Tan decorativa como beneficiosa, la caléndula es una de las plantas con flor más vistas en jardines, balcones y terrazas, aunque también puede ir bien en interiores luminosos. Y es que además de ser muy valorada por su poder ornamental, es muy elegida para tener en casa por sus propiedades medicinales.
Originaria de Egipto, esta planta herbácea perenne crece en forma de mata y suele medir entre 50 y 70 cm de altura, consagrándose como la candidata perfecta para espacios reducidos. Sus tallos suelen ser bastante rectos y su flor -muy reconocible a simple vista- puede ser amarilla o naranja.
Propiedades medicinales de la caléndula
Además de ser súper bella y decorativa, la caléndula cuenta con múltiples propiedades curativas:
- Antiinflamatoria.
- Cicatrizante y antiséptica.
- Antibacteriana y fungicida.
- Regula el ciclo menstrual.
- Disminuye los problemas digestivos.
Gracias a sus poderes cicatrizantes y antisépticos, la caléndula suele incluirse en numerosos productos para tratar el acné, la dermatitis y la deshidratación cutánea.
Si bien sus flores se pueden consumir en infusiones, lo más común es ver a la caléndula en el mundo de la cosmética a través de aceites, jabones y cremas.
Tipos de caléndula
- Caléndula africana: se caracteriza por sus flores de gran tamaño, forma redondeada y diferentes colores como amarillo, naranja y beige.
- Caléndula mexicana: con un aroma muy similar al del anís, es una variedad que puede alcanzar hasta el metro de altura.
- Caléndula francesa: es conocida por sus llamativas flores, las cuales son dobles con pétalos que nacen en forma de borla. Puede alcanzar entre los 15 y 50 cm de altura.
- Caléndula triploide: es una mezcla entre caléndula africana y francesa.
Cómo cuidar una caléndula
- Luz: si bien prefiere el sol pleno, también puede desarrollarse a la semisombra.
- Ubicación: se recomienda colocarla en terrazas, balcones y jardines que reciban una buena dosis de luz solar durante el día.
- Temperatura: prefiere las más cálidas y se recomienda evitar las heladas.
- Riegos: deben ser frecuentes pero moderados, se recomienda hacerlo luego de comprobar que el sustrato esté ligeramente húmedo.
- Sustrato: se recomienda apostar por uno rico en materia orgánica y con un buen drenaje que evite los encharcamientos.
- Fertilizante: durante su época de floración se recomienda aplicarle un abono para plantas con flor.
- Poda: una vez finalizada la floración se recomienda retirar todas las ramas marchitas.