La belleza de la muerte, una carta de amor y transformación tras la partida de su prima Geñi Laprida: Emilia Zavaleta en primera persona - Revista Para Ti
 

La belleza de la muerte, una carta de amor y transformación tras la partida de su prima Geñi Laprida: Emilia Zavaleta en primera persona

Emilia Zavaleta, hija de la trilliza de Oro María Emilia y Clemente Zavaleta, reflexiona sobre la muerte de su prima, Eugenia "Geñi" Laprida, quien murió de cáncer de mama en junio de 2018 a los 34 años. Cómo ese dolor se transformó en arte, escritura y sentido. Una mirada íntima sobre la pérdida, el amor y la trascendencia. Esta columna íntima forma parte de Mulanas, una pausa para compartir, el newsletter que Emilia creó para abrir un espacio de calma y conexión.
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“Heme aquí, ya al final, y todavía no sé qué cara le daré a la muerte.”
Rosario Castellanos

“Yo no tengo miedo a morirme”, me dijo recostada en el pasto del jardín de su casa. El pañuelo floreado cubriendo su cabeza la hacía parecer un hada del bosque. Su comentario me dejó helada. Quería contestarle, negar la posibilidad de que aquello que había nombrado finalmente sucediera. Pero dejé que continuara mientras yo tensaba todo mi cuerpo para evitar derramar las lágrimas.

Su miedo no era morir, sino cómo iban a estar los que se quedaran en este plano; su mamá, su papá. Sus hijos iban a estar bien, de eso estaba segura. ¿Y yo? pensé … yo no podría soportarlo. Pero lo hice. Su muerte me transformó, y no me di cuenta hasta que una parte de ella renació en mí.

Emilia Zavaleta
"Homenajear la muerte es un acto de amor hacia los que ya no podemos ver. Porque no se muere quien se va, solo muere quien se olvida".

Recuerdo que estaba embarazada cuando murió mi prima. Fui a una doula recomendada por mi médico que me dijo algo tremendamente real “sé que es difícil, pero tenés que dejar de pensar en la muerte y conectarte con la vida”. Las dos caras de la misma moneda. En nuestra sociedad es muy complejo y doloroso hablar de la muerte.

Tenemos una visión extremista y cruel de algo que forma parte de nuestra existencia, y no solo en el plano físico, sino en el psicológico y álmico. Celebrar la muerte fue durante mucho tiempo considerado algo demoníaco, cruel e irrespetuoso. Donde morir está relacionado con lo sobrenatural.

Y sin embargo acá estamos hoy festejando Halloween, el Día de los muertos y el Día de todos los Santos. Pero salir a pedir caramelos o disfrazarnos (algo que disfruto muchísimo) poco tiene que ver con el verdadero significado de estas celebraciones. Sin entrar en detalles sobre la tradición de cada una, todas tienen un común denominador: homenajear la muerte es un acto de amor hacia los que ya no podemos ver. Porque no se muere quien se va, solo muere quien se olvida.

Tanto los pueblos originarios como la cultura hispana y la anglosajona convergen en un mismo punto: la celebración conmemorativa que se manifiesta en una comunicación directa con los difuntos a través de la oración, la invocación y la visita espiritual de los mismos a los vivientes.

Estas fiestas hacen que la muerte cobre un sentido nuevo, una forma alegre de honrar a los que pasaron por la vida mundana y ahora trascienden a otra dimensión para permanecer en nuestros corazones por toda la eternidad. Y lo más impactante de todo es que para honrar a esas almas, todos los pueblos, no importa su origen, utilizan la belleza de la música y el arte.

Emilia Zavaleta
"La MUERTE significa CAMBIO, y sin el cambio no puede haber TRANSFORMACIÓN. Todos los días morimos un poquito y renacemos otro poquito".

¿Sabían por ejemplo que en la cosmovisión andina, la celebración del Día de Muertos (Aya Marq'ay Killa) no es un final, sino un reencuentro cíclico con los antepasados? ¿Y que además se celebra en el mes de noviembre? Las familias preparan ofrendas con alimentos, panes y flores para alimentar a sus difuntos que son extraídos de las bóvedas y decorados con vestidos y plumas para ser homenajeados.

De la misma manera lo hacían los celtas hace más de 2000 años con el fin del verano (Samhain) y el encuentro de los difuntos con los vivos durante la cosecha. Los más conocidos por nosotros son los rituales mayas y aztecas al exponer sus flores de cempasúchil, velas y ofrendas de alimentos para recibir a sus seres queridos desde antes de la conquista.

La llegada del catolicismo hizo de estas costumbres una fusión que dio el nombre al Día de los Muertos y el Día de los Santos, mientras que en América del Norte la celebración fue absorbida por la ola comercial capitalista que lo transformó en la “noche de brujas”; mejor conocida como “Halloween”.

Pero aún así, con todo esa puesta en escena para festejar, honrar la muerte es un plato difícil de digerir. Seguimos creyendo que es el fin, algo que necesitamos posponer todo lo posible. Y no es solo en el plano físico - donde insistimos en una búsqueda constante de rejuvenecimiento para evitar lo inevitable - sino también en otros aspectos de nuestra vida.

La MUERTE significa CAMBIO, y sin el cambio no puede haber TRANSFORMACIÓN. Todos los días morimos un poquito y renacemos otro poquito. El fin de una relación, soltar un trabajo, mudarse, perder a un ser querido. Todo es parte del mismo ciclo de la vida y la muerte. Todo tiene un fin, pero a la vez todo vuelve a nacer. Desde la planta con sus flores y semillas, hasta el animal que se desintegra para alimentar a otros seres vivos y dar lugar a un nuevo eslabón en el ciclo de la naturaleza. El “dejar atrás”, “soltar”, y “trascender” es igual a “morir”.

La belleza de la muerte es lo que permanece en nuestra memoria. El dolor puede durar toda la vida, pero también puede transformarse en arte, en un proyecto, en un acto de amor hacia otros y un renacer hacia una nueva versión de uno mismo.

Quedan las bellas cicatrices que nos recuerdan nuestra evolución y legado. Cuando se murió mi prima, al poco tiempo nació mi última hija. Y unos meses más tarde surgió en mí una nueva manera de canalizar el dolor: la escritura y las historias de las mujeres latinoamericanas.

Empecé a escribir poesía y a leer acerca de todas esas almas que pasaron por nuestra historia regional y que habían sido olvidadas. Se originó Mulanas, y con ella, una fuerza en mí que sigo descubriendo. La muerte le da otro sentido a la vida y sin ella no podríamos crear.

Pero el dilema es que todo lo que rodea a esta temática está directamente relacionado con la oscuridad. Se traduce en “no quiero ver que hay ahí adentro”. Por eso morir también significa ir a lo profundo, a aquello que nos da miedo, pero que tarde o temprano nos convoca. Es ahí donde está el portal luminoso, la libertad y la belleza del porvenir.

La muerte no nos compara, no nos hace competir. Es humana, es igualitaria, está despojada de prejuicio y no se basa en lo material. La mejor representación de ello es la famosa Catrina en México, creada por un dibujante José Guadalupe Posada y consagrada por Diego Rivera como la gran burla a la muerte, ya que somos todos y todas iguales ante ella. Si solo pudiéramos aplicar esta verdad a otras formas de morir, viviríamos con mayor plenitud, disfrute y armonía.

Abrazar la muerte es vencer al miedo. Cada vez que lo enfrento estoy dejando atrás una parte de mí, que no voy a olvidar, pero que ya no va conmigo. Entonces pienso ¿Cómo quiero morir? Sabiendo que amé, que disfruté y que dí lo mejor de mí en cada etapa de mi vida.

¿Y adónde vamos luego ? No importa tanto. Podemos creer en el cielo, en la reencarnación, en la tierra. La pregunta es ¿Qué dejamos ? Nuestra muerte es un legado para otras almas, para quienes vienen después de nosotros, y para guiar a los seres queridos a través de las constantes visitas que se manifiestan en señales, nacimientos, recetas, risas y lágrimas. Prepararnos para su llegada es vivir con intensidad, con amor, con empatía y compasión. Porque la muerte no separa, sino que mantiene unida la trama. Una trama de ovillo que nunca termina.

Hoy prendo mi velita, por todas esas personas que dejaron su marca en mi corazón. Pero especialmente por vos, aunque siempre te recuerdo. Y te digo que tenías razón en no tenerle miedo a la muerte, porque ahora estás en todas partes, con otra forma de existencia. Y dejaste una semilla en cada uno de nosotros que continúa floreciendo todos los días y para siempre.

"Una generación sucede a la otra, y cada una repite los actos de la anterior. Solo un instante antes de morir descubren que era posible soñar y dibujar el mundo a su manera, para luego despertar y empezar un dibujo diferente."
ELENA GARRO

Mis recomendaciones de la semana

La película COCO de Disney. Una obra de arte alrededor de la muerte que no se pueden perder, para ver en familia y con un pañuelito en la mano. Pueden verla en la plataforma DISNEY+

"Morir para ser yo" de Anita Moorjani. Un testimonio real sobre la muerte y la vida lleno de amor.

Lecturas: "Los Recuerdos del Porvenir" de Elena Garro y "Pedro Páramo" de Juan Rulfo. Y otra que para mí fue un descubrimiento "La amortajada" de María Luisa Bombal. Exclentes obras sobre la muerte del realismo mágico latinoamericano. Las pueden conseguir en BUSCALIBRE

VIAJAR A MÉXICO es mágico! Es un lugar que al menos una vez en la vida hay que visitar. La muerte allí se camina y se respira, y es de una belleza inigualable.

Fuente: Emilia Zavaleta, @sermulanas

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