El día a día, con sus demandas constantes, puede empujarnos a vivir en piloto automático. La maternidad, el trabajo, las rutinas y las excusas de siempre muchas veces nos alejan de nosotras mismas. Sin embargo, encontrar un refugio –ya sea en nuestro cuerpo, en nuestra mente o en un rincón de la casa– puede ser la diferencia entre sobrevivir o vivir con plenitud.
La profesora de yoga y coach Agustina Echegoyen propone dos formas simples pero profundas de reconectar con una misma: a través de rituales diarios y de un espacio físico personal cargado de intención. Su enfoque no requiere años de meditación o yoga, sino pequeños hábitos sostenidos con amor y consciencia.
Tu ritual, orden y paz mental
Ritual en momentos del día:
- Empezar cada día con saludos al sol, una secuencia de yoga que activa el cuerpo, calma la mente y conecta con la respiración, cuenta con 12 posturas básicas. Mover el cuerpo con consciencia para transformar bloqueos y tensiones y así arrancar un nuevo día.
- Escribir con la cabeza en blanco, antes de recibir cualquier estímulo. Ahí volamos de inspiración y nos baja toda la data de la noche. Ese es una gran motivación para el resto del día.
- Meditar al menos 5 minutos en otro espacio que no sea el que dormís, salir a caminar, a hacer actividad física, prender una vela antes de irme a dormir para agradecer. Son estos gestos repetidos con intención los que generan una sensación interna de orden, presencia y autocuidado.
- Hay algo que le llamo el “despertar somático”, tiene que ver con ese momento en el que el cuerpo se enciende, no desde la exigencia sino desde la conexión real con lo que uno siente y necesita. Ese momento que me predispone a activar el cuerpo, salir de un estado más pasivo a otro que me lleva a la acción. Ese despertar es el que hace que tengamos hábitos saludables más a mano. Teniendo uno o dos momentos para una por día hace que el autoestima se estimule y se eleve, creando más confianza en una misma y motivación.
Ritual en un lugar físico:
- Por otro lado voy a hablar de los elementos. A través de la filosofía, práctica y sabiduría del yoga fui incorporando los altares a mi vida.
- Un lugar donde ponemos objetos con intención, elementos que tengan que ver con momentos significativos de nuestra vida, que te inspiran, te conectan o te recuerdan lo que es importante para vos. Puede ser en una mesa, estante, bandeja y no importa el tamaño sino la energía que le das.
- En este caso voy a hablar de algunos vinculados al yoga: Ganesha, yapa mala... o también puede ser una foto familiar, un caracol, una piedra, una frase.
- Hoy en día es verdad que ese espacio personal e individual puede ser más limitado, pero estos aprendizajes nos ayudan a sobrepasar momentos de inestabilidad para encontrar esa vuelta a la calma, vuelta a nuestro eje.
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