Manos que tejen, manos que abrigan: una "cálida" consigna solidaria para los que están en situación de calle - Revista Para Ti
 

Manos que tejen, manos que abrigan: una "cálida" consigna solidaria para los que están en situación de calle

Abrigar a las personas que están en situación de calle es una de las metas que año a año se ponen quienes integran #TuCuadraditoAbriga, una movida de la que puede formar parte quien sienta ganas de sumarse. Sus colaboradores nos animan a "dar el primer paso" y realizar un pequeño aporte, tejiendo o comunicando, para hacer menos frías las noches de invierno para quienes viven en situación de calle.

La consigna es simple y clara: "Tu cuadradito abriga" (@tucuadraditoabriga) es una campaña que invita a las personas a tejer cuadraditos de 20 x 20 centímetros en cualquier lana, punto o color, de la manera en la que sepan hacerlo.

Una de sus colaboradoras, Andrea, se encuentra al frente de esta movida solidaria en Saint Trinnean´s College de San Isidro hace ya 7 años. "La idea surgió dentro de la comunidad del colegio en el 2014, cuando planteamos algo ya habíamos hecho al año anterior con Gonzalo Rinaldi desde Un minuto de vos y Red Solidaria. La directora nos recibió porque es una persona sumamente solidaria y en seguida nos dijo que sí, entonces nos comunicamos con Gonzalo, que vino a dar una charla solidaria al colegio en la que explicó de qué se trataba "Tu cuadradito abriga", de la que participó toda la comunidad escolar: directivos, alumnos, padres, y la gente que trabaja en el colegio. Así empezamos a ver cómo se armaban los cuadraditos, cuántos se necesitaban para armar cada frazada (que lleva 54 ) que mide 1,20 x 1,80".

¿Cómo organizan cada año esta movida? "Nuestra metodología de trabajo cambió a lo largo de los años porque fuimos aprendiendo. Una vez iniciadas las clases, a fines de marzo -cerca de Semana Santa- se envía una nota anunciando que va a empezar la campaña, así ya todos los que desean colaborar pueden ir comprando la lana y poniéndose a tejer. Somos 10 madres las voluntarias más muchas personas del colegio que están abocadas permanentemente a esto".

Cuenta Andrea que con una frazada de muestra, recorren aula por aula comentando la campaña e instando a los chicos (y grandes) a que se sumen, que les cuentan a sus familias cómo pueden colaborar. "Para primaria hicimos unas bolsitas de tela para que los chicos puedan guardar sus cuadraditos cuando se los mandan sus papás, un poco con la idea de "contagio", porque se ponen contentos cuando sus familias les mandan los cuadraditos y si el compañerito vio eso, le va a pedir a la mamá que le mande, y así empiezan a tomar esa conciencia de ese juego de "vamos a colaborar".

Para incentivar a los más grandes, por otro lado, disponen de cajas decoradas en las que pueden depositar las bolsas con los cuadraditos, que las mamás van retirando y almacenando hasta el momento de armar las mantas.

El colegio juega un rol fundamental: desde prestar sus instalaciones para que allí se junten las voluntarias a tejer, hasta demostrar una enorme predisposición desde su personal a sumar su granito de arena. Andrea destaca a Eduardo, el portero, quien se toma la molestia de poner y sacar los banners de la campaña en el frente del colegio, ya que en este momento de pandemia, los padres no pueden ingresar al colegio. Además, cuenta que la directora, las chicas de la cocina y hasta las docentes siempre tienen un cuadradito tejido para aportar.

Otra pieza fundamental son los chicos, con los que han organizado desde talleres de tejido hasta jornadas en las que todos tejen en conjunto mientras comparten un momento divertido. Esto era posible hasta que, el año pasado, la pandemia obligó al cierre del colegio.

Entonces tuvieron que reinventarse. Primero, se decidieron a abrir una cuenta de Instagram (@st.cuadraditos) en la que no sólo dieron a conocer las campañas que llevan realizadas hasta el día de hoy, sino que los hizo conocidos por fuera de los límites del colegio: mucha gente se pone en contacto para saludar, preguntar cómo colaborar, dónde entregar sus cuadraditos según la zona en la que viven. Y también para contarles historias que les traen mucha alegría: "Hemos recibido mensajes de personas a las que les han dado lana a sus madres para que tejan, quizás una mamá que estaba sola, sin saber qué hacer, y esto la sacó adelante tremendamente, se siente útil. Eso también a nosotros nos pone muy contentos".

Otra de las cosas que hicieron para mantener la campaña a flote durante la pandemia fue aprovechar los recursos que les habían quedado del año anterior. No podían contar con el gran apoyo que les brindaba el colegio, así que utilizaron cuadraditos sobrantes, llegaron a repartir algo de lana: lograron hacer 30 mantas, "que es una barbaridad, fue increíble y estamos re contentos por eso", expresa Andrea.

Además de los cuadraditos, piden que les donen lana y frazadas que ya no usen que se deben entregar limpias y en buen estado. "Uno tiene que donar lo que no está usando que sabe que puede ser útil para otro, no lo que no sirve", enfatiza. Todo suma a la hora de abrigar a alguien que duerme en la calle.

La organización es fundamental para el éxito: "Sabemos que con un ovillo de lana salen 6 cuadraditos, y cada uno es muy valioso. Este año como pudimos volver al colegio, nos donaron lana, pudimos comprar también, el colegio llegó a mandar la nota convocando a las familias para la campaña".

Sin importar de qué manera, con qué tipo de lana ni de qué color, sumarse es muy fácil: tejiendo al menos un cuadradito de 20 x 20 centímetros: "La importancia de que la gente sepa que con un cuadradito están ayudando a abrigar a personas en situación de calle que pasan frío", remarca Andrea haciendo hincapié en lo fundamental que es la comunicación de esta campaña.

"Tratamos de darle difusión para que la gente se anime a dar el primer paso, que es el más importante. Pueden escribir en cualquiera de las redes de TCA que les van a indicar qué hacer. En el colegio Saint Trinian somos punto de recepción, estamos Avellaneda 450 (San Isidro), en horario escolar", detalla mientras hace énfasis en animarse a "dar el primer paso (...) empezar en tu comunidad, hacerlo en tu colegio, en tu club, hablar con la gente, tratar de armar un grupo. Al principio a nosotros nos daba vergüenza, pero eso significaba que con eso no estábamos abrigando a la gente".

Según su óptica, "solidaridad" es sinónimo de "agradecimiento": "Soy una agradecida de poder estar en esta campaña, de ayudar, de poder abrigar, agradecida del colegio por todo su apoyo, a nosotros nos llena el alma poder abrigar, saber que al menos pudimos hacer una frazada, que al menos, una persona pasó menos frío".

"Es muy lindo y de verdad uno cuando sabe que logró hacer una manta que va a abrigar a alguien que vive en la calle, esa sensación que te va a hacer sentir tan contento que es realmente, un camino de ida", concluye.

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