5 cosas invisibles de tu casa que afectan cómo te sentís
 

5 cosas invisibles de tu casa que afectan cómo te sentís (y cómo cambiarlas)

En esta nueva edición de la Guía Práctica de Deco, la arquitecta e interiorista Constanza Delgado nos revela esas cosas que no siempre registramos, pero que tienen un impacto directo en cómo vivimos y cómo nos sentimos en casa.
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No hace falta que una casa esté rota para que te incomode. A veces, lo que te agota, te pone de mal humor o te desconecta no son las paredes ni los muebles… sino esas cosas invisibles que se sienten pero no se ven.

Porque aunque no siempre lo notes, el lugar donde vivís impacta de lleno en tu estado de ánimo, en cómo descansás y hasta en las decisiones que tomás.

La buena noticia: no hace falta mudarse ni tirar abajo una pared para empezar a sentirse mejor. Solo hay que prestar atención a 5 factores que, aunque no se vean, lo cambian todo. En esta nueva edición de guía práctica de deco, la arquitecta e interiorista Constanza Delgado (@arq.constanzadel) nos cuenta cuáles son.

1. La luz natural (o la falta de ella)

¿Te sentís sin energía durante el día o con insomnio a la noche? La luz tiene un rol clave en tus ritmos biológicos. Si tu casa es oscura o iluminás todo con luz fría, puede estar afectando tu bienestar sin que lo notes.

¿Qué podés hacer? Corré cortinas pesadas, evitá muebles que bloqueen ventanas, elegí cortinas livianas y sumá lámparas con luz cálida en las zonas de relax.

2. El ruido ambiental

Ruidos constantes (aunque no sean fuertes) generan una carga invisible de estrés. El motor de la heladera, la calle, los vecinos, el tic-tic de una lámpara.

¿Cómo lo resolvés? Usá textiles que absorban sonido (alfombras, cortinas gruesas, tapizados), incorporá plantas o decoraciones que amortigüen el eco. En casos más extremos, podés sellar ventanas o sumar paneles acústicos decorativos.

3. La saturación visual

Demasiados objetos, paredes recargadas, cables a la vista, rincones llenos… Todo eso cansa al ojo y al cerebro, incluso si no lo registrás.

¿El cambio? Hacé una limpieza visual: dejá algunas superficies libres, agrupá objetos por color o material, ocultá lo que no necesitas ver todo el tiempo. Vas a notar el alivio enseguida.

4. Las texturas

Pisos fríos, telas ásperas, superficies plásticas o muy duras. ¿Alguna vez pensaste que eso puede estar afectando tu sensación de confort?

¿Cómo lo resolvees? Sumá materiales cálidos y naturales como madera, lino, lana o algodón. Aunque sea en pequeños detalles como un almohadón, una manta o una bandeja de apoyo.

5. La circulación del espacio

Pasás todo el día esquivando sillas, apretado para abrir una puerta o con muebles que obstaculizan el paso. Eso genera estrés y sensación de encierro.

¿Solución? Probá mover algunos muebles, liberar zonas de paso, dejar espacios de respiro visual. A veces, un cambio mínimo en la distribución cambia todo

Fotos: Archivo Para Ti Deco.

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