Reinventarse: mucho más que la palabra del 2020 - Revista Para Ti
 

Reinventarse: mucho más que la palabra del 2020

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La psicóloga transpersonal y escritora Inés Olivero, autora de "Reiventarse", reflexiona sobre esta palabra símbolo del año, sobre autoestima y poder femenino, valentía y sensibilidad.

Desprendernos de las creencias es el principio del cambio. Foto: pixabay.

Luego de desesperados intentos por alcanzar nuestros sueños, percibimos que lo logrado no llega a satisfacer nuestra apetencia más profunda. Las pesadas responsabilidades que asumimos y las cargas que arrastramos no nos sirvieron para alcanzar la meta idealizada.

El escapismo reiterado a través de los años nos llevó a lugares más oscuros y más insatisfactorios cada vez y de pronto le ponemos nombre a lo que sentimos: estamos vacías.

Así empieza su columna exclusiva de Para Ti Inés Olivero, autora de Reiventarse (Editorial El Ateneo)

Inés Olivero. Foto: gentileza Editorial El Ateneo.

De qué hablamos cuando hablamos de reinventarse

Primero, un cambio de piel: desprendernos de aquellas creencias, hábitos y comportamientos que ya no necesitamos y proveernos de los recursos que serán útiles para el resto del viaje.

La mitad de la vida es un punto de inflexión y para cada una simboliza un límite cronológico diferente. Una nueva oportunidad para dirigirnos hacia nuestro ser sagrado.

Cuando podemos estar conscientes de nuestros actos, nos hacemos cargo y nos responsabilizamos por las consecuencias.

Cuando no tenemos ni idea de qué cosas hemos sepultado en lo profundo de nosotras mismas, o no queremos darnos por enteradas, el impacto es mucho más fuerte.

Nacimos, crecimos y vivimos obedeciendo mandatos y creencias pero no supimos quiénes éramos de verdad.

El libro sobre reinventarse que acaba de lanzar Inés Olivero. Foto: gentileza Editorial El Ateneo.

Para seguir el llamado interior necesitamos valentía.

Descubrimos que en nosotros existe un centro de poder que nos hace invencibles pero, en un comienzo, no nos animamos a confiar en él.

Asumir los obstáculos y los desvíos del camino. Los desvíos al propósito del alma son inevitables en muchos casos. Volveremos atrás toda vez que debamos resolver algo que nos quedó pendiente.

Conocernos a nosotras mismas

¿Sé quién soy yo? A esta altura del proceso, estamos viviendo un momento de ambigüedad. Nos debatimos entre el vacío y la esperanza. Todavía no alcanzamos claridad pero se insinúan algunos rayos de luz.

El autoconocimiento, clave en el proceso de cambiar y reinventarse. Foto: pixabay.

Dar la debida importancia a la autoestima nos permite recuperar el ser que somos.

En este cambio, no quiere decir que intentamos “ser mejores, más buenas”, en absoluto.

Cuántas veces nos sentimos solas y confundidas porque no tenemos una brújula adecuada para confirmar el derrotero que sería más conveniente elegir.

Nos espera otro conocimiento, el conocimiento de lo íntimo, ese mundo misterioso y desconocido que vivió en nosotras sin que nos diéramos cuenta.

Necesitamos hacernos de un lugar propio.  El arte, un lazarillo.

Cuando estamos abocadas en la producción de un acto creativo, todos nuestros sentidos obedecen a la inspiración que viene de adentro, que trae el mensaje que luego, las manos obedientes del artista realizan sobre su instrumento.

Descubrir la amorosidad

El respeto es el umbral desde donde relacionarnos. Solo será posible si antes hicimos un trabajo profundo para descubrir quiénes somos y aprender qué significa el respeto por una misma.

Si entendimos nuestras necesidades con amorosidad, entonces podremos comprender y respetar las necesidades de los otros, amorosamente.

La mayor carencia que padece el mundo es un hambre desesperado de amor. Estamos ávidos de una caricia, de un abrazo y hasta de una palmada en la espalda, como señal de cercanía

El paisaje interior es multidimensional y requiere, inicialmente, de una fina atención sobre nuestros pensamientos, asociaciones, estados de ánimo, posturas físicas, atracciones, repulsiones, debilidades y fortalezas. Es la capacidad de observar y aceptar lo que es.

En este momento existencial dejamos de esperar que nos den y comenzamos a sentir el verdadero placer de dar.

"Vamos a compartir la alegría de estar vivos, que es algo maravilloso y alcanzable".

El llamado de lo femenino

El imaginario colectivo desde tiempo inmemorial ha colocado el valor de lo femenino en un segundo lugar.

Al elevar el sentimiento amoroso hacia horizontes más amplios e incluyentes, vamos a compartir la alegría de estar vivos, que es algo maravilloso y alcanzable.

Cada persona adulta, capaz y responsable, puede crear un entorno donde las cualidades benéficas de respeto y amor, sean cultivadas en medio de una tarea común y compartida.

El tesoro femenino está en la capacidad de apreciar y vibrar con la totalidad de la creación.

Recuperar el fuego y la aventura de vivir

La vida es aventura y, para aprovecharla lo mejor posible tenemos que dignificarla. Es decir, salir de las reacciones en automático y apreciar a cada instante lo que se nos aparece en el camino.

Hablo de recuperar el fuego, porque lo traíamos al llegar al mundo y, todo el proceso de socialización y adaptación al medio, nos hizo ocultar buena parte de lo que somos.

Al apropiarnos de la fuerza vital, somos ejecutoras de todo lo que hacemos, no meros esclavas de la voluntad de los demás: pareja, familia, jefes, amigos, etc.

Vulnerables y en medio de la incertidumbre más tremenda, aparece una contención inesperada y magnífica. Aunque todavía no veamos con claridad, la sensación de que no estamos solos se va haciendo cada vez más presente.

Una espiritualidad naciente

El Ser Esencial sigue siendo un misterio, esquivo e inasible. Podemos intuir Su carácter sobrenatural si nos abocamos a una práctica constante y comprometida. Podemos presentir su presencia, a través de la fuerza transformadora que producen en nosotros los efectos de la meditación.

Con paz interior, crece el sentimiento de gratitud, hasta sentir que todo merece ser agradecido. La convivencia cotidiana se hace más afable, más solidaria y la cooperación con los demás es alegre o al menos, respetuosa

Hemos escapado de los moldes habituales. Esa incomprensión fue dolorosa y al mismo tiempo útil, porque nos dejó solos frente a nuestro propio misterio.

Ahora podemos hacernos cargo de nuestras acciones y tomar la responsabilidad que nos concierne frente a errores y aciertos.

Eso nos espera. En nuestro inconsciente reside una búsqueda silenciosa. Allí se mantienen los secretos más profundos de nuestra condición humana. Estamos llamadas a la trascendencia.

Habitan en nosotros el alerta de los sentidos, la intuición y las sensaciones del cuerpo, toda una serie de percepciones que merecen ser tomadas en cuenta. Si le damos entidad a este potencial, descubriremos en nosotros una fuerza capaz de superar toda adversidad, todo obstáculo. Y la certeza de que podemos encarar cada día la construcción de nosotras mismas.

Hemos hecho hasta aquí un recorrido de las posibilidades que más nos identifican dentro de la condición humana. Nuestro trabajo no es para ser mejores y lucir nuestros logros, simplemente se trata de demoler las creencias, sentimientos y pensamientos que nos mantienen alejados de Lo Trascendente.

La autora. Inés Olivero es Psicóloga transpersonal, escritora, conferencista, licenciada en psicología (especializada en clínica de adultos), astróloga humanista y  presidenta de FUNDAPAP.

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Más información en parati.com.ar

 

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