La historia real y de superación detrás del nuevo éxito de Netflix (o cómo Sam Bloom luchó contra la parálisis y se convirtió en campeona mundial de surf) - Revista Para Ti
 

La historia real y de superación detrás del nuevo éxito de Netflix (o cómo Sam Bloom luchó contra la parálisis y se convirtió en campeona mundial de surf)

Fue la película más vista del fin de semana. Emotiva y aleccionadora, muestra la lucha de Sam Bloom para sobreponerse a la adversidad y superarse. Naomi Watts, una vez más, se convierte en la mejor intérprete de esta mujer que supo hacerle frente al dolor y convertirse en campeona de surf.
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De un día para el otro le cambió la vida a Sam Bloom. En unas vacaciones familiares en Tailandia en 2013, una caída de seis metros a través de un balcón podrido sobre concreto destrozó la espalda de Sam y su existencia tal como la conocía. La lesión por esta caída la dejó postrada en una silla de ruedas, pero además de esas barreras físicas, ella tuvo que hacerle frente a la depresión y a las barreras mentales.

Sam y Cam Bloom. Foto: IG.

"Llevábamos unos cuatro días de vacaciones y uno de los niños vio una escalera que conducía a una plataforma de observación, así que todos subimos", cónto en una entrevista Sam. "Me apoyé en una barandilla y tenía podredumbre seca", dijo. Cuando la barranda se cayó, también lo hizo Sam. Se rompió la columna vertebral en las vértebras T6 y T7, se fracturó el cráneo en varios lugares y quedó tendida en un charco de sangre.

Sam junto a uno de sus hijos. Ella estuvo siete meses internado. Foto: IG

"Los médicos [en Tailandia] seguían diciendo 'es un shock espinal', así que asumí que en seis semanas volvería a la normalidad", comentó. "[En Australia] me hicieron una resonancia magnética y fue entonces cuando el médico se acercó y dijo sin rodeos, 'nunca volverás a caminar'. Creo que pasé el primer mes llorando".

Naomi Watts y Sam Bloom. Foto: IG

La enfermera efervescente y madre de tres (Rueben, Noah y Oliver) se quedó paralizada de pecho para abajo. Inevitablemente, después de siete meses en el hospital, Sam buscó de nuevo su lugar feliz, pero no salió bien. Le costó superarlo, pero lo hizo, y supo reinventarse volviendo a practicar el deporte que toda su vida amó, incluso, llegar a convertirse en campeona.

Los Bloom junto a uno de sus hijos van a surfear. Foto: IG.

"Mi esposo, Cam, me llevó a nadar y un amigo en una tabla me decía 'vamos, Sam, sube'. Finalmente me convenció y me empujó hacia una ola. Yo estaba como, 'no, eso no es surfear'. No quería volver", cuenta. Desde chica amaba surfear olas.

Sam tuvo que batallar contra el dolor físico, que por momentos era insoportable. "Nada me dolió tanto como cuando el médico dijo que nunca volvería a caminar", dice. "Nunca quise ser un espectador, eso no es lo que soy. Estuve tan deprimido durante el primer año. Todo parecía imposible. Extrañaba jugar con los chicos, me extrañaba a mí".

Sam, su hijo y Penguin. Foto: IG

Más allá de la parálisis y el dolor, Bloom sentía ira, tristeza, envidia y culpa: "Los niños estaban enfermos y podía escucharlos llamar a su papá, pero no a mí. Recuerdo estar acostada llorando, porque no podía saltar y estar allí para ellos. '¿Qué soy yo, si no soy una mamá?'".

Pero en esta historia de superación también tuvo que ver una urraca. Noah, el hijo mayor de Sam y Cam encontró en una playa un pichón que se había caído del nido y la familia lo adoptó.

Estaba a punto de darse por vencida, cuando Noah llevó a la casa a esta urraca bebé herida. La familia la llamó Penguin (Pingüino). "Creo que en realidad me devolvió la confianza", dice Sam sobre su nuevo invitado. “Antes de eso, pensaba que era la peor mamá, la peor esposa, la peor amiga, todo. Cuando encontramos a Penguin, me di cuenta de que en realidad podía cuidar algo, y no era tan inútil como pensaba. Ella me dio esperanza de esa manera, por extraño que sea. La recuperación de Penguin me dio un sentido de propósito".

En 2018, Sam se convirtió en campeona de surf. Foto: IG

Penguin ¡tenía un horario de alimentación cada dos horas y siempre necesitaba mantenerse caliente. "No me di cuenta en ese momento, pero, en cierto modo, nos manteníamos vivos", escribió Sam en su diario. Ella se dio cuenta de que se sentía mejor, y ver a Penguin volverse más independiente la hizo desear eso para ella también.

Foto familiar. Foto: IG

Sam Bloom regresó al agua cuando Penguin aprendió a volar. Ella se animó entonces a navegar en kayak. Junto con el kayak y el piragüismo, comenzó a surfear nuevamente , que era una de sus actividades favoritas antes del accidente.

Hoy, ella es embajadora de Wings for Life , una organización benéfica de investigación de la médula espinal que tiene como objetivo ayudar a encontrar soluciones para los millones de personas en todo el mundo (y las generaciones futuras) afectadas por tales lesiones.

Además, de la película protagonizada por Naomi Watts, ella es tema de dos libros."Es realmente extraño tener una película sobre tu vida, pero es algo genial", dice. "Cuando Naomi tenía que vestirse frente a la cámara, yo decía, 'no, no, tienes que reducir la velocidad para que parezca real'. Ella era buena para estar enojada y llorar mucho. Yo estaba como, sí, ¡en realidad eso es correcto!"

La película se rodó en la casa de los Bloom. Foto: IG

Cuando Naomi Watts leyó Penguin Bloom quedó conmovida por la historia y pensó en la película. Sam permitió que Watts leyera sus diarios y la película se filmó en la casa de su familia real en Australia. La producción también incluyó a ocho urracas que interpretaron a Penguin.

Más información en parati.com.ar

   

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