#BookDeLaSemana Andrea Rincón: "Soy intensa y emocional, cualquier crítica me duele mucho... Por eso quise abandonar MasterChef" - Revista Para Ti
 

#BookDeLaSemana Andrea Rincón: "Soy intensa y emocional, cualquier crítica me duele mucho... Por eso quise abandonar MasterChef"

Confiesa que llegó al certamen de cocina convencida de que cocinaba muy bien y, precisamente por eso, le costó mucho aceptar las devoluciones negativas del jurado. "Soy pésima perdedora", admite. Pensó en dejar el programa pero la entusiasmaron con que continuara y hoy asegura sentirse cómoda y feliz en la competencia. Dice que tiene mala suerte en el amor pero, actualmente, está conociendo a alguien y le pone fichas a esta nueva pareja. 
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Mientras termina de maquillarse para la producción de fotos del Book de la Semana de Para Ti, Andrea Rincón acepta el desafío de imaginar con quién podría llegar a la final de Masterchef Celebrity 2. "¿Tengo que elegir 3 nada más? ¿Pueden ser 4?", suplica y luego enumera: "Para empezar me gustaría que en el repechaje vuelva a Juanse y, si fuera así, querría llegar con él, Georgina (Barbarossa), la Gunda (Claudia Fontán) y Alex (Caniggia)", asegura.

-¡Me gustaría mucho una final entre Alex y vos!

-Al Barat me lo como entre dos panes… Lo dejo así de chiquitito (se rie)

-Contame cómo te llegó la propuesta de participar en el programa

-A fines del año pasado me llamó uno de los productores MasterChef Celebrity para convocarme y mi manager me insistió mucho para que aceptara. La realidad es que yo no había visto la primera edición del programa y, cuando supe que era un reality show, rechacé la propuesta de inmediato.

-¿Por qué? ¿Tiene que ver con tu participación en Gran Hermano, en el año 2007? ¿Fue una mala experiencia?

-Sí, muy mala. Pero te aclaro: el problema no fue Gran Hermano sino el momento de mi vida en el que me tocó transitar la experiencia. Yo, claramente, no estaba preparada para manejar esa gran exposición y me sentí agredida por el medio. Y mi respuesta a ese maltrato tampoco fue buena: yo hago mucha autocrítica sobre esa etapa de mi vida, sé perfectamente que cometí errores.

Esta es la receta preferida de Andrea:

-Pero lograron convencerte de que MasterChef era diferente a Gran Hermano….

-Lo hablé con mis mejores amigas -Caro Marafioti y Juli Ortega- y también con Gloria Luna, que es amiga y terapeuta, y ellas me aconsejaron que aceptara así que aquí estoy. Acepté el desafío pero admito que me costó mucho porque soy muy miedosa y cobarde.

-Si hay una palabra que jamás hubiera usado para definirte es cobarde...

-Pero lo soy. Por eso hice algunas elecciones equivocadas y tuve esa vida, de la que no reniego, pero tampoco presumo.

Intensa y muy emocional

-Si bien el domingo pasado zafaste de la gala de eliminación -gracias a esa tortilla riquísima que preparaste-, te vimos sufrir y llorar a lo largo del programa.

-Es que yo llegué a MasterChef creyendo que la tenía atada: que cocinaba como los dioses. Y, claro, me di de frente contra un paredón. Básicamente porque no cocino tan bien cómo creía y también porque sentí que el jurado no me perdonaba una.

-¿Pensás que eran especialmente exigentes con vos?

-Hoy creo que no pero, en el comienzo del programa, sentía eso… Ojo, te aclaro: es algo que me pasa siempre. Todo lo tomo como algo personal porque soy intensa y muy emocional, a mí cualquier crítica me enoja o duele mucho. Pero, además, cuando empezó el programa mi psicóloga justo se había ido de viaje: las tres semanas en que no tuve terapia fueron las que más padecí MasterChef. Volvió y me dijo: "Andrea, no te puedo dejar sola un mes" (se ríe). 

-Sé que en algún momento pensaste en renunciar al certamen, ¿qué opinó tu psicóloga de esta decisión?

-Vos pensá que mi psicóloga vive un show de stand up cada vez voy a sesión. De hecho, cuando volvió de esas vacaciones y le conté lo que me pasaba, me dijo: "Yo ya sabía que ibas a llorar, te ibas a enojar y a pelear con todos y después los ibas a abrazar y a querer y, finalmente, todos te iban a amar". A mí hace unos años me diagnosticaron Trastorno Límite de la personalidad y eso hace que, si las emociones de una persona van hasta un 60 por ciento, las mías van hasta un 90. Las estoy aprendiendo a manejar y estabilizarlas. Pero cuando me enojo, me enojo mucho. Cuando me entrego, me entrego con todo.

-¿Llegaste a hablar con la producción sobre tu decisión de dejar el certamen?

-¡Obvio! Estaba súper angustiada así que un día pedí una reunión con la producción, les anuncié que me iba porque estaba sufriendo mucho y ellos me explicaron que sólo era un juego, que nadie tenía algo personal conmigo, me pidieron que lo pensara bien antes de tomar una decisión tan drástica. Volví a hablar con mis amigas -que obvio me aconsejaron que continuara participando- y de alguna manera hice un click. Así que retomé las grabaciones y lo primero que hice fue pedirle perdón al jurado por mis mis enojos y excesos.

-¿Aceptaron tus disculpas?

-¡Ellos son lo más! Lo primero que me dijeron es que no tenía que disculparme por nada y eso me dio una gran tranquilidad porque noté que yo había estado masticando bronca mucho tiempo sin sentido. ¡Ninguno de los tres me odiaba ni tenía nada contra mí! Fue una charla muy linda porque pude expresarles lo que sentía, verbalizar ese enojo que había acumulado y ellos lo comprendieron perfectamente. Ese fue el momento en que recibí el cariño y la contención que, tal vez, venía esperando desde el comienzo del programa: esa charla fue la caricia y el abrazo que necesitaba.

-Pero con Germán Martitegui tenés un enfrentamiento concreto…

-(Se ríe) No, no, para nada. Tengo que ser sincera: yo soy cabrona y pésima perdedora entonces me cuesta recibir la mala devolución de un plato que preparé con total dedicación. Pero realidad es que el jurado está para evaluarme, no para elogiarme y darme cariño. Los tres son excelentes personas y unos chefs del carajo… ¿Qué autoridad tengo yo para criticarlos o desconfiar de lo que opinan de una receta mía?

-Pero confesalo: ¿Tenés cierta predilección por Donato de Santis?

-¿Sabés qué me pasa a mí con él? Donato es un tipo que escucha estornudar a un participante que está en la otra punta del estudio y se acerca con un pañuelo: es un tipo al que, la necesidad el otro, lo moviliza y conmueve. Eso me ganó el corazón. Escucho que dicen: "Donato es muy caballero" y yo aclaro que no es así. No pasa por ahí la cosa. Él es sensible a lo que necesita el otro, registra a su entorno porque no está mirando sólo su ombligo.

-Entiendo, eso lo convierte en una persona diferente.

-A mí me emociona que él sea así y me saco el sombrero por Donato. Yo trabajo los fines de semana en la Casa del Niño y también colaboro con la Fundación Sipas, entonces, cuando descubro que hay otra gente que se interesa por el prójimo el corazón me late más fuerte, no puedo evitarlo. Pero esto no quiere decir que no tenga onda con Damián (Betular) o Germán (Martitegui), ¿eh? Son dos grandes artistas y, con sólo entrar al Instagram de Germán y ver las fotos que sube con sus hijos, te das cuenta de que se puede hacer el duro pero tiene un corazón enorme.

Una cuarentena difícil

-Sé que el año pasado viviste una cuarentena muy difícil porque cuidaste a tu abuela que falleció en septiembre del 2020…

-Sí, fue muy duro para mí. Mi abuela estaba bastante bien pero, cuando en marzo se decretó el aislamiento, comenzó con problemas de salud y no había forma de que las cuidadoras llegaran a su casa, así que yo me dediqué a ella hasta que murió. Y cuando hablo de ocuparme de ella me refiero a todo: desde darle de comer, hasta bañarla y cambiarle los pañales. Fue muy fuerte y me dejó súper golpeada. De hecho, cuando murió, sentí que tuve un retroceso a nivel emocional que me llevó a un lugar muy feo y triste de mi infancia y adolescencia.

-Siempre es difícil enfrentar a la muerte…

-Sí, desde ya. Pero creo que, además, se sumó el hecho de su muerte llegara en pandemia, momento en que todos estábamos muy mal anímicamente. El 2020 no fue en un año cualquiera. De hecho, yo pasé todo el aislamiento sola en mi departamento y fue complicado. Cuando murió mi abuela me fui unos días a la casa de mis viejos pero ése no era el lugar indicado para mí porque ahí estaban todos tan tristes como yo.

-¿Volviste rápido a tu casa?

-No, hice como un spa de amigos: viví 10 días en la casa de Juli (Ortega), 10 en lo de Gastón (Pauls) y 10 en lo de Gloria (Luna). Esos 30 días me ayudaron a sanar.

-¿Cómo es tu vínculo con Gastón Pauls? En algún momento se dijo que ustedes eran pareja…

-¡Nada que ver! A la gente le gusta inventar. Somos súper amigos, confidentes e incondicionales. Lo mío con Gastón es un vínculo para toda la vida. De hecho, yo ahora digo que él es mi ángel guardián porque, cuando murió mi abuela y yo volví a casa a encerrarme tan angustiada, fue justamente él quien me vino a buscar y me llevó a la suya. En su casa empecé a recuperarme de a poco.

-Supongo que Julieta (Ortega) es tu otro gran sostén…

-Julieta es todo para mí: no sólo mi amiga y mi hermana, también mi guía y la que me contiene siempre. Mirá, te voy a contar una anécdota para que lo entiendas mejor. Un día voy al chino a comprar pan negro y no había. Eso me generó una crisis total. Pero total, ¿eh? Como cuando se fue Juanse de MasterChef, ponele. Quería pararme enfrente a la caja y gritar: ¡¿Cómo no hay pan negro?!

-¿Lloraste?

-Sí, claro, con discreción -no llegué a ponerme a gritar ni nada de eso- pero lo sentí como un drama porque yo no manejo niveles de intensidad: para mí todo es grave y amerita llanto y amargura. Entonces, a partir de ese día tan absurdo, cada vez que se me presenta una situación que a mí me genera angustia yo la llamo a Juli (Ortega) -que es la persona más fría y racional del mundo- le explico lo que pasó y ella me responde: "Esto es: no hay pan negro, Andrea". Onda: una estupidez. O no, a veces me dice: "Te están tomando el pelo, amiga: actuá". 

-Entiendo: Julieta Ortega es la que evalúa si la situación amerita tu angustia o si estás haciendo un drama por una pavada.

-Exacto. Ella es mi balanza y mi equilibrio. Porque yo soy una persona que me hago una película con final y todo incluido.

-Que lindo es que tengas amigos así

-Sí, soy muy afortunada. Yo siento que ellos son mi familia.

En el amor también es todo o nada

-¿Estás en pareja, Andrea?

-(Sonríe y piensa unos segundos en silencio) Estoy bien…

-¿Eso quiere decir que estás conociendo a alguien, por ejemplo?

-No quiero hablar mucho para que no se queme. ¡Tengo tanta mala suerte en el amor!

-¿Por qué pensás eso?

-No sé… El otro día Caro (Marafioti) me dijo: "A vos lo que te falla es la puntería" y debe ser eso: siempre elijo mal. Pero, esta vez, va todo muy tranquilo y yo le pongo muchas fichas.

-¿Pensás que es una relación que puede prosperar y tener futuro?

-¡Yo creo que sí! Hace un tiempo le día le dije: "Vos te vas a casar conmigo y vamos a tener hijos". Claro, se asustó. Pero, al poco tiempo, volvió. Así que bueno, veremos… Igual, ya es un montón que te esté contando todo esto. Cuando lo lea, se muere. Creo que va a sufrir un ataque de pánico, así que dejémoslo así… ¿Te parece? (suelta una carcajada)

Producción: Marité Rizzo

Fotos: Chris Beliera

Edición de video: Cristián Calvani

Pelo y make up: @sochiherrera

Ropa: @cynthiamartos y @piacarregal, aros: @emmebianc.us y cinturón: @caromarafioti.

Agredecemos, especialmente, a Caro Marafioti por su colaboración en esta nota.

 

 

Más información en parati.com.ar

 

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