Cuando hay dos chicos en casa y un solo dormitorio, la decoración puede resultar todo un desafío. Sin embargo, existen múltiples ideas para lograr que cada uno tenga su espacio y que todo fluya en armonía y de la mejor manera para que se sientan cómodos y a gusto en este ambiente tan importante para ellos.
Como punto de partida es importante lograr un buen diálogo con ellos para resolver la decoración en conjunto y que cada uno tenga y sienta su espacio como propio.
Esto se puede lograr preguntándoles cómo les gustaría que luzca la habitación y también dándoles la libertad de elegir el color de alguna pared, acolchado, almohadones, etc.
No hay que encasillarse solamente en el color de los muebles o textiles que están interesados los peques de la casa, sino también en cómo usarán la habitación. De esta manera, se pueden crear diferentes espacios en función de sus gustos e intereses: zona de juegos, zona de lectura o estudio, etc.
Una buena manera de dividir y delimitar el espacio consiste en pintar las paredes de dos colores diferentes para marcar la separación. Para eso, se recomienda darles la posibilidad de que cada uno elija el color que más lo identifique (o uno similar).
Una alternativa muy popular consiste en agregar las iniciales o el nombre completo de cada uno sobre la pared en la que se encuentran las camas para que sientan ese espacio como propio. También se puede decorar con algunos objetos que los identifique.
El orden es un punto fundamental cuando se trata de habitaciones compartidas. Es por eso que resulta muy importante que cada uno tenga un espacio privado (por más pequeño que sea) en el que puedan guardar sus cosas.
Puede ser una estantería con cajas o cestos de fibras naturales (quedan divinos) con el nombre de cada uno para que ellos lo identifiquen como propio y se ocupen así de mantener el orden.