“¿Por qué no vienen ahora a casa y se quedan unos días?”, dicen que Claudia les preguntó a sus hijas el jueves a la noche, cuando todavía estaban en el cementerio de Bella Vista. Al principio las chicas dudaron un poco. Tenían que mudarse -con sus hijos y Dalma, con su marido también- a la casa de su mamá y no estaban del todo convencidas.
Parece que la primera en aflojar fue Giannina. “Yo no tengo ánimo para nada. Estar juntos nos va a hacer bien”, reflexionó y Dalma se sumó de inmediato al plan. Asi fue como decidieron instalarse en la casa de la Tata (como llaman a su mamá) por tiempo indeterminado.
El refugio de mamá

Posiblemente, a Diego le hubiera gustado que -después del conflictivo velatorio del miércoles pasado- las tres mujeres de su vida decidieran pasar unos días juntas y tranquilas, tal vez, mirando fotos y videos, recordando anécdotas de los años que pasaron juntos, en familia.
Dalma y Giannina siempre se movieron en bloque y respaldaron a su madre en todo: jamás hubo una grieta entre ellas. Es más, cuando Diego criticaba públicamente a Claudia y ellas se enfurecían era, precisamente, Villafañe quien ponía paños frios, le quitaba importancia al enojo de Maradona y les pedía a sus hijas que mantuvieran la calma. “Ya se le va a pasar”, comentan que era la frase de cabecera de la participante de Masterchef. Por ello, nadie se sorprendió de verlas tan unidas durante el velatorio y entierro de Diego.
Lo que sí, tal vez, fue una gran sorpresa para todos fue descubrir que el amor de Claudia es tan generoso e infinito que fue ella misma quien se encargo de contener a Jana, que tiene a su madre lejos -Valeria Sabalain, vive en Ibiza (España)- en el cementerio de Bella Vista. El abrazo de Claudia a esas tres hijas de Diego será, posiblemente, una de las imágenes más conmovedoras que nos quedará de ese inolvidable 26 de noviembre.