#LasElegidas, Andrea Grobocopatel, economista: "Las mujeres debemos asumir que somos el motor de cambio de la sociedad" - Revista Para Ti
 

#LasElegidas, Andrea Grobocopatel, economista: "Las mujeres debemos asumir que somos el motor de cambio de la sociedad"

Nuevamente en Para Ti #LasElegidas, la sección en la que entrevistamos a diferentes mujeres que supieron luchar en su ámbito, destacarse y convertirse en referentes. Compartimos sus historias de vida y celebramos sus logros: son inspiración para todas. Esta vez te presentamos a Andrea Grobocopatel.
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Andrea Grobocopatel es economista, carrera que estudió en la Universidad de Buenos Aires. Trabajó en Los Grobo, el grupo empresario de su familia, ocupando allí diferentes puestos. Fundó y dirige Fundación por Liderazgos y Organizaciones Responsables (F.L.O.R.), una ONG que se dedica a promover "la transparencia, responsabilidad y la diversidad tanto en líderes como en instituciones".

También escribió un libro, "Pasión por hacer" y tiene otro en marcha. Está casada desde 1988 con Walter Torchio (ex Intendente de Carlos Casares y actual Senador) con quien tiene 4 hijos y un nieto.

Es solo un breve resumen del recorrido -personal y profesional- realizado por quien hoy protagoniza Las Elegidas. Pero Andrea Grococopatel se muestra con ganas de mucho más... Como si recién empezara, casi como esa niña a la que -algunos años atrás- los mayores le preguntaban: "¿Qué vas a ser cuando seas grande?"

"Cuando yo era chiquita, 4 o 5 años, respondía 'la secretaria de mi papá'. Estábamos educados en una cultura patriarcal que nos limitaba a soñar... No sé si lo soñaba tan grande", revela la empresaria.

Sin saber muy bien en qué carrera se iba a enfocar (aunque reconoce que "le tiraban" más los números), tenía algo muy en claro: "Sí aspiraba a lo empresarial, esto sí lo tengo claro, porque me gustaba la empresa, entonces, aspiré a eso. Me vine (de Carlos Casares a Ciudad de Buenos Aires) a estudiar Administración y terminé siendo Economista, porque me encantó la carrera".

Se reconoce como una "hacedora": "Si vos tenés la curiosidad y tenés la proactividad, vos aprendés mucho haciendo, te inspirás en lo que tenés, en tu entorno. Cuando volví, no pensaba ya en ser secretaria y, si bien pensé en seguir estudiando, nunca más lo hice: aprendí mucho en Los Grobo... ¡Soy universidad Grobo!"

Esto de poner manos a la obra y aprender haciendo era una directriz de la empresa que lideraba Andrea: "Nos pasaba a todos los que estábamos en Los Grobo. Me acuerdo, cuando tomaba gente, me decían 'Vengo a Casares pero quiero hacer un máster en Buenos Aires, ¿me vas a dar tiempo de viajar?' y yo respondía: 'Yo te voy a dar el tiempo que quieras, pero te aseguro que vas a aprender acá mucho más haciendo, sin desmerecer los posgrados o los máster, ¡que son maravillosos! Quizás para obtener contactos o aprender cosas teóricas... cada uno aprende de una manera determinada. Yo aprendo más haciendo, que estudiando".

Una hacedora desde la escuela

"Aprendí muchísimo y me dí cuenta que me gustaba ser líder y, en ese sentido, también vos te perfilás en los colegios: yo era la que convocaba. Avisaba todos mis amigos y organizaba para juntar dinero. Nuestros padres nunca pusieron un centavo. Íbamos a limpiar vidrios a la ruta... ¡las cosas que hacíamos! Pero nunca me pagaron ni un viaje, ni una fiesta. Y no me olvido que me decían 'Pero vos hacés y no lo hacen los de al lado'. A lo que respondía 'no importa, yo estoy aprendiendo'".

¿No te molesta ser siempre vos la que hace?

-En las organizaciones, a veces, uno ve que trabajan solo dos o tres. No importa, si vos aprendés. Esos otros se están perdiendo de aprender y eso lo aprendí de chica, también. ¡No me importaba!

En esto de hacer y convocar, Andrea trataba de hacer parte a todos y así lo cuenta: "Tenía una sensibilidad especial por los las personas que no se integraban. Yo tengo una hija con discapacidad y te toca porque estás preparado. Me acuerdo de una amiga que era muy tímida, que nunca quería venir. Entonces, yo agarraba el auto y la iba a buscar y la traía al encuentro o a la salida".

"Siempre tuve esa sensibilidad por integrar a los más vulnerables o más tímidos. Son cosas que vas aprendiendo", Andrea Grobocopatel.

"Lo que soy hoy, seguramente es fruto de todos esos aprendizajes de chiquita. Y en el camino -y es el día de hoy- me sigo reinventando. Porque las cosas van cambiando, si no tienes la mente abierta a escuchar, a aprender, a entender, la empatía, estás condenado a quedarte en el mundo que pasó".

¿Cómo se hace para generar el cambio en el otro?

-Cuando vos tenés la oportunidad de decirle al otro qué es lo que debería cambiar, lo ayudás a que se dé cuenta de algo que tenía naturalizado. Porque era lo normal... Parecía que solo los hombres eran los que iban a las empresas, lideraban, traían el dinero a la casa, y las mujeres cuidábamos los hijos, la casa. ¡Eso cambió! Eso ya no existe. Pero, tenemos que reeducarnos y ayudarnos. Porque no creo en ese en eso de enojarnos, ni de ni de romper las puertas, porque creo que no es la forma, porque genera más violencia.

"Lo que tenés que lograr es, con la amabilidad, y con la mayor naturalidad que puedas, a que el otro se dé cuenta. Y a partir de ahí, tratar de convencer que haya cada vez más hombres que también estén en la causa, ¿no? Y que entiendan la complementariedad, la importancia de otros puntos de vista, y bueno, en ese camino estamos. Y gracias a ustedes que nos invitan, porque es lo que necesitamos también".

¿Cómo se hace para llegar a al Fundación FLOR?

-Me parece súper importante seguirnos en las redes sociales, porque desde ahí es donde comunicamos y amplificamos lo que hacemos. También podés entrar en la página web, mandar mail, un whatsapp. Estamos todos ávidos de que nos llamen para tener más emprendedoras, más fundamentalmente mujeres. Pero también nos gustaría integrar a personas con discapacidad. Nos gusta cuando viene gente mayor, también jóvenes. Nos gusta que todos sientan que en la Fundación van a encontrar un lugar para soñar en grande, para crecer. Todo eso desde la formación.

Otra de las organizaciones que encabeza Andrea Grobocopatel es Resiliencia SGR, que tiene como objetivo principal lograr la inclusión financiera a las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (MIPYMES), a través del otorgamiento de avales para facilitar el acceso al mercado financiero en las mejores condiciones a través de bancos, mercado de capitales y proveedores.

¿Cuál es el rol que cumple Resiliencia SGR?

-Creemos que es un buen complemento, porque vos podés soñar querer llevar adelante un proyecto pero si no tenés el financiamiento adecuado, no podés seguir creciendo en grande. Podés seguir, pero muy chiquitito y nosotros hoy necesitamos más gente que sueñe en grande: más empresas, más empresarias, más riqueza.

La importancia de la formación permanente

Andrea cuenta que desde la Fundación FLOR animan a sus colaboradoras a brindar charlas, por ejemplo, en colegios y universidades. Y ven en eso otro motor de cambio y evolución. "Que vayan a las escuelas pero no sólo para los alumnos. Nosotros creemos que hay que educar mucho también los docentes, a los directivos, a la policía, al bombero, a todos los que están atendiendo las emergencias".

¿Cómo plantean la formación desde Fundación FLOR?

-A través de programas de corta duración. Vos tenés un shock de algunos temas básicos y eso te permite después continuar. Pero no te quedas estudiando y cursando mucho, porque vos necesitás actuar y hacer. Claramente no tenés toda la formación que quisieras tener, pero sí transformás y, a partir de ahí, es posible seguir haciendo lo que quiere o dándose cuenta de lo que puede hacer desde su lugar.

Y agrega algo que considera necesario: "El cambio en la educación formal requiere un cambio de currícula, que a lo mejor va a llevar más tiempo. Por eso, nuestra propuesta complementa la educación formal".

"Vos podés cambiar algunas cosas pero otras no. Si te metés como Ministro de Educación o en la política, vas a poder cambiar algunas cosas. El resto, que no estamos en política, podemos trabajar desde la Fundación, desde la empresa, desde las ONGs. Creo que es clave que, más que con los alumnos, colaboremos con los docentes y los Institutos de Formación Docente en tecnología, en quitarnos estereotipos, hay muchísimo para hacer.

Los Premios Flor

Cuenta una de las colaboradoras de Andrea Grobocopatel, Andrea Mosquera, que son un reconocimiento a las organizaciones que trabajan por la diversidad, "que tienen en sus equipos la directriz de la inclusión: mujeres, personas con discapacidad, personas mayores. Que trabajan por la integración, por la pluralidad de voces, de miradas para que se tomen mejores decisiones. Que se pueda incluir personas de diferentes géneros, hoy en día que hay tanta apertura. Que todos los que puedan tener un espacio de decisión dentro de la compañía".

Premios Flor lo que hace es "animar a la gente a que postulen sus empresas, por más que sean pequeñas, porque van desde pymes, grandes empresas, fundaciones. No solo de Argentina, sino de Latinoamérica. Desde que trabajamos con el proyecto, es que más empresas se animan a postularse y dicen bueno por ahí, lo que hice está bien para mostrar esto que pasó dentro de la compañía".

Un libro editado y otro en proceso

Andrea Grobocopatel es autora "Pasión por Hacer" (que fue declarado de interés por el Senado de PBA), libro donde narra su historia y la de su familia, así como su experiencia en la empresa agropecuaria familiar.

"Lo escribí con editorial Granica en el 2014. Sí, ahora estoy escribiendo mi segundo libro. Mira que se llamaría 'Pasión por reinventarse', pero vengo lenta. Dije en la pandemia lo voy a hacer y sigue pasando el tiempo. Lo iba a lanzar para los 10 años de Flor".

Antes de culminar el encuentro con Andrea, queremos conocer su diagnóstico del rol que ocupa en la actualidad la mujer en las organizaciones.

¿Cómo ves hoy a la mujer posicionada como líder?

-Veo de todo. Hay mujeres que, hoy por hoy, están, llegaron y creen que la meritocracia es lo que las hace llegar. Y está bien, porque es un punto de vista. Pero, en definitiva, hoy tenemos que ayudar un poco y no sólo quedarnos en la meritocracia. Y ahí, es responsabilidad de todas las personas, de las organizaciones. Pero más de las mujeres porque, si no nos ayudamos entre nosotras, es muy difícil. Siento que hay muchas, sí, y sobre todo la Fundación FLOR tenemos muchísimas mujeres muy generosas, abiertas, disfrutando el éxito de la de la otra, que esto es lo que tenemos que lograr.

¿Ahí está la clave del éxito, entonces?

-Claro, porque eso se va a ver reflejado también en nuestro país. Disfrutar que al otro le vaya bien. Si eso no lo cambiamos en la base que somos nosotras, definitivamente no va a estar en las instituciones. Si no está en las instituciones, no va a estar en un gobierno. Y eso es lo que trabajamos en FLOR todos los días: ser motores de cambio de de nosotras mismas, de nuestro entorno, porque desde ahí es la única forma que vamos a cambiar la sociedad en general. Por eso, decimos, 'floreamos el mundo', queremos ser el cambio positivo en el mundo.

Fotos: Fabián Uset

Video: Miranda Lucena

Edición de video: Cristian Calvani

Más información en parati.com.ar

 

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