A veces, la vida se detiene. Y no importa el protocolo, ni los compromisos, ni la corona. Cuando se trata de una hija, cualquier madre sabe que lo único urgente es estar cerca. Eso fue lo que hizo la reina Máxima de los Países Bajos al enterarse de que su hija, la princesa Amalia, había sufrido un accidente mientras montaba a caballo.
El martes por la noche, Amalia fue intervenida quirúrgicamente tras fracturarse un brazo. La operación fue exitosa, pero la situación movilizó a toda la familia real. La joven princesa, de 21 años, permanece internada en el hospital UMC Utrecht en observación médica, mientras se recupera del susto y la cirugía.
La reina Máxima no dudó en modificar por completo su agenda oficial para quedarse junto a su hija. Canceló su participación en el Congreso del CGAP que se realizaba en Ámsterdam y tampoco asistirá a la inauguración del Festival de Holanda, donde su esposo, el rey Guillermo Alejandro, estará presente sin ella.

El accidente también obligó a posponer la tradicional sesión de fotos veraniega, prevista originalmente para este jueves 12 de junio en los jardines del Palacio Huis ten Bosch. La nueva fecha será el 30 de junio, aunque aún no se confirmó si Amalia podrá participar dependiendo de su evolución.

Amalia, la heredera al trono de los Países Bajos, en los últimos años ha asumido un papel más visible dentro de la familia real, pero este incidente vuelve a recordarnos que, más allá de su rol institucional, sigue siendo una chica joven que trata de llevar adelante una vida normal más allá de su título de princesa.
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