Benjamín Vicuña confesó qué está haciendo para atravesar el momento que vive hoy tras separarse de la China Suárez - Revista Para Ti
 

Benjamín Vicuña confesó qué está haciendo para atravesar el momento que vive hoy tras separarse de la China Suárez

Benjamín Vicuña se sinceró y habló de todo, en especial de cómo se encuentra en estos momentos y a qué recurre para superar la separación de la China y atravesar lo que él llama "el segundo tiempo".
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"Estoy en una etapa de reconstrucción. De reencontrarme con mi identidad a mis 43 años. A veces uno pierde el foco, y eso es normal, porque nos pasó por encima la vida", es una de las frases reflexivas que Benjamín Vicuña le dijo a Luis Corbacho en la entrevista que él le hizo para El Planeta Urbano.

Expresó que "la vida es un abanico de momentos y que no existe una sola sensación. Parte de la vida es el desamor, la desilusión, y yo creo que lo importante es no querer evadir justamente la vida; intentar aprender algo, estar consciente, estar despierto, transitarla", dando a entender que se refería a la China Suárez y su separación. Y asume: "Es cierto que hay que bancar la soledad, pero a mí mucho no me gusta".

Por eso, el actor chileno contó qué hace para superar este momento que le toca atravesar hoy: "Creo que estoy en un proceso muy bonito de sanación superinteresante, y me lo estoy tomando muy en serio. Con especialistas, haciendo otro tipo de terapias, invirtiendo en el capital humano, que es lo más importante".

Benjamín Vicuña y el balance de vida a los 43

Reconoce que está haciendo un balance de su vida: "Es loquísimo, porque posta que me agarras en un momento de evaluación, como entrando en el segundo tiempo de mi vida. Me gustaría vivir ochenta años y que sea tan lindo como el primer tiempo, pero sí quiero hacer cambios: quiero mover piezas, quiero reinventarme y quiero salir a jugar un gran segundo tiempo. En ese sentido, tengo expectativas, tengo optimismo, tengo fe. Tengo ganas".

Y admitió: "Aprendí a entender que hay una fuerza superior, que la omnipotencia no existe, aprendí a no aferrarme a cosas ridículas (me refiero a pertenencias, casas, objetos), aprendí a perdonar y estoy a aprendiendo a expresarme y a no guardarme las cosas. Toda la vida fui muy cuidadoso y callado por respeto al otro o a la otra, pero también tengo una necesidad de expresión, de decir las cosas, hablar sobre lo que no me parece justo, incluso en el plano doméstico. Soy bastante empático, sí, pero tampoco tan dulce ni tan cordero".

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