.
- ¿Sabes quién tiene esos vestidos?
- Esos, particularmente no. Lo que tienen mis vestidos es que al tener esa mezcla de estampas y de texturas no tienen época, son atemporales. Me pasa que voy a casamientos y veo mujeres con vestidos de hace 15 años, otras me traen vestidos para reformar porque quieren seguir usándolos con esos géneros que son maravillosos.
- Entonces, ¿cómo haces para que tu ropa siga siendo contemporánea?
- Creo que es porque no pierdo mi ADN y lo sostengo, eso es lo importante. Quienes se identifican con mi ADN siguen viniendo y me sigo reinventando sobre la misma base que es los colores, las texturas y las estampas. Lo que voy modificando son las morfologías para estar al día. Todo lo que también hago hoy, por ejemplo el streaming me hacen aggiornarme porque son otros códigos, otros lenguajes. Eso me ayuda, a los 64 años, a seguir vigente.
Benito Fernández y el ego
- Tu nombre es tu marca y se replica en etiquetas, en vestidos en zapatillas, en perfumes, etc. ¿Cómo manejas el ego?
- Es fuerte ver mi nombre. Es una carrera muy egocéntrica y sobre todo cuando vos pones tu nombre es muy difícil de manejar el ego. De todas maneras yo desconecto mucho de lo profesional a lo privado. También tengo otra realidad, mis amigos son de otro mundo, tengo a mis hijos que me han sacado del eje de la moda, a ellos no les interesaba lo que yo hacía, y hoy también está mi nieto. El ego lo tengo por momentos y me abstraigo cuando estoy en casa.
- Convengamos que este es un medio donde el ego a veces va por delante de la persona…
- Te repito, es una carrera egocéntrica y me asumo egocéntrico en un punto. Me gusta ver mujeres por la calle con mi ropa o que me pidan autógrafos o una foto. Ahora por ejemplo, la nueva es que me sacan fotos de lejos (risas). Cuando salí de la internación me paraban en la calle para saber cómo estaba, para darme fuerza. ¡Eso es re lindo! Siempre me sorprendo. Para mí el ego tiene que ver con un balance entre las cosas negativas y las positivas de ser conocido.
- ¿A qué crees se debe que puedas manejar así el ego?
- Creo que tiene que ver que tuve hijos de joven y creo que eso me sacó del eje central, por eso soy el mismo y siempre fui el mismo. Si no hubiese tenido hijos quizás me hubiera metido demasiado en el mundo del personaje del fashion.
- ¿Recordas qué sentiste cuando viste tu nombre en una vidriera o en un cartel?
- Cuando hice una acción muy grande con unos jugos, estaba mi cara gigante pintada en un edificio. Me shockeó verme. Y otro impacto muy grande fue encontrarme en la pantalla del cine en una película que hice con Araceli (González) y con (Guillermo) Francella. Antes del estreno fui al cine y pasaron el trailer y me vi gigante en la pantalla. ¡Casi me descompongo, fue muy fuerte! Me pasa sobre todo con mi imagen, no con mis vestidos porque sé que después me traen repercusiones muy positivas. Y otras que no sé si me gustan tanto.
Benito el anti divo
- Una cosa es el ego y otra cosa es el divismo. ¿En qué vereda estás?
- Nunca me sentí un divo. Y lo tengo en claro porque yo lo sufrí cuando comencé mi carrera donde los colegas eran todos divos. Y yo creo que eso se trasladó en algunos personajes y a algunos diseñadores y la verdad que a mí me duele mucho porque lo que hace el divismo es no poder juntarte para armar una industria, como armó España hace 30 años o Brasil hace 20 y potenciar una industria tan linda que es la industria textil que genera tantas fuentes de trabajo. El divismo ha llevado a que no nos podamos juntar. ¡Con la cantidad de diseñadores buenos que hay!.
- ¿Te llevas bien con tus colegas?
- Con muchos si. Y con los que no me llevo es porque son divos y eso me parece que es antiguo, atrasa.
- Entonces ¿no tenés miedo que el sistema de la moda te fagocite?
- Para nada. Antes la fagocito yo (risas).
- ¿Con cuáles situaciones no transarías en lo personal y en lo laboral?
- Con la agresión verbal, física y con el maltrato. Tampoco con la mala educación. Con sinceridad y con la verdad, me sacas todo.
- ¿Crees en el poder de los influencers?
- Me parece que es una moda de ahora. No creo que subsistan mucho en el tiempo.
- ¿La moda necesita de personajes que aunque no sean afines a la moda tienen que estar?
- Son fundamentales todos, desde Marilyn hasta las Kardashians.
- ¿Preferís ser exitoso o ser respetado?
- Elijo el cariño que me tiene la gente del medio y que me tiene la gente en general. Eso es increíble. Después puedo decir que no sé que es el prestigio.
- ¿Cuándo sentís que en esta profesión uno es exitoso?
- En mi caso particular lo es cuando como diseñador llegas a tener un ADN propio y fuerte que es diferenciador y que se te reconoce como tal. Podes ser exitoso en ventas y ser exitoso en popularidad por vestir a fulano o mengano, pero siento que para un diseñador el éxito es lograr tener un ADN que sea reconocible. Hay muchos diseñadores muy buenos que no son reconocidos y también hay otros que tienen mucha prensa y si no lees la etiqueta de sus prendas no son reconocibles.
- ¿Creés en el valor de los premios?
- Me parece que los premios están buenísimos. Yo los tomo como un reconocimiento al trabajo. Pero no me quedo encasillado en eso, no es algo que me saque el sueño. Yo voy por otro lado, voy por el reconocimiento de la gente.
- ¿Cuál crees que es hoy el desafío de la moda?
- El desafío de la moda es siempre el mismo, evolucionar y acompañar como van cambiando las personas.
- ¿Crees que la moda y la televisión se llevan bien?
- Me parece que la moda nunca tuvo un espacio en la televisión porque nunca midió rating. Salvo Giordano que revolucionó la pantalla después no hubo nada hasta Corte y confección que fue el único programa que midió y que fue exitoso.
- ¿Qué programa te gustaría hacer hoy en la televisión?
- Me encantaría hacer algo como Corte y Confección porque entretenía en un momento muy difícil que fue la pandemia y además, aparte de asesorarlos, le daba herramientas para trabajar. No iría con un programa de moda directo, con modelos y con esa fórmula que no funciona. Haría desde un reality o algo para una plataforma que cuente lo que es la moda en realidad, cómo nos expresamos, cómo queremos vernos, qué queremos decir con la ropa, etc. Me parece que haría un programa que tenga más que ver con la moda y lo social. Y fundamentalmente que sea divertido.
El epílogo de Benito
- Si hoy miras hacia atrás ¿cambiarías algo de todo lo que viviste?
- A ver, sí cambiaría muchas cosas porque uno comete muchos errores. La realidad es que en el punto en el que llego hoy no sé si cambiaría tantas cosas. La vida está para vivirla como se te presenta.
- ¿Cómo estás hoy?
- Estoy en un momento súper lindo con un montón de cariño, disfrutando a mi nieto. También estoy de novio desde hace dos meses. Vuelvo a estar en la “Fórmula 1” donde había dejado de estar. Súper contento con la gente, nunca pensé que la gente me iba a apoyar tanto, sobre todo con el prejuicio de haber estado internado con un tema de salud mental, que me estén dando oportunidades en todos los ámbitos.
- Volvés a nombrar la palabra prejuicio, pareciera que la palabra te persigue
- En realidad el prejuicio me potencia. Mi vida fue siempre atravesar prejuicios.
MODELO @agussturla para@lomanagement
FOTOS @chrisbeliera
VÍDEO @ramirophoto
ESTILISMO @alegarcia360
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