Aunque la huerta en invierno no vive su mejor momento, siempre hay algo para hacer. Y es que por más que el termómetro asuste se puede seguir produciendo y llevar a cabo algunas tareas fundamentales, como fortalecer el suelo y empezar a planificar la siembra de primavera.
En esta nota especial de la Semana Deco Para Ti te contamos qué sembrar y cómo cuidarla en esta estación del año. ¿Manos a la tierra?
Invierno en la huerta
El invierno es el momento justo para enfocarse en abonar la tierra y trabajarla para las temporadas que se vienen. Se puede cultivar, sí, pero es menos la variedad y la cantidad.
Además, hay que tener en cuenta que todo crece más lento y se disminuye la frecuencia de riego. Esto quiere decir que puede ser una buena oportunidad para iniciarse en el mundo de la horticultura.
Qué sembrar en invierno
Sin dudas las hortalizas son las más aptas para sembrar y cultivar en invierno, pero dentro de este grupo, cuando el termómetro baja, lo idea es apuntar a las hojas.
Acelga, espinaca, cebolla de verdeo, puerro, apio, kale, rúcula, repollo, brócoli, coliflor, arvejas, habas, zanahorias, rabanitos, nabos, lechuga, repollo, remolacha, repollitos de Bruselas, entre otros.
Aromáticas ¿sí o no?
Si bien es cierto que el verano es la "temporada alta" de las aromáticas, no hay que renunciar a ellas en invierno. Hay especies que resisten muy bien las temperaturas más bajas: perejil, orégano, romero, salvia y tomillo son algunas de ellas.
Cómo cuidar la huerta en invierno
Con las bajas temperaturas como amenaza, lo mejor es colocar una cobertura para la huerta (puede ser una capa plástica que no esté en contacto directo con los vegetales) para evitar que el frío impacte en los cultivos. También se puede cubrir con una capa vegetal (hojas secas, ramas sueltas o hierba cortada) tipo mulching.
Otro factor a tener en cuenta en esta estación del año son los riegos: se recomienda regar la huerta al mediodía para evitar que las heladas de la noche lastimen a los vegetales. Pero también conviene disminuir la frecuencia con la que se riega, ya que el agua no se evapora fácilmente y podría causar la formación de hongos en los cultivos.