El mundo tiene sus ojos puestos en la Ciudad del Vaticano donde, a partir de este miércoles, comienza el cónclave para suceder al papa Francisco, quien murió el 21 de abril, a los 88 años.
Con la presencia de 133 cardenales provenientes de todo el mundo, se da inicio al evento religioso que, además, convoca a la nobleza más tradicional de Roma.
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Estarán reunidos en la Capilla Sixtina para las votaciones y se alojarán en la Casa de Santa Marta, bajo un régimen de aislamiento y confidencialidad. No tendrán acceso al exterior, ni visitas, ni prensa o móviles. A lo que se suma un curioso menú y una prohibición que es, al menos, curiosa.
Por qué los cardenales del cónclave tienen alimentos prohibidos
A pesar de ser un alimento liviano y saludable, los participantes del cónclave tienen prohibido comer espárragos. Un dato llamativo, que parece fuera de contexto, pero que tiene detrás una razón química.
Los espárragos contienen compuestos de azufre, como el ácido asparagusico, que al digerirse se descomponen en moléculas volátiles, responsables del característico y penetrante olor en la orina.
Por esta razón, en el contexto del cónclave (donde los cardenales comparten baños) este tipo de alimentos se consideran inapropiados. "Es una cuestión de respeto mutuo en un ambiente cerrado y espiritual", señala el liturgista Nicola Bux a L'Osservatore Romano.
Además, desde el siglo XIII también se prohíbe la comida rellena o cerrada porque en ella se podría esconder algún mensaje. Por eso, no pueden comer platos como pollo relleno, arrollados o empanadas.
"El cónclave no es un retiro placentero; es un tiempo de discernimiento intenso donde cada elemento, incluso la comida, debe estar orientado al bien común del cuerpo eclesial", afirmó el jesuita Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica.
Cómo es el menú de los cardenales durante el cónclave
El nutricionista Giorgio Calabrese, médico italiano especializado en Ciencias de la Alimentación, reveló para ACI Prensa el plan alimentario que diseñó para los cardenales electores que desde esta mañana se reúnen en el cónclave para elegir al próximo Papa.
Las jornadas comienzan con un desayuno compuesto por con tostadas con miel o mermelada, té o café. Luego, un almuerzo ligero, rápido y sabroso, "que satisfaga el paladar sin sobrecargar de grasas", puntualizó el nutricionista.
El primer plato puede ser una pasta ligera con tomate y albahaca fresca, o un risotto de verduras o legumbres. A continuación, "carne blanca o pescado a la plancha y no frito, con verduras al vapor o también a la plancha", revela al medio italiano. De postre, fruta y de beber sí pueden tomar una copa de vino, como destaca el nutricionista: "El agua se bebe para hidratarse, el vino se saborea para alimentarse". Eso sí, en vasos y jarras de cristal transparente para evitar la entrada de mensajes ocultos.
Por la noche, la cena deberá ser "fácil de digerir", por lo que el menú cuenta con jamón cocido, salmón ahumado o sardinas; también quesos frescos.
Según explica Calabrese, este es el menú que entregó al Vaticano, pero las religiosas de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (que gestionan la Casa Santa Marta), son quienes tienen la decisión final. Los platos, cocinados y servidos por "laicos de confianza" que trabajan bajo un juramento de secreto.
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