Con pisos de parquet de madera original, amplios ventanales y techos altos, este departamento de 116 m2 contaba con un increíble potencial pero necesitaba una renovación para reorganizar los flujos y las divisiones de los ambientes para adaptarse a las nuevas necesidades de la familia.
Como a menudo reciben visitas, querían un área social grande que pudiera reunir a familiares y amigos.
Así, el punto de partida fue la integración del living con el comedor y la cocina mediante la demolición de la pared principal, transformando toda la zona en un único espacio.
La amplia isla de granito permite la comunicación y responde a la dinámica de la familia. Además soporta el banco suspendido rematado con baldosas hidráulicas azules que sirve de asiento para la mesa de comedor, diseñada para albergar hasta 12 personas.
El lavadero también fue reubicado y permitió que la cocina creciera aún más.
La cultura del nordeste brasileño fue considerada en este proyecto a través de acabados, elementos de decoración y mobiliario.
Se priorizaron los materiales artesanales y naturales, creando un ambiente acogedor de "casa" dentro de un departamento.
La losa existente fue tratada y recibió un acabado de hormigón para ser un elemento característico del proyecto, contrastando con los muros que en su mayoría están cubiertos con elementos blancos como textura cruda, ladrillo y pintura. El piso de parquet original se revitalizó, aportando calidez al espacio.
La habitación de los peques fue diseñada para cumplir varias funciones. Se diseñó la litera con acceso lateral por escalera o por rocódromo. El cierre superior se realizó con cuerdas trenzadas manualmente. Junto a la cama hay un cofre para juguetes y una hamaca capullo. Un colorido mural cuenta una historia y trae el tema de la ciudad de una manera lúdica y divertida.
Durante el encargo, los propietarios pidieron incluir la sensación de resort al departamento, con espacios para relajar en una hamaca al final de la jornada.
También se aplicó esta solicitud en la suite principal, que originalmente contaba con un baño grande y disfuncional. Se redujo el baño y se sumó un gran armario con una pared de espejo para reflejar el paisaje exterior.
Las ventanas se abren a la vista de las copas de los árboles. Este sentimiento inspiró a los arquitectos a enriquecer esta relación con la vegetación. Por lo tanto, las plantas se ubicaron en todos los ambientes posibles y ayudaron a que el departamento fuera relajante, luminoso y acogedor.
Durante la reconstrucción se diseñaron bancos de hormigón visto, tanto en el living como en el toilette, que recibió una pintura en color morado "açaí" que contrasta con el piso negro, gris y blanco.
Ficha técnica
Ubicación: Brasília, Brasil
Arquitectos: Lez Arquitetura
Superficie: 116 m2
Fotos: Júlia Tótoli
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