La diseñadora Elsa Schiaparelli fundó en los tumultuosos años 20’s una de las casas de Alta Costura más importantes de su época. La Maison se estableció como una fuerza revolucionaria en la moda, desafiando las normas establecidas y fusionando la artesanía con una estética surrealista. Influenciada por la escena cultural de su tiempo, Schiaparelli colaboró estrechamente con artistas como Salvador Dalí, generando diseños que se ubicaban en los lindes del arte y la moda. El famoso "Shocking Pink" y el “Lobster Dress” son únicamente dos ejemplos de la audacia que marcó su enfoque.
Aunque la casa Schiaparelli experimentó altibajos en su trayectoria, su legado nunca dejó de resonar. Después de un periodo de idas y vueltas, la firma resurgió con fuerza en la escena de la moda contemporánea de la mano del estadounidense Daniel Roseberry, que luego de 5 años al frente de la marca Thom Browne, decidió, desde 2019, tomar la dirección creativa de Schiaparelli.
Al asumir el nuevo rol, Roseberry señaló: “Schiaparelli era una maestra de la modernidad. Quizá uno de sus mayores legados sea su compromiso con la fantasía, entender que en tiempos difíciles era justo lo que necesitábamos”. Posiblemente, algo de este sentimiento es lo que buscó expresar en la apertura de la Semana de la Moda de Alta Costura de París 2024 con su colección “The New Couture”.
Microchips, ventiladores de computadoras, teclas de antiguos teclados, hasta gádgets como calculadoras y celulares se adhieren a los cuerpos que dejan entrever yuxtaposiciones de tiempos y espacios propios de la era digital.
En primer lugar, la colección está inspirada en el tío de la diseñadora, Giovanni Schiaparelli, quien fue un astrónomo italiano y director del Observatorio de Brera (Milán). Conocido principalmente por sus contribuciones al estudio de Marte, se especializó en describir aspectos topográficos de la superficie del planeta rojo como finas líneas a las que él denominó “canales”. Estas observaciones influyeron en la percepción pública, generando especulaciones acerca de la posibilidad de vida en Marte. Sus investigaciones marcaron un hito en la historia de la astronomía y tuvieron un impacto duradero en la cultura popular de su época.
Roseberry retoma esta visión de futuro con influencia astronómica, directamente relacionada con la historia de La Maison, y la traduce en los volúmenes que trazan nuevas morfologías en los cuerpos de las modelos mediante técnicas de impresión 3D.
Siéndole fiel a los mecanismos surrealistas, donde los quiebres espaciotemporales permiten construir realidades oníricas, Roseberry sorprende en la pasarela cuando la modelo Maggie Maurer carga un muñeco del tamaño de un bebé cubierto por microchips. Este acto performático podría ser en alusión a la “generación Alpha”, personas nacidas aproximadamente a partir de mediados de la década de 2010 hasta mediados de la década de 2020; con una infancia caracterizada por los avances tecnológicos, la presencia de la inteligencia artificial y la conectividad digital desde edad temprana. Este concepto se retoma en el conjunto posterior que viste Hana Soukupová, que combina motherboards y gádgets “pre-Iphone” con cristales Swarovski, generando una imagen robótica y cibernética.
Finalmente, se evidencia la fusión de este viaje hacia un futuro que contempla la posibilidad de vida en otros planetas mediante la tecnología y las ideas cyborg, con el trasfondo del propio diseñador creativo, Daniel Roseberry, originario de Texas. Tipologías típicas de la “estética western” como bandanas, botas y minifaldas se interconectan con los circuitos de las computadoras.
Una vez más, la moda se presenta como un terreno fértil para la imaginación y creación de escenarios futuros. Las lógicas propias del surrealismo, como movimiento emblemático de las vanguardias del Siglo XX, se reactualizan desde una mirada contemporánea para poder entender nuestro tiempo. Quizás estos microchips reflejen destellos que iluminan un futuro incierto en un presente fragmentado, que a su vez es necesario reconstruirlo con técnicas ancestrales, similares a las utilizadas por Daniel Roseberry en la última colección de Schiaparelli.
Fuente: Lucila Lara, directora del departamento de Moda, Arte y Diseño de UADE.
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