Quién es Katherine Kent: la única católica de la Familia Real británica que renunció a su título y usó una identidad secreta para dar clases de música - Revista Para Ti
 

Quién es Katherine Kent: la única católica de la Familia Real británica que renunció a su título y usó una identidad secreta para dar clases de música

Casada hace sesenta años con el primo hermano de la Reina Isabel II, la ex Duquesa de Kent es una mujer apasionada por la música que contrajo matrimonio pese a la desaprobación de algunos miembros de la familia real. Renunció a su título nobiliario, se convirtió al catolicismo tras vivir dos tragedias y jamás renegó de su condición de plebeya.
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El Duque de Kent, que acompañó a la reina Isabel II en el último Trooping the Colour (la celebración oficial de su cumpleaños) para suplir la ausencia del fallecido Duque de Edimburgo, es uno de los miembros más fieles y cercanos a la monarca y uno de sus familiares más íntimos.

Eduardo, que es primo hermano de la reina, está casado desde 1961 con Katharine Worsley. La Duquesa de Kent ama la música por encima de todo y mostró siempre un temperamento sensible, una gran empatía y un claro talento artístico. Desde muy joven aprendió a tocar el piano y otros instrumentos. Y sus inquietudes religiosas la llevaron a convertirse al catolicismo, a los sesenta años.

Katherine en sus años de juventud. Foto: IG

Los Duques rompieron la norma de la realeza de casarse en Londres y eligieron para la ceremonia la Iglesia de York Minster, en Yorkshire, el condado en el que había nacido la novia y donde se encontraba su casa familiar, Hovingham Hall. La reina fue la invitada de honor. La novia llevó un vestido con cuello a caja y cuerpo y mangas ceñidas, en blanco puro en gazar de seda, con cola de 15 metros, del diseñador irlandés John Cavanagh, muy popular entre la aristocracia. El velo de tul lo ceñía una tiara de diamantes estilo “bandeau”, que había pertenecido a la reina Mary, abuela del novio. En la mano portaba un “bouquet” de rosas blancas de York, con una cola de 15 metros.

Fueron por mucho tiempo los miembros más activos de la Familia Real, después de la reina. Katharine fue hija única de un 2º baronet, Sir William Worsley, fundador de una importante empresa química, se crió en el campo. No fue al colegio hasta que cumplió los 10 años, pero aprendió a tocar el piano, el violín y el órgano. Luego se formó en literatura y acudió a una escuela de Oxford para estudiar música. Su gran sueño hubiera sido ingresar en la Royal Academy of Music, pero no lo consiguió. Antes de casarse con Eduardo dio clases de música y trabajó en una guardería. Parece que la princesa Marina, que era la madre del novio, nunca aprobó su relación por su condición de plebeya.

Eduardo y Katharine tienen tres hijos: George Windsor, conde de St Andrews, de 58 años; Lady Helen Taylor, de 56, dedicada al mundo del arte, y Lord Nicholas Windsor, de 50.

La vida de Katharine no ha sido fácil. Sufrió un aborto en 1975, tras contraer sarampión, y, dos años después, dio a luz a los nueve meses a un niño muerto, experiencia que la dejó destrozada. “No podía imaginar lo que significaba para una mujer”, le explicó al The Daily Telegraph en una entrevista de 1997. Sufrió una severa depresión por la cual tuvo que ser internada y se cree que fue lo que la llevó en 1994 a convertirse al catolicismo, siendo el primer miembro de la realeza en hacerlo desde que el Parlamento acordó en 1701 que solo podrían optar a la sucesión real los protestantes.

Fue una decisión personal que tomó con la aprobación de la Reina. “Me gustan las normas y la Iglesia Católica te da normas”, contó a la BBC. “Me gusta saber qué se espera de mí, es lo que he querido toda la vida”

Katherine y Eduardo. Foto: IG

Pero las sorpresas no cesan en su historia: durante muchos años llevó una doble vida secreta que impidió que nadie descubriera su identidad, que inició a finales de los años noventa.

Encontró un trabajo nuevo como profesora de música en una escuela primaria, en Hull haciéndose llamar "Mrs Kent". En 2002, pidió a la Reina renunciar a su título y desde entonces ha pedido que no se dirijan a ella como "duquesa", sino como Katharine Kent.

Katharine ha demostrado que su pasión es la música y los pocos compromisos a los que todavía asiste como parte de la familia Real tienen que ver con ésta. También alquiló durante un tiempo un piso en Londres para dar lecciones de piano, de incógnito. “Me di cuenta en cuanto empecé a enseñar de que la música estimula a los niños y les da autoconfianza”, explicó en una entrevista con la BBC. “Siempre me ha gustado el talento, me gusta cuando descubro que estoy enseñando a niños con mucho talento”. Hace poco, Katharine fundó una fundación dedicada a la música, Future Talent, que trata de ayudar a los niños con aptitudes a desarrollar su talento en el futuro.

Se retiró oficialmente en 2017, con 85 años, pero ha seguido dando clases a media jornada en una escuela primaria. Su salud ha empeorado en los últimos años aunque todavía hace algunas apariciones públicas.

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