Diego Placente, el entrenador de la Selección de Fútbol Sub 20 que acaba de alcanzar una nueva final mundial, no solo es un estratega en el campo de juego. El exjugador demostró que su liderazgo va mucho más allá de las tácticas y se adentra en un territorio fundamental en el deporte moderno: la salud mental de sus dirigidos.
En medio de la presión de un torneo tan importante como la Copa del Mundo, donde la ilusión, el miedo y la exigencia se mezclan, Placente tuvo un gesto tan simple como poderoso: les regaló un cuaderno a cada uno de los jóvenes jugadores.
La historia de este regalo, que sorprendió a los futbolistas, fue revelada por su esposa, Julieta Rubinstein, en sus redes sociales, quien conmovió a todos al explicar el profundo significado que hay detrás.
Un espacio para "escribir abuela te extraño"
Julieta Rubinstein, que ya había hablado con Para Ti sobre la vida al lado del fútbol, detalló el motivo del obsequio de Diego Placente, revelando la sensibilidad y el aprendizaje que el entrenador tuvo a lo largo de su carrera.
El cuaderno, según su relato, tiene un propósito claro y urgente: darles a los chicos una herramienta para canalizar las emociones que la alta competencia genera.
Rubinstein escribió en su cuenta de Instagram que el regalo sirve: "Para que tengan una herramienta a mano cuando no pueden dormir. Para que dibujen, escriban 'abuela te extraño' o una carta enojados porque no son titulares... Para que no tengan que tomar un dormicum como tomabas vos ni darle una trompada a la pared."
Este fragmento es la clave que revela la vulnerabilidad que existe detrás de la imagen de fortaleza que a veces exige el fútbol. Placente, al compartir sus propias experiencias (la mención al dormicum o el impulso de la agresión), le da permiso a sus jugadores para que ellos también se sientan menos solos.
"Primero lo crees, después lo creás"
Placente entreó a los 21 jugadores ese cuaderno con un objetivo específico reflejado en el arte de tapa (realizado por El Niño Rodríguez, ilustrador del diario Clarín). "Primero lo crees. Después lo creas", dice en un fondo blanco debajo del dibujo de un chico con una pelota, mientras en la mano derecha sostiene un cuaderno.
Este gesto es un cambio de paradigma en el fútbol. La esposa del DT lo sintetiza a la perfección: "Así como no se saca un clavo con un martillo, no todas las emociones se resuelven pegándole más fuerte a la pelota. ⚽️".
La escritura se convierte así en una forma de entrenamiento mental porque poner en palabras es una forma de soltar y porque la mente también necesita descansar de la presión y el juego.
Con este gesto, simple pero poderoso, Placente está demostrando que el verdadero liderazgo en la nueva era del deporte no solo pasa por la táctica y la condición física, sino por validar las emociones y el bienestar integral de los atletas.
Otra muestra es la resiliente historia de la máxima medallista olímpica que hace algunos días visitó Buenos Aires, Simone Biles, quien -en el pico físico de su carrera- tuvo que retirarse de los Juegos Olímpicos de Tokio, en 2020, porque emocionalmente no se sentía apta para competir. Un gesto que, tiempo después, se transformó en una excusa para poner en relevancia la importancia del cuidado de la salud mental.
La historia de estos cuadernos es un hermoso recordatorio, no solo para los deportistas, sino para todos los chicos del mundo que eligen el deporte como filosofía de vida, de que es fundamental tener un espacio para poner la presión, la ilusión y el miedo en palabras.
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