Más allá de los argumentos que se esgrimen, los factores que llevan a una persona a violar el acuerdo de fidelidad son numerosos y no sólo hablan de desajustes en la pareja.
“Si bien la ciencia ha tratado de dar alguna a respuesta a esta conducta, no hay resultados concluyentes, fundamentalmente porque no hablamos de una patología sino de un comportamiento humano”, explica el doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo.
No hay una explicación física
“Ni los andrógenos (testosterona) ni la falta de sexo en la pareja llegan a ser factores únicos y determinantes de la infidelidad. En cambio, la búsqueda de experiencias nuevas ligadas al placer aparece como un estímulo irrefrenable”, asegura el especialista.
“La persona que es infiel sabe que su comportamiento transgrede una pauta vincular, más allá de eso -y aún sintiendo culpa- el beneficio sobre la estima es mayor que cualquier obstáculo”, suma Ghedin.
“La infidelidad es un comportamiento narcisista, las ganancias de saberse atractivo/a, de conquistar, de tener una sexualidad con otros u otros cuerpos e intensidades se guarda en el secreto de la valoración personal”, concluye.
Respecto a la repercusión que tiene en lo sexual, los beneficios eróticos de estar con una tercera persona se extienden a la cama de la pareja estable, aseguran algunos infieles.
El especialista no lo desmiente. “Es posible que la persona infiel esté más abierta y proponga nuevos juegos y poses. Existe el mito de que la persona infiel rehuye a tener sexo con su pareja estable y no es así. Por lo general, el sentirse seguro/a con otro cuerpo aumenta la confianza personal”
No asume el engaño y busca excusas
Día a día escuchamos como la computadora o el teléfono, se convierten en objetos de “deschave” y el psiquiatra asegura: “Quedarnos con la explicación pseudopsicológica “quería que lo descubrieran”, no es suficiente. Además de la torpeza -mails abiertos, contraseñas fáciles de adivinar, historiales expuestos, secuencia de mensajes de texto, etc- existe una condición narcisista que lleva al infiel a negar lo hecho e insistir en su inocencia a pesar de haber sido descubierto”.
Es más, muchas veces el infiel -además de negar el engaño- acusa a su pareja de violar su intimidad. “Somos humanos: todos asumimos sin esfuerzo los logros y no los errores”, explica el psiquiatra.
“Es lógico que, descubrir una infidelidad cuando era un valor a respetar, provoca crisis de diferentes intensidades en la pareja. En muchos casos ayuda a comunicarse mejor, a descubrir al otro que se había perdido en la cotidianidad”, asegura Ghedin.
“Eso si: las parejas que afrontan la infidelidad y deciden continuar juntos deben saber que los reproches, el “pase de factura” constante, el malhumor y la necesidad de saber los pormenores del engaño no ayudan para nada”, aunque aclara: “Tampoco se trata de un “dar vuelta la página” y hacer como si nada hubiera pasado. Aunque hoy en día hay mayor tolerancia, es menester afinar la comunicación y no dejar que la rutina arrase con todo”, determina el médico psiquiatra.
Asesoró: Doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo
