Este último fin de semana se vivió un hecho histórico con la coronación del rey Carlos III, algo que no sucedía hace más de 70 años. Y la gran ausente fue Meghan Markle, la esposa del príncipe Harry, que decidió no ser de la partida para quedarse en su casa de California y celebrar el cumpleaños de su hijo mayor Archie. A pesar que muchos especulaban que la actriz había ido disfrazada a la Abadía de Westminster, Markle salió a caminar este domingo por los alrededores de su casa junto a un grupo de amigos y como no podía ser de otra manera, llamó la atención con su look.
El look de Meghan
Meghan usó una parka gris de J Crew que combinó con calzas, musculosa negra, pañuelo atado al cuello nude y sombrero Panamá. Además, lució el modelo "Navigator Power" de Victoria Beckham y un collar de cuarzo con detalle de brillante y oro de Maya Brenner. Aunque lo que se llevó todas las miradas es que incluyó en su outfit el clásico reloj de Cartier que usaba a diario Lady Di y una pulsera de diamantes de Bentley & Skinner que el actual Rey le habría regalado a su ex esposa.
El más esperado
El príncipe Harry llegó puntual a la Abadía de Westminster y estuvo sentado bastante alejado de su hermano mayor, el príncipe William, y de toda su familia. De hecho el ex esposo de la reina Camilla tenía mejor lugar que él. Pero Harry llegó presenció la Coronación y sin perder ni un minuto, se subió a un auto que lo llevó de regreso a California. Esto era algo que no se esperaba su padre que no pudo si quiera verlo y según revelaron varias fuentes, se mostró bastante afectado por la decisión de su hijo.
Brindo por su nieto
A pesar de que la relación entre la familia de Harry y el rey Carlos III no es la mejor, el nuevo monarca decidió hacer un brindis por Archie que el mismo día de su Coronación estaba cumpliendo años. Sin embargo, parece que es entre los hermanos que la relación es realmente muy complicada ya que William no le perdona a Harry que haya hablado de su esposa y sus hijos en "Spare" el libro que publicó en enero.
