Un informe de las Naciones Unidas señaló recientemente que el "El cambio en la dieta puede tener beneficios ambientales”. Y es lo que persiguen las personas climatarian, "las que eligen qué comer de acuerdo con lo que es menos perjudicial para el medio ambiente, buscan alimentos de temporada, que estén producidos en el entorno y de manera responsable", detalle el informe emitido por la empresa Trendsity. En este sentido, Juliana Awada es un buen referente como climatarian ya que consume a diario los productos que le genera su huerta.
Además los climatarian se inclinan por la venta a granel o la reutilización de envases. Diferente de lo que ocurre con una persona vegana o vegetariana, pueden o no consumir carnes, la razón es que consumir sólo fruta o verdura no implica respeto al medio ambiente (por ejemplo en el caso de fruta envasada en bandejas de plástico). Quizás, si hay un corral de aves cercano, consumir esa carne pueda ser más beneficioso desde el punto de vista del medio ambiente.
Los climatarian están preocupados por calcular a través de las etiquetas de alimentos la huella de carbono y la huella híbrida, referido a la cantidad de agua que se usa para producir el alimento. Cada vez son más las marcas que intentan ir por el camino de detallar la huella de carbono y el impacto en el medio ambiente de la fabricación de sus productos en sus etiquetas.
En una tendencia creciente que sin embargo no es ajena a debates, por ejemplo qué tan precisa es la medición del impacto y cómo comunicarlo de la manera en que el consumidor la pueda entender sin demasiados conocimientos específicos. Si bien es una tendencia incipiente, esperamos que en un tiempo este tipo de etiquetado se vuelva cada vez más la norma. Ya hay apps para poder calcular esta información, será tarea de las marcas poder lograr bajar esos datos a un esquema comprensible para las personas.
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