Hace algunas horas se conoció la noticia del fallecimiento de César Mascetti, periodista y conductor de radio y televisión, con una gran trayectoria, que había decidido retirarse en 2003 junto a su mujer, Mónica Cahen D' Anvers para vivir en la tranquilidad de su finca de San Pedro.
Compartieron juntos más de cuatro décadas y vivieron una hermosa historia de amor. Aunque formaron también una gran dupla en lo profesional: simplemente mencionando "Mónica y César", así, sin apellidos, cualquiera sabía de quiénes se trataba. Eran los conductores del noticiero que lideró la pantalla de El Trece durante los años que estuvieron al frente de Telenoche.
Se habían retirado en 2003, año en el que -curiosamente- "legalizaron" una relación de 25 años. "¡Veinticinco años vivimos en pecado!" dijo riendo Mónica. Y añadió: "En 2003, cumplimos las Bodas de Plata, así que aprovechamos la fecha y nos casamos. Nos pareció que era un buen regalo de aniversario. Le dije a César: '¿No te parece que es hora de que firmemos un papelito para que se sepa que esto es en serio?'. Y lo hicimos", dijo en su momento Mónica, quien en la actualidad tiene 87 años.
Cómo empezó todo entre Mónica y César
Cuando recordaban cómo se habían conocido, ellos mismos admitían que no fue amor a primera vista y que apenas se toleraban cuando se conocieron, en el noticiero. Se cruzaron por primera vez en 1971, ella ya era una destacada periodista y él estaba comenzando su carrera.
Por ese entonces ella estaba casada con Iván Mihanovich, con quien había tenido a sus hijos Vane y Sandra. Tras un corto paso por la actuación, Mónica volvió al periodismo con el ciclo Mónica presenta donde, ya separada de su marido, se reencontró con Mascetti.
"El me parecía un hombre insoportable", recordó la periodista en la nota citada. "Era muy buenmozo y se sabía lindo. Todos los días había mujeres en la puerta del canal y lo esperaban a que saliera. Un 7 de junio, Día del Periodista, nos encontramos en una fiesta de Goar Mestre. Sólo sé que cuando nos fuimos, él se subió a su auto y yo al mío, y en vez de ir por caminos separados, nos volvimos juntos y nunca más nos separamos", agregó.
"Si me preguntás, te juro, que no sé por qué. Y es tal la maravilla que vivimos que nunca nos pusimos a pensar qué pasó. Es lo que fue, es lo que hay y estoy feliz de que sea así", añadió la periodista.
El retiro de Mónica y César, su conexión con la vida
Tras su retiro de la televisión y su casamiento, la pareja se estableció en su finca de San Pedro, que habían adquirido en la década del `80.
Allí pasaron sus días durante los últimos casi 20 años, entre sus plantaciones de naranjos, rosales, azares y una gran huerta, que está ubicada a 11 kilómetros de su casa de campo. "La verdad, nunca nos arrepentimos del cambio", contó en su momento Mascetti a La Nación.
"Cuando estábamos pensando en irnos de la tele, un brillante psicoanalista con el que hacíamos terapia nos tiró una frase que terminó por definir nuestra decisión: ‘No sé ustedes, pero yo quiero que a mí la muerte me encuentre vivo’, dijo, teniendo en ese momento muy en claro su destino.
Y luego se preguntó: "¿Qué sentido tenía seguir trabajando con semejante carga horaria si eso no nos permitía estar más conectados con la vida? Nosotros también queremos estar vivos cuando nos llegue la hora. Somos viejos vitales y transitamos esta etapa de nuestras vidas con la plena certeza de que estamos aprovechando cada instante que tenemos".
Cómo vivir una historia de amor de 40 años
Interrogada tiempo atrás sobre vivir en una pareja tan longeva, Mónica no daba vueltas: "Nada más mentiroso que 'son el uno para el otro porque son idénticos y se llevan de maravillas'. César y yo somos como el blanco y el negro. El es el que piensa y planea, y yo soy la que ejecuta. Y creo que gracias a las diferencias que nos distancian estamos juntos".
Por su parte, Mascetti explicaba: "Un poco se trata de tener la suerte de haber encontrado a la mujer de mi vida… Yo quiero creer que soy el hombre que completó su vida. Lo nuestro es un complemento acertado. Te juro que ella no para un minuto. Hay momentos en que me cuesta seguirle el trote", comentaba risueño.
Los celos no han sido un tema menor entre ellos y esto pensaba Mónica: "El tema es que César no lo dice y se hace el desentendido, pero después me pasa factura... Yo soy asquerosamente celosa. No me refiero a cuando viene Ingrid Grudke y a César se le cae la baba como a todos los hombres. El tiene como la mirada fácil, ¿viste? Se le van los ojos… Lo que en realidad me da celos es cuando le da demasiada importancia a cosas que no quiero que le dé: una relación con alguien o un determinado trabajo", explicaba Mónica.