#LasElegidas, Agostina Mileo, Comunicadora Científica: "Aunque el mundo sea un lugar cada vez más hostil y que eso dependa casi exclusivamente de 8 varones ultra ricos, saberlo no es aceptarlo" - Revista Para Ti
 

#LasElegidas, Agostina Mileo, Comunicadora Científica: "Aunque el mundo sea un lugar cada vez más hostil y que eso dependa casi exclusivamente de 8 varones ultra ricos, saberlo no es aceptarlo"

Durante todo el Mes de la Mujer, Para Ti presenta #LasElegidas, una serie de entrevistas a diferentes mujeres que supieron luchar en su ámbito, destacarse y convertirse en referentes pero que nunca fueron tapa. Desde este espacio les damos ese lugar tan merecido, las ponemos en el podio. Compartimos sus historias de vida y celebramos sus logros: son inspiración para todas. Esta vez te presentamos a Agostina Mileo.
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Agostina Mileo tiene 34 años y es una mujer de ciencia. Vive en la Ciudad de Buenos Aires junto a sus dos gatos y, afirma, lo que más le gusta en el mundo es debatir lecturas en grupo.

Si se tiene que definir profesionalmente, admite que es como "comunicadora científica", aunque su trayectoria académica es bastante más extensa: estudió Licenciatura en Ciencias Ambientales, hizo una Maestría en Comunicación Científica, Médica y Ambiental y está haciendo la tesis en el Doctorado en Historia y Epistemología de la Ciencia.

Por cómo hablar y plantea sus argumentos, es fácil deducir que no piensa ni dice nada "porque sí". Expresa sus ideas con claridad y convicción y se anima, mientras se prepara para la sesión de fotos con Para Ti, a contar que en algún momento de su vida fue bailarina.

-¿Cuándo surgió en vos el interés por la ciencia?


-Como todas las niñas, preguntaba cosas como ¿por qué hay viento? o ¿qué comen los árboles?, pero supongo que esas preguntas estaban en mí antes de empezar a hablar. Así que no puedo asociar el interés por la ciencia con un momento. Sobre todo porque, si hubo un momento, sigo ahí. No es que pasó el tiempo y me alejé de las primeras expresiones de ese interés. Las mismas preguntas que me hice en la infancia pueden complejizarse constantemente, las repuestas se pueden modificar, contradecir. Creo que por eso esa primera curiosidad por la ciencia se transformó en curiosidad por la actividad científica, porque ya no quiero tanto saber qué comen los árboles sino por qué los científicos afirman que comen tal cosa.


Y añade, para redondear mejor su respuesta y definir de qué manera percibe lo que ocurre a su alrededor: "Entonces yo ya no diría que tengo un interés por la ciencia que se despertó en un momento dado, sino que veo lo que me rodea en gran parte como una construcción científica. No es que la ciencia es algo que me interesa y después está el resto, es mi manera de asimilar los sucesos".

En cuanto a cómo se siente con la Ciencia en general y a cómo esta esfera de la humanidad interactúa con la existencia de las personas, si es que realmente les llega algo de lo que comúnmente se conoce como "avance científico", afirma: "Me parece una contradicción asombrosa que se afirme que los avances científicos son avances para la humanidad cuando en muchos casos van a estar restringidos por la propiedad privada", apunta y desarrolla su idea: "No hablo solo de casos como las vacunas, que son un derecho para todos pero se distribuyen de forma inequitativa, están limitadas por patentes, proveen enormes ingresos para capitales concentrados, requieren infraestructura para su producción que existe en muy pocos lugares, etc. Hablo también de que para poder leer muchos trabajos de investigación hay que pagar suscripciones a las revistas que los editan", sentencia.

"Pero sobre todo me refiero a que, para que las ciencias sean verdaderamente un bien común, deben poder ser intervenidas, discutidas y apropiadas por comunidades no científicas. Y hoy eso no sucede. Son propiedad privada también en tanto las decisiones sobre cómo instrumentar el conocimiento se dan a puertas cerradas, tanto en las comunidades científicas, como en las instituciones públicas, como en las compañías. La posibilidad de poseer conocimiento redunda en una privación del ejercicio de la ciudadanía" y quizás movilizada por estos ideales es que ella dedica parte del contenido de su cuenta de Instagram @labarbiecientifica a entrelazar hitos de la vida cotidiana a través de la ciencia: en sus reels es posible encontrar una enorme variedad de temas, como "La panza de birra no existe" o "Mito de depilarse vs. afeitarse", entre otros, que no solo resultan informativos sino que son entretenidos y explicados de una manera amena.

Foto: IG @labarbiecientifica

-¿De qué manera empezaste a alzar tu voz?

-Nunca fui una persona muy callada la verdad y siempre hice cosas para llevar a cabo mis convicciones. Me acuerdo, por ejemplo, que cuando tenía 8 o 9 años formé una “brigada ecologista” por carta mediante la revista Billiken que consistía en juntar basura de la vereda o decirle a los vecinos que cerraran la canilla mientras se lavaran los dientes.


Estas inquietudes que tuvo desde muy chica la fueron llevando a hoy encontrar en las redes sociales un canal de expresión y divulgación: "Después lo que he construido es una voz pública como ejercicio de mi oficio, y eso empezó en 2012 cuando terminé el Posgrado en Comunicación Científica, Médica y Ambiental y abrí el Facebook de La Barbie Científica. Al principio, difundía e interpretaba noticias. Compartía algo que hubiera salido esos días y respondía cuatro preguntas: qué dice la noticia, cómo lo supieron, en qué avanza el estudio y para qué sirve", precisa y luego recuerda: "A fines de 2016, cuando escribí mi primera nota para EcoFeminita comencé a hacer artículos más editoriales, en los que la teoría crítica feminista tiene un rol central para pensar ciertas cuestiones como expresiones o evidencias de sistemas y estructuras".

"Y por último, en 2020 empecé con el newsletter de ciencia en Cenital y me tocó cubrir toda la pandemia, así que ahí tuve la oportunidad de expresar mi punto de vista sobre algo que abarca todas las áreas de conocimiento y todos los aspectos de la vida", resume.

-¿Qué encontraste del otro lado cuando empezaste a dar a conocer tus ideas?

-Sobre todo, mucho cariño. Podría hablar de espacios, personas, iniciativas, invitaciones, propuestas, oportunidades, recibí y recibo mucho de todo eso, pero creo que cada una de esas cosas puede contenerse en el ejercicio del cariño. No necesariamente hacia mí, sino a la idea de que aunque el mundo sea un lugar cada vez más hostil y que eso dependa casi exclusivamente de 8 varones ultra ricos, saberlo no es aceptarlo.

Foto: IG @labarbiecientifica


"Creo que cuando alguien (en este caso yo) hace algo que no pretende cambiar el mundo, sino hacer menos cruel el hábitat de su comunidad, se genera una mirada cariñosa. Por supuesto hay mucha gente que escruta lo que proponen otros para reducir a sus defectos o falencias tanto la iniciativa como a la persona. Pero mis ideas, en general, han recibido cariño. Mucha gente las cuida, las mejora, las hace viajar, las valora, pone su cariño en ellas y las transforma en cariño para otros".

-¿Es difícil ser una mujer de ciencia?

Sí. Es difícil ser una mujer. O más bien siempre es más difícil que ser un varón de la misma clase social, etnia, orientación sexual y profesión.

-¿En qué consiste básicamente MenstruAcción, cuáles son los fundamentos básicos que se plantean?

-El fundamento básico de #MenstruAcción es que la menstruación es un factor de desigualdad. El punto de partida, la forma en la que nosotras detectamos que el estigma sobre la menstruación es un ejemplo paradigmático de violencia de género, es el hecho de que no todas las personas que menstrúan pueden adquirir productos para contener el sangrado. Esto genera dificultades en el acceso a derechos. Por ejemplo, porque, frente al temor de mancharse, hay personas que dejan de ir a la escuela o a trabajar. También porque usan lo que tienen a mano y padecen mayor riesgo de infecciones.

Foto: IG @labarbiecientifica


Y luego da cuenta de cómo se puso en marcha esta iniciativa: "A raíz de un análisis exhaustivo de la cuestión, recabando fuentes de todo el mundo y armando nuestros propios datos, basamos la campaña en tres reclamos: quita del IVA para los productos de gestión menstrual, provisión gratuita en espacios comunitarios como escuelas, cárceles, universidad y hospitales y promoción de la investigación y socialización de datos al respecto, porque hay mucho vacío de conocimiento sobre la cuestión y ni que hablar de información".

Y luego cuenta los frutos que ha tenido esta campaña: "Estamos muy orgullosas de haber logrado que Argentina sea el primer país de la región en tener leyes de salud menstrual, de haber dado talleres en un montón de provincias, de haber generado un material para docentes de descarga gratuita, así como un software de código abierto que nos permite calcular el costo de menstruar cada semestre. La campaña excedió ampliamente nuestros pronósticos más optimistas y nos dio, sobre todo, formación militante autogestiva. Más allá de sus logros, creo que es una experiencia que muestra que la institucionalización de los feminismos no es la única forma de impulsar políticas públicas", reconoce.

Fotos: Fabián Uset

Edición de video: @cristian_calvani

Fundación L’Oréal a través de L’Oréal Argentina y Fundación Pescar presenta Belleza por un Futuro, una capacitación gratuita en peluquería o maquillaje a personas de entre 18 y 40 años en situación de vulnerabilidad socioeconómica. Este programa contempla, además, un acompañamiento en competencias socio-emocionales y laborales complementarias, elementales para la formación profesional. Es posible gracias a las marcas, espacios y profesionales que cada año donan horas o herramientas de trabajo, no sólo para que siga adelante, sino para que continúe expandiéndose.

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