Un estudio del CIS (Centro de Investigaciones Sociales de España) muestra que el 5,9 % de los jóvenes españoles son bisexuales, más que el 2,8% que son homosexuales. Las personas bisexuales ahora expresan su orientación sin miedo a ser juzgadas.
Los adolescentes se aventuran a experimentar con uno u otro género. Es más, en estas épocas, las nuevas generaciones ya no se lo cuestionan y es parte saludable del desarrollo de sus sexualidades.
Es la presión del medio la que impone una definición de la orientación/género, casi siempre binaria: hombre/mujer, heterosexual/homosexual, como si las dinámicas subjetivas tuviesen que dar una respuesta apenas comienza la edad adulta “tenés que saber qué querés hacer, qué querés estudiar, qué querés amar, qué querés hacer de tu vida”.
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La orientación bisexual
La bisexualidad es una orientación propia y no una forma de homosexualidad encubierta. No es estar en el medio de dos alternativas posibles, tampoco el bisexual alterna de cuerpos según sus necesidades eróticas.
El bisexual puede amar a ambos géneros. Sin embargo, ambas líneas de atracción no tienen siempre el mismo grado de interés y de deseo. Hay una que puede primar sobre la otra. Una persona bisexual se puede excitar y ser funcional sexualmente con ambos géneros, más sentirá que uno de los dos le provoca mayor excitación y, sobre todo, la posibilidad de armar un vínculo amoroso.
El hacer en la cama no define la orientación
Las prácticas sexuales no definen ninguna orientación, que a un hombre le guste ser penetrado o que ese mismo hombre le guste penetrar por el ano a una mujer nada dice de su “orientación dormida”.
Existen muchas conjeturas al respecto, he escuchado mujeres que luego de separadas de sus esposos por “descubrir” que tenían relaciones homosexuales, dicen: “Con razón le gustaba penetrarme por el ano” o “estaba conmigo y seguro se imaginaría estar con el otro”.
Puede ser que la fantasía homosexual aparezca en la relación heterosexual, pero su presencia no define que lo sea, es solo una fantasía. En este punto es posible observar las limitaciones de los hombres para expresarlas: les encanta que la mujer verbalice fantasías de estar con otra mujer, pero las rechazan cuando es la mujer la que fantasea verlo a él con otro hombre.
Consideraciones respecto a la bisexualidad
- El bisexual no es un homosexual encubierto, es una orientación en sí misma.
- El bisexual no es un “curioso” de otras orientaciones (orientaciones flexibles o elásticas), establece relaciones sólidas y perdurables con personas del mismo sexo o de otro sexo.
- La persona hetero u homoflexible busca experiencias sexuales, descubre nuevas sensaciones eróticas. El bisexual va más allá, puede construir un proyecto sexoafectivo.
- Es frecuente que la persona bisexual no revele a su pareja la verdad de su orientación, sobre todo cuando la relación es heterosexual.
- Las relaciones homosexuales aceptan más la orientación bisexual, es más, muchos homosexuales (hombres y mujeres) tuvieron relaciones heterosexuales, sobre todo en sus primeras exploraciones o por la presión social y religiosa.
- La historia sexoafectiva de cada miembro de la pareja no debe causar problemas. Muchas parejas se quedan ancladas en la historia sexoafectiva del otro provocando dudas, celos, reproches. “En este momento estamos juntos, nos elegimos; no podemos vivir en el pasado de cada uno como si fuera el presente”, esta debería ser la pauta por seguir.
Por Walter Ghedín, médico especialista en psiquiatría y sexología.
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