Reciclar en un mundo en el que se necesita disminuir la contaminación termina siendo el motor motivacional del arte en metal.
Con chapa, hierro, pala o tijeras de podar que ya no usamos, Julián Provenzano crea obras de arte únicas desde su taller en Pergamino, que no solo recorren kilómetros en Argentina sino que también se aprecian internacionalmente.
"Siempre estuve armando y desarmando cosas, de chico lo hacía jugando. Hoy sigo haciendo lo mismo pero a otra escala", le contó el contador público de profesión y artista por elección a nuestra referente en jardinería Mechi González Prieto (@mechi_deraiz) en una nota exclusiva.
Si bien sabe que es especialista en la manipulación de materiales y creativo, se define como loco por los fierros y muy curioso. "Eso es lo que me motiva en cada una de mis obras, seguir aprendiendo y buscando nuevas técnicas", aseguró.
Julián también es dueño de un corralón y ese es su espacio de creatividad, donde se pierde entre los fierros. Aprovecha cada chapa, metal, cromado o hierro para construir obras únicas y diferentes, casi siempre relacionadas con la naturaleza.
Sus comienzos
Su abuela vivía en el campo en Pinzon, una localidad vecina a donde vive hoy con su familia. Su papá siempre que iba a trabajar lo llevaba, y sus recuerdos vienen desde ese entonces.
"Había un baldío al lado con una pila de chatarra, yo revolvía hasta encontrar algo que pudiera desarmar y armar, como un rompecabezas hecho a medida", cuenta el pergaminense.
Las vueltas de la vida lo llevaron a trabajar en el corralón de materiales rodeado del chatarrerio y la soldadura y hace 7 años comenzó a incursionar en lo que se llama arte en metal.
Julián primero hizo cosas chicas y utilitarias, para el hogar interior y exterior. Luego se fue inclinando por obras de arte para decoración.
"La primera vez soldé como pude con una máquina que aún conservo. Aprendí a usarla cuando necesité hacer una salamandra para mi".
Ese fue el puntapié que le dio el empujón para tomar cada vez más conocimiento hasta lograr desarrollar piezas únicas con soldaduras de diferentes tipos y de alta complejidad. "Siempre estoy aprendiendo y aplicando diferentes técnicas de fundición, moldes y soldaduras. La magia está en innovar continuamente, no hacer cosas repetidas", remarcó Julián.
Materiales que utiliza
Su materia prima es lo que muchos ya no usan: desde lavarropas, caños y motores hasta lámparas, rejas, etc.
"Lo que más disfruto usar son las herramientas de jardinería, por sus formas y por la historia que tienen detrás. Siento que son muy útiles y algunas tienen formas específicas que son muy atractivas", contó.
También aseguró que le gusta crear con piezas que cuando las mirás ves que tienen un montón de trabajo detrás, que no es fácil fabricarlas. "Pensar que ya no se usaban más me dolía un montón. Entonces siempre quise incorporarlas para darles otro uso y otro sentido", completó.
Una demanda creciente
Julián realizó desde tutores para plantas, hasta flores y fogones, siempre tratando de orientar sus creaciones a obras de arte de gran tamaño.
"Apunto a crear cosas de gran tamaño relacionadas a la naturaleza, que llevan cierto tiempo de confección y que no se fabrican en serie. Me aburre hacer las cosas más de una vez", comentó.
Muestras locales e internacionales
El artista participó de exposiciones en Pergamino y Buenos Aires. Pero su creatividad llegó a Qatar y a Turquía, donde mostró algunas de sus esculturas: un caballo en tamaño real, un toro, una vaca, un ciervo y una abeja. También expuso a personalidades como Messi y Maradona.
"A veces las obras surgen a partir de un encargue con un proceso participativo o pueden crearse a partir de alguna pieza que tengo. La naturaleza me inspira, de hecho muchas de mis obras son animales en alguna acción, no estatuas", detalló el artista.
La obra que marcó su historia
"El primer caballo que hice lo vendí en Qatar y fue una bisagra en mi carrera. Además de que tiene un gran significado emocional para mi: lo hice durante la gestación de mi hija Lupe y representa parte de mi historia", sostuvo al recordar una de sus hojas más emblemáticas.
Con una mirada al futuro
Julián Provenzano, se define de varias maneras: loco por los fierros, curioso, manipulador de cosas con las manos y un buen armador de rompecabezas.
Y para los que aprecian sus obras, es también un gran creativo y artista que no descuenta hacer cosas con plástico, pintura, "siempre abierto a crear a partir de la curiosidad", concluyó.