Giambattista Valli fue el diseñador encargado de cerrar el primer día de la Semana de la Alta Costura de París. Bajo el nombre de L’Instant y decorado con globos con formas de animales marinos con una visión infantil, el creador italiano volvía a desfilar sobre la pasarela de Haute Couture (ha estado ausente físicamente desde 2019).
El desfile de Giambattista Valli, una firma que plasma lo que significa la exclusividad y dedicación de cada prenda en la actualidad, se llevó a cabo en Place Vendôme, ubicada en el corazón de la inigualable Ciudad de las Luces.
Como si de una fiesta se tratara, los globos gigantes a lo largo del show fueron los encargados de recordarle a los asistentes que se trataba de una importante celebración. El diseñador italiano conmemoró la fecha de la mejor manera: con sus nuevos diseños en un incomparable escenario.
Una cita en la que cumple diez años, pues hace una década que se le incluyó en la lista de los grandes diseñadores que podían participar en la pasarela más exclusiva del mundo de la moda, y desde entonces no deja de sorprender y continuar con sus códigos de moda que tanto perduran.
Valli abrió el desfile con diseños más sencillos con estilo preppy llenos de volados, lazo, diamantes y plumas donde el color protagonista fue el blanco, acompañados de plataformas extremas y gafas de sol XL con forma del insecto que invade nuestras vidas: las mariposas.
Iluminando todas las pasarelas por las que pasa con los colores más brillantes y alegres siendo el tul el protagonista en la segunda parte de su desfile.
Invadió todos y cada uno de los vestidos de grandes volúmenes que caían desde la cintura o con un corte sirena donde recaía todo el peso en los tobillos.
El broche final del desfile lo marcó la modelo y amiga del diseñador Bianca Brandolini, con un vestido inmenso de tul rosa pastel.