La depresión es, de acuerdo a lo expresado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las principales causas de pérdida de la calidad de vida de una persona, ya que produce incapacidad a la hora de afrontar los quehaceres cotidianos.
A esto se suma el tiempo especial de pandemia que se vive en la actualidad que agudiza los síntomas, y que ha provocado un aumento de casos. En el contexto de Argentina, el amplio período de aislamiento y las crisis económicas y laborales hacen que esta realidad sea aún mayor.
Confundir tristeza con depresión
Sucede de manera corriente que las personas expresan “estoy deprimido” haciendo referencia a la tristeza. La realidad es que depresión y tristeza son dos cosas diferentes. En la tristeza hay un estado de ánimo exacerbado y una hiperemotividad negativa, mientras que la característica de la depresión es la apatía, es decir, un gran desinterés y falta de motivación por la vida. Una persona con depresión ve de manera negativa a su futuro, su entorno y a sí misma.
La depresión puede expresarse de diferentes formas, muchas de ellas hasta contradictorias. Hay quienes no pueden dormir y quienes duermen en exceso, hay quienes dejan de comer y quienes comen desmedidamente, hay quienes no pueden salir de la cama y quienes se vuelven hiperactivos, por lo cual se suele hablar de depresiones, ya que sus manifestaciones son muy diferentes y esto hace que sea algo difícil de diagnosticar para quien no es un profesional.
Causas de la depresión
Las depresiones se dividen en dos grandes grupos, las que están relacionadas a factores orgánicos, relacionados a carencias en el organismo de algún neurotransmisor y que no tienen relación alguna con factores externos, y las que son consecuencia del contexto. Dentro del segundo grupo se destacan, a la hora de ver las causas de la depresión, variables tales como estresores familiares (familias nocivas o violentas), problemas económicos o situaciones traumáticas graves. Es estas causas pueden sumarse, en ciertas circunstancias, duelos, pérdidas, etc.
Adolescentes: cuando estar atentos
En la adolescencia es importante tener en cuenta cambios de conducta repentinos, y aislamientos en chicos que no tenían la tendencia a ser personas aisladas. Muchos adolescentes piden ayuda a sus padres y no son escuchados, la depresión en adolescentes no es una muestra de debilidad o algo que se pueda superar con tiempo o poniéndose más positivo, puede tener consecuencias graves y requiere tratamientos a largo plazo.
De todas maneras, no todo adolescente que se recluye y pasa horas encerrado está mostrando señales de depresión, es importante tener en cuenta que los chicos, en la actualidad, viven de manera virtual lo que muchos que hoy son adultos lo hacían en la vida real. Sus amistades, juegos, momento de socialización, comunicación con otros están mediados por internet y esto hace que pasen más tiempo en un estado que parece de reclusión y soledad, cuando no lo es.
Por lo cual es importante el esfuerzo por una buena comunicación, efectiva y afectiva con ellos. Igualmente, ante cualquier señal de alarma es muy significativo buscar ayuda profesional, ya que las consecuencias de la depresión suelen ser mayores en la adolescencia. En los jóvenes hay más posibilidades de que se desarrollen conductas impulsivas, autolesiones y hasta suicidio.
Cuándo y dónde pedir ayuda
A diferencia de lo que muchos creen, las depresiones no son algo que se solucione poniéndole ganas, o pensando más positivamente. De hecho, esperar o intentar que una persona que sufre de depresión piense o actúe de manera positiva, es nocivo ya que no es su elección hacerlo y se va a sentir más culpable y miserable al no poder lograrlo.
La depresión es un trastorno que necesita atención profesional, por lo cual es importante la consulta a un psicólogo o psiquiatra para tener un diagnóstico adecuado. Difícilmente se dude en visitar a un médico ante una afección física, la salud mental tiene el mismo valor y es importante la consulta a tiempo.
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