Como ave del paraíso... Desde los locos años 20’ las plumas fueron siempre un elemento que aportaron excentricidad a la moda. Las actrices del cine de los años 40’ y 50’ hicieron uso y abuso de este recurso que potenciaba su figura y muchas veces, opacaba sus capacidades actorales.

Desde una boa larga de marabú para las flappers de los cabarets parisinos pasando por un delicado ruedo de plumas hasta un vestido totalmente cubierto el resultado es siempre el mismo: alto impacto.

Las plumas destacan opulencia a diestra y siniestra tanto sea en un ruedo delicado como un total look. La “piel de las aves” es un recurso de femineidad en su máximo esplendor que también amplía la silueta con proporciones ligeras y sofisticadas.



Aladino

Aquí la versión chic de Las Mil y unas Noches ancla en una adaptación del tailleur pantalón. Con un especiado sabor oriental mezcla materiales y épocas pasadas en una adaptación elegante y contemporánea. Las líneas netas y rigurosas del saco con hombreras filosas compite sin premio con la levedad del pantalón babucha cuya transparencia está velada por hilos plateados.


Fue a comienzos del 1900 con Paul Poiret cuando el estilo oriental se coló en la moda con un ticket de ida. Los exquisitos y lujosos diseños del modista frances, que los probaba en el cuerpo de su mujer, fueron el puntapié inicial de nuevas siluetas. Además fue uno de los precursores de la liberación de la mujer ya que fue el primero proponer eliminar el corset.

Inspirándose en el kimono japonés, diseñó un tapado liviano cruzado cuya riqueza estaba en los terciopelos y los brocatos que usaba. Fue además el creador de lo que se conoció como los pantalones harem, una versión moderna del traje de odalisca ideal para la danza del vientre. Su labor se reconoce por ser uno de los pioneros del modernismo.

Alto impacto

La corta historia de vida de Talitha Getty tuvo varios condimentos que alimentaron la realidad de quien fuera considerada una verdadera it girl. Nacida en Holanda, sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial pasando su infancia junto a su madre en un campo de concentración japones. Devenida en actriz en el Londres de los años 60, su belleza acaparó las miradas de varios hombres incluido el bailarín ruso Rudolf Nureyev.

Pero el trofeo se lo llevó el millonario John Paul Getty Jr con quien se casó en 1966. Marrakech fue el lugar de residencia de la pareja durante algunos años y donde Talitha acuñó el estilo oriental del momento. Eran los albores de los años 70 cuando el caftán se convirtió en su segunda piel hasta su muerte en 1971 a causa de una sobredosis de heroína.

Si bien la versión contemporánea desdibuja un poco esos orígenes orientales todavía conserva la fluidez, la amplitud y la ausencia de cuello y mangas tradicionales. Lo que comúnmente hoy se conoce como túnica toma ese ADN marroquí y bohemio y lo adopta adaptándolo a los tiempos actuales.

Una ninfa

Las mitologías griega y romana acuñaron el término para representar a aquellas mujeres jóvenes de una inexplicable belleza cuya voz dulce seducía de manera espontánea en la naturaleza. Asociada a lugares como ríos, manantiales , incluso mares, o bosques la fantasía popular las representó vestidas de blanco como símbolo de pureza y virginidad. Tanta juventud y belleza está asociada a delicados y etéreos vestidos blancos que se cree que pueden flotar al paso de quienes los llevan dejando una suerte de estela detrás.

La delicadeza del solero blanco en verano afirma su condición de pieza imprescindible, sobre todo cuando la textura acompaña y potencia su allure. El corte imperio, reconocido durante el gobierno de Napoleón Bonaparte en los vestidos de las mujeres de la época incluida Josefina Bonaparte, destaca la silueta ya que saca a relucir el busto como parte fundamental del vestido.




La capitana

Un trío cromático con un ADN reconocible. Asociado a la navegación, el blanco, el azul marino y el dorado forman una triada elegante y chic que invita a subir a bordo. La paleta tiene un significado preciso y refiere al mar en el azul, a la espuma de las olas en el blanco y al sol en el dorado.

La moda que todo lo abarca reconoce, en el comúnmente llamado estilo marinero, una tendencia que siempre está más allá de ella y siempre encuentra un lugar.

La mezcla de prendas, a primera vista de orígenes diferentes, llama la atención de manera elegante. El saco masculino recuerda los que llevan los capitanes de fragatas y la falda evasée tiene largo midi y un trabajo artesanal que hacen que su uso sea eterno.

Los complementos brillan desde el fulgor del dorado en diferentes intensidades aportando la cuota lujosa. Un estilo que no necesita gorra de capitán ni birrete de marinero para destacar.

MODELO @antourunaga para @look1modelsmanagement
FOTOS @chrisbeliera
VÍDEO @mirulucena
ESTILISMO @alegarcia360
MAQUILLAJE Y PEINADOS @natalipomasonccomkp para @sebastiancorreaestudio
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