En Avenida de Mayo 1333 se encuentra el edificio que perteneció al Diario Crítica, fundado por el periodista Natalio Botana el 15 de septiembre de 1913.
Luego de deambular por distintas sedes, Botana le encargó el proyecto de este increíble edificio a los arquitectos húngaros Jorge y Andrés Kalnay, artífices de la cervecería Munich.
Es el único edificio de la “gran vía porteña” con marcado estilo art decó.
La oficina de Botana aparece jerarquizada en la fachada, ya que está retirada del frente, ornamentada con motivos botánicos que aluden al árbol del periodismo, y sus frutos y custodiada por cuatro estatuas.
Antiguamente, sobre un mármol negro colocado encima de la puerta de entrada, aparecía el slogan del diario: "Dios me puso sobre vuestra ciudad como a un tábano sobre un noble caballo para picarlo y mantenerlo despierto. Sócrates".
Así, antes de ingresar, su director hacía saber que con su crítica incomodaba a todos.
Debido a las sucesivas manifestaciones que intentaron atacar al diario, se diseñó una puerta corrediza de bronce para cuidar al personal
En la planta baja –que tiene mayor altura que las demás-, estaban las rotativas. En el primer nivel se ubicaban los salones del directorio y, en el siguiente, la oficina de Botana (con pisos con ilustraciones del calendario azteca y vitrales de motivos solares), la biblioteca, el archivo y el salón de actos.
En los otros pisos estaban las áreas de redacción, administración y de servicios complementarios como gimnasio, peluquería y un gran comedor.
Hacia Rivadavia estaban los sectores públicos como los consultorios médicos y jurídicos y hasta una biblioteca infantil.
En lo alto del edificio, arriba de la antena, había una sirena que sonaba ante los hechos mas importantes de trascendencia locales y mundial como la finalización de la Segunda Guerra Mundial o como cuando el argentino Firpo tira del ring al norteamericano Dempsey en una pelea que unos asaltos mas adelante le terminaron robando al “Toro de las Pampas”.
En este sentido, estas “breaking news” de entonces, competían con otras sirenas y faros no navieros como el que tenían el Diario La Prensa y el Palacio Barolo, ambos también sobre la Avenida de Mayo
En Crítica trabajaron Roberto Arlt, Emilio Pettoruti, Raúl González Tuñón y Jorge Luis Borges, entre otros.
Desde la calle se podían ver las rotativas y unas pizarras en las que, a cada hora, se actualizaban las noticias.
El diario tenía un tono sensacionalista y llegó a ser uno de los más vendidos del país. Dejó de editarse en 1962.
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