En medio del ritmo acelerado de cada día, solemos movernos casi en piloto automático: cumplimos con responsabilidades, respondemos a demandas y tratamos de sostenerlo todo. Pero, entre esas idas y vueltas, hay pequeños gestos –a veces imperceptibles– que son una forma silenciosa de cuidarnos.
A veces es una pausa para respirar, una comida que nos nutre, un rato a solas o un abrazo que nos devuelve el eje. Aunque no siempre lo notemos, el autocuidado está presente. Y reconocerlo puede ser el primer paso para priorizarnos con más conciencia y amor.
Reconocer estas acciones cotidianas como formas de autocuidado nos permite darles el valor que merecen y, a partir de ahí, empezar a cultivarlas con mayor intención. Cuidarnos no es un lujo, es una necesidad vital. Por eso, te compartimos una guía con los distintos tipos de autocuidado y por qué es importante no perderlos de vista en tu día a día.
El autocuidado es un enfoque en la salud en el que una persona asume el rol de implementar acciones (ya sea individuales o colectivas) para fortalecer o recuperar su propio bienestar integral y prevenir enfermedades.
Mirá También

Autocuidado: 3 simples pasos para lucir una piel fresca y libre de impurezas todos los días
Quizá no lo reconozcamos, pero existen diferentes actividades que realizamos en nuestra rutina diaria que buscan estabilizarnos como personas. Sin embargo, algunos las incorporan más, y otros menos. A su vez, todos debemos aumentar este tipo de actividades en nuestra rutina. Cuidarse a sí mismo implica preguntarse a sí mismo qué necesito y a raíz de ello responder con una respuesta honesta. Para ello, debemos ser conscientes de nuestras necesidades físicas, emocionales, mentales y sociales.
Acá te dejamos una guía de los distintos tipos de autocuidado y por qué no debés perderlos de vista en tu día a día.
Autocuidado físico
El autocuidado físico es fundamental para nuestro bienestar corporal, no sólo para ejercitar el cuerpo sino también para liberar el estrés. Estas son las actividades que aportan al cuidado físico:
- Dormir 8 horas.
- Comer variado e incluir con mayor frecuencia frutas y verduras.
- Caminar todos los días.
- Hacerse todas las revisiones médicas anuales correspondientes.

Autocuidado emocional
El autocuidado emocional implica estar completamente conectados con nuestras emociones: no hay emociones buenas o malas, por ende no está mal sentirlas. Sin embargo, lo importante es cómo nos comportamos frente a ellas, podemos realizar actividades como:
- Compartir tiempo de calidad en familia.
- Liberar tus emociones: meditar, reír, permitirse a uno mismo llorar.
- Consultar a un terapeuta en caso de sentir que no podemos lidiar con nuestras emociones.
- Encontrar diferentes canales para expresar tus sentimientos: por ejemplo, a través de una actividad recreativa, escribiendo, bailando o pintando.

Autocuidado mental
El autocuidado mental o intelectual busca ejercitar nuestra mente, estimulando la capacidad de análisis, el pensamiento crítico y la producción creativa. Por ejemplo:
- Participar en juegos de mesa o de destreza.
- Leer libros.
- Realizar algún curso de interés.
- Escuchar podcasts educativos.

Autocuidado social
El autocuidado social implica reconocer que estar en relación con otras personas es necesario para nuestra felicidad. Sin embargo, se trata de elegir vincularnos con personas que sepamos que nos hacen realmente bien:
- Planificar planes recreativos con un grupo de amigos.
- Alejarse de relaciones tóxicas.
- Mantenerse abierto a recibir gente nueva.
- Saber escuchar a los demás.
- Entrar en contacto con amistades que se encuentren a distancia.

Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos: