No es estética y a veces desentona con la decoración del ambiente. Por eso hay que ver bien dónde colocar la tele sin que estropee el living o el dormitorio. Acá te mostramos algunas ideas.
Opción 1: Tele colgada en la pared
Es la solución para espacios mínimos. Hoy los televisores son planos y permiten la posibilidad de colgarlos con soportes fijos o móviles. Tené en cuenta que la pared no debe ser de durlock ya que no resistirá el peso del aparato. Además tenés que asegurarte que los cables queden escondidos (hay trucos para hacerlo), de lo contrario quedará anti estético verlos cruzados y colgando de la pared.
Tené en cuenta que la última tendencia es rodear a la tele de cuadros o disimularla en medio de estantes. Este es un truco para distraer la atención: en medio de otros objetos el televisor deja de ser el protagonista y por lo tanto no interfiere en la decoración del ambiente.
Opción 2: Apoyado sobre un rack o una cómoda
Es la solución más sencilla. En este caso será conveniente que el mueble tenga agujeros donde pasar los cables para mantenerlos ocultos.
Opción 3: Nunca lo ubiques frente a las ventanas
Otra cuestión a la que hay que prestar atención es que nunca debes poner el televisor frente a la ventana sino molestará el reflejo del sol en la pantalla. Siempre conviene ponerlo perpendicular, de espaldas o de costado.
Opción 4: Tené en cuenta la medida del televisor y la distancia
A veces el error está en la proporción cantidad de pulgadas del televisor y metros de distancia del sofá o la cama para verlo. Hay una fórmula infalible: cada 10” de la pantalla requieren 50 cm de separación respecto del lugar desde donde vas a ver la tele.
Tené en cuenta lo siguiente:
- 30 pulgadas equivale a una distancia de 1,50 m
- 45 pulgadas equivale a una distancia de 1,80 m
- 50 pulgadas equivale a una distancia de 2,25 m