El mundo se mueve rápido en todos los sentidos, y más aún en cuestiones de tendencias decorativas. Lo que hoy es un éxito arrollador mañana queda obsoleto, produciendo sin remedio una sensación de desfase. ¿Existe una decoración atemporal que siempre se vea bien y en la que sentirse en plenitud y feliz? Por supuesto, y a continuación te damos las claves para lograrla.
Para empezar, a la hora de sentar las bases de la decoración de una estancia es conveniente elegir colores neutros como blanco, hueso, beige o gris. A sus grandes ventajas, como son favorecer la luminosidad y llevar de forma extraordinaria el paso del tiempo, se le suma que combinan perfectamente con el resto de colores y de estilos. Además, una gama cromática bien definida unifica los diferentes espacios percibiéndolos como un todo.

Una base de color neutro
Los colores neutros son un valor seguro para planificar una decoración atemporal en cualquier lugar de la casa. Considerado el nuevo blanco, el gris otorgará un carácter más sofisticado al conjunto ya que es elegante y muy versátil. Con todo y con eso, estos tonos también necesitan texturas y pinceladas de color para evitar un resultado plano y aburrido.

El color de acento
A la hora de introducir colores, hacerlo con llamativos o intensos es el mejor recurso para dotar de personalidad una estancia. Sin embargo, dependiendo de cuál sea el elegido puede condicionar en exceso. Por ejemplo, un azul turquesa en pleno invierno quizá no transmita la calidez deseada en esos meses de frío y lluvia. Lo recomendable es hacerlo en elementos pequeños como cojines o jarrones e ir renovándolos conforme transcurren las estaciones. De esta manera se disfrutará de una estancia actual y renovada siempre.

El gusto por las líneas sencillas
Cuanto más limpia y sencilla sea la línea de un mueble, más atemporal resultará. Esto no significa que no puedan utilizarse piezas de época o antigüedades, todo lo contrario en realidad, sino que la base debe ser lo más neutra posible no solo en color sino también en diseño.

El respeto por los elementos arquitectónicos
Vigas, bóvedas, arcos o revestimientos son algunos de los tesoros que albergan muchas viviendas. Contrariamente a lo que pueda parecer en un principio, utilizarlos es una magnífica elección que enriquecerá el conjunto imprimiendo mayor atemporalidad.

La eterna madera
Hay materiales con los que siempre se puede contar ya que el tiempo no pasa por ellos. La madera es una gran aliada para diseñar una decoración atemporal, siempre y cuando se elijan tonos medios o claros que potencien la luminosidad y la amplitud visual. También debe procurarse seleccionar muebles de calidad y buenos acabados puesto que, a la larga, se notará la diferencia. Priorizar calidad sobre cantidad siempre es un acierto.
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El mágico cristal
Un material por el que no pasa el tiempo, pero sí la luz con lo que aligerará la estancia haciéndola más fresca. Para ser un gran aliado de la decoración atemporal se recomienda que sea de líneas sencillas y transparente, aunque hay excepciones como las tradicionales damajuanas que soportan bien el transcurso de los años.

Las fibras naturales
Además de la madera, los materiales naturales poco tratados como el barro y las fibras naturales resultan idóneos en este sentido. Ratán, mimbre o yute se convertirán en los básicos indispensables pudiendo utilizarlos en cestos de almacenaje, alfombras o pequeños muebles.
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El televisor y otros dispositivos
Si bien la tecnología no está reñida con la decoración atemporal, es indispensable buscar soluciones que la integren o la ayuden a pasar desapercibida o resultará realmente antiestético y forzado.
Fuente: Arquitectura y Diseño
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