Durante su papado, Francisco rompió con varios moldes. Algunos adjetivos que lo caracterizaron hasta el final de sus días fueron "humildad" y "sencillez". Y no fueron solamente palabras, lo demostró con hechos desde el primer momento en el que se tuvo que poner bajo la piel del Sumo Pontífice, algo que hizo a su modo.
Aquel 13 de marzo de 2013, el mundo católico asistía a una imagen poco habitual: un hombre sencillo, con una sotana blanca sin la tradicional capa roja y con la misma cruz de plata que había llevado como arzobispo de Buenos Aires.

Desde su llegada al Vaticano, eligió vivir en la modesta Residencia de Santa Marta en lugar del imponente Palacio Apostólico. Su primer viaje como papa no fue a una capital europea ni a una catedral histórica, sino a Lampedusa, una isla italiana donde cientos de migrantes pierden la vida intentando alcanzar Europa.

Qué cambió Francisco en el ritual del funeral papal
Quizás suponiendo que no quería para sí mismo los lujos con los que se acostumbraba homenajear de manera póstuma a los pontífices fallecidos, el papa Francisco simplificó en noviembre de 2024 el ritual de los funerales pontificios.
Ya a fines de 2023, cuando su estado de salud comenzaba a generar creciente preocupación entre fieles y observadores, Francisco abordó con naturalidad el tema de su muerte en una entrevista concedida a la periodista mexicana Valentina Alazraki.
Durante esa conversación, reveló dos aspectos significativos: su deseo de descansar en la Basílica de Santa María la Mayor -y no en San Pedro, como sus predecesores inmediatos- y su decisión de modificar el ritual fúnebre reservado a los pontífices.

"Ya está preparado el lugar", había confesado entonces. Esta basílica, una de las cuatro papales de Roma, alberga el ícono bizantino de la Virgen Salus Populi Romani, a quien Jorge Bergoglio manifestó una profunda devoción. "Es mi gran devoción. Y antes, ya cuando venía, siempre iba ahí el domingo en la mañana que estaba en Roma, me iba un rato allí. Sí, hay una ligazón muy grande", explicó.
Pero fue en esa misma entrevista cuando sorprendió con otro anuncio: "Lo simplificamos bastante", dijo sobre el ritual de los funerales papales. "El ritual lo estreno yo", agregó, con su característico tono humorístico.
Apenas meses después, el 20 de noviembre de 2024, el Vaticano publicó oficialmente la nueva edición del libro litúrgico que regula las exequias del Sumo Pontífice, ahora modificadas bajo los lineamientos de la Constitución Prædicate Evangelium promulgada en marzo de 2022.
Esto significa, entre otras cosas, eliminar la tradición de los tres ataúdes, el catafalco, el báculo papal o los tratamientos más allá de obispo y Papa.

Francisco, que recibió el primer ejemplar del volumen impreso el 4 de noviembre de 2024, aprobó su publicación el 29 de abril de 2024.
Pidió simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma "expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado”.
En concreto, el deseo de Bergoglio era que el nuevo rito subrayara “aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso hombre de este mundo”.
Anteriormente, el cuerpo del Papa se trasladaba a la capilla del Palacio Apostólico, ya que allí residía el pontífice, pero Francisco vive en la residencia de la Casa Santa Marta, por lo que se eliminó este paso.
En este contexto, Francisco pidió un ataúd sencillo de madera con revestimiento de zinc, renunciando a los tres cofres tradicionales.
Por otro lado, siguiendo con los lineamientos de su reforma, no será sepultado en los jardines del Vaticano, sino en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. “El obispo de Roma es un pastor y un discípulo, no un hombre poderoso de este mundo”, dejó escrito.
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