En el año 2000, Daniel Arcucci y Ernesto Cherquis Vialo publicaron la biografía de Diego Maradona. Trescientas páginas escritas en primera persona. Su contenido fue grabado mientras el astro del fútbol estaba viviendo en Cuba. Uno de los capítulos está dedicado a Claudia Villafañe. Diego la describe como la mujer incondicional que siempre estuvo a su lado.
Los inicios de una historia de amor
En el capítulo dedicado a Claudia, Diego habló de cómo se conocieron y cómo comenzaron a salir.
"Ya estaba instalado definitivamente en la casita de la calle Argerich, con toda mi familia. Era una típica casa de barrio, propiedad horizontal. Nosotros vivíamos al fondo y adelante estaba la familia Villafañe: don Coco, taxista y fanático de Argentinos, doña Pochi, ama de casa, y... la Claudia", comenzó a contar Maradona sobre cómo conoció a su ex- esposa.
"Creo que nos empezamos a mirar desde el primer día, cuando me instalé ahí, en octubre del '76. Ella me miraba por la ventana cada vez que yo salía y yo me hacía el boludo, pero siempre la relojeaba. Eso sí: recién me le animé casi ocho meses después. Exactamente el 28 de junio de 1977", continuó Diego.
"Fui a bailar a un clásico del barrio: el Social y Deportivo Parque. Ahí, sobre las baldosas de la cancha de papi, las mismas en las que jugaban todos los monstruitos que después terminarían en Argentinos, se armaban unos bailongos bárbaros", dijo.
Y siguió: "Después de las dos de la mañana empezaban los lentos y ese era el gran momento. Yo estacioné mi Fiat 125 rojo en la puerta y me mandé... Ella estaba adentro, con sus compañeras del colegio, iba al quinto año comercial. Los dos sabíamos que nos espiábamos, así que apenas la cabeceé, aceptó".
"Justo, justo en el momento en que empezamos a bailar, ni nos habíamos saludado todavía, meten el tema 'Yo te propongo', de Roberto Carlos... ¡Espectacular! Me ahorró todas las palabras, que justamente no me sobraban. A partir de ahí, a partir de ese momento exacto, somos El Diego y La Claudia. Y no sabemos vivir el uno sin el otro...".
Claudia, la incondicional
"Bueno, ella se tuvo que acostumbrar a algunas cosas. Y no hablo de las concentraciones precisamente. Una vez yo volví muy tarde, casi de día. Ni dormí: me bañé y me fui a entrenar. Mi viejo me escuchó, pero no me dijo nada...", explicó el astro.
"Al mediodía, cuando volví, lo veo a mi viejo hablándole a la Claudia, casi a los gritos: "¡Vos no podés hacerlo acostar tan tarde al nene, lo tenés que cuidar un poco más, él tiene que ir al entrenamiento!". Yo quería que me tragara la tierra: esa noche no había salido con la Claudia", confesó.
"Ya estaba instalado definitivamente en la casita de la calle Argerich, con toda mi familia. Era una típica casa de barrio, propiedad horizontal. Nosotros vivíamos al fondo y adelante estaba la familia Villafañe: don Coco, taxista y fanático de Argentinos, doña Pochi, ama de casa, y… la Claudia", comenzó a contar Maradona sobre cómo conoció a su ex- esposa.
"Creo que nos empezamos a mirar desde el primer día, cuando me instalé ahí, en octubre del '76. Ella me miraba por la ventana cada vez que yo salía y yo me hacía el boludo, pero siempre la relojeaba. Eso sí: recién me le animé casi ocho meses después. Exactamente el 28 de junio de 1977", continuó Diego.
"Fui a bailar a un clásico del barrio: el Social y Deportivo Parque. Ahí, sobre las baldosas de la cancha de papi, las mismas en las que jugaban todos los monstruitos que después terminarían en Argentinos, se armaban unos bailongos bárbaros", dijo.
Y siguió: "Después de las dos de la mañana empezaban los lentos y ese era el gran momento. Yo estacioné mi Fiat 125 rojo en la puerta y me mandé… Ella estaba adentro, con sus compañeras del colegio, iba al quinto año comercial. Los dos sabíamos que nos espiábamos, así que apenas la cabeceé, aceptó".
"Justo, justo en el momento en que empezamos a bailar, ni nos habíamos saludado todavía, meten el tema 'Yo te propongo', de Roberto Carlos… ¡Espectacular! Me ahorró todas las palabras, que justamente no me sobraban. A partir de ahí, a partir de ese momento exacto, somos El Diego y La Claudia. Y no sabemos vivir el uno sin el otro…".
"Bueno, ella se tuvo que acostumbrar a algunas cosas. Y no hablo de las concentraciones precisamente. Una vez yo volví muy tarde, casi de día. Ni dormí: me bañé y me fui a entrenar. Mi viejo me escuchó, pero no me dijo nada…", explicó el astro.
"Al mediodía, cuando volví, lo veo a mi viejo hablándole a la Claudia, casi a los gritos: "¡Vos no podés hacerlo acostar tan tarde al nene, lo tenés que cuidar un poco más, él tiene que ir al entrenamiento!". Yo quería que me tragara la tierra: esa noche no había salido con la Claudia", confesó.