Los días de verano cuesta mucho más entrenar. Lo sentimos en el cuerpo y tiene una explicación: nuestro organismo hace un esfuerzo extra para adaptarse a la situación y es por eso que sentimos más el cansancio. Si sos de las que no pueden dejar de lado su rutina, ni siquiera los días más pesados, estas recomendaciones te pueden ayudar.
- Elegí el momento adecuado del día: si entrenás al aire libre, evitá salir al mediodía y, si se trata de días con temperaturas extremas, optá solamente por la mañana temprano o la noche.
- No uses ropa de más: es sabido que ”abrigarse” para entrenar no trae ningún tipo de beneficio, más bien, todo lo contrario porque cuando sudamos, eliminamos sales y agua, fundamentales para que nuestro cuerpo siga funcionando correctamente.
- Sobrehidratate: tomá mucha agua de más antes de irte a entrenar, así vas a minimizar la pérdida de electrolitos. ¿Lo ideal? Tomar entre 1 y 2 litros..
- Seguí hidratándote: durante el entrenamiento, continuá bebiendo agua de a pequeños sorbos, y después, es recomendable que incorpores alguna bebida isotónica. que contenga la menor cantidad de azúcar posible.
- Evitá el color negro (ya que absorbe la luz y el calor), optá por usar ropa de materiales livianos y transpirables para poder tener un mayor control de la temperatura del cuerpo.
- Moderá la intensidad, dado que el calor va a exigir a tu organismo un esfuerzo extra para adaptarse a esas condiciones, es posible que tengas que rebajar la intensidad
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