Alex Freidig llegó a las audiciones a ciegas de La Voz Argentina desde la localidad de Huanguelén, al sur de la provincia de Buenos Aires. Allí realiza a diario un duro trabajo, a la intemperie, junto a su papá: son molineros, es decir, especialistas en el mantenimiento de los molinos.
Su gusto por la música lo adquirió desde muy chico: es parte de la tradición familiar saber tocar algún instrumento. Su abuelo, atento a sus condiciones, no dudó: a los 2 años le regaló una armónica y, al cumplir los 11, una guitarra.
La primera vez que pisó un escenario de La Voz Argentina, durante las audiciones a ciegas, cantó Rayando el sol, el conocido tema de Maná. Con una dulzura innata en su voz, un fraseo sencillo y claro, logró que todos los equipos dieran vuelta sus sillas: La Sole, Mau y Ricky, Montaner y Lali lo querían en sus equipos. La vencedora fue la nacida en Arequito.
En cada una de sus presentaciones posteriores, Alex fue impecable vocalmente y maravilló a los integrantes del jurado, quienes siempre le brindaron elogiosas palabras. Uno de los momentos más emotivos del certamen fue, sin dudas, cuando en un ensayo conmovió a su propia coach: Zona de promesas, el inolvidable tema de Gustavo Cerati, en su voz, fue fuerte para La Sole, que no pudo contener sus lágrimas.