En el marco de una sociedad que prioriza la productividad y el "saber hacer", la filosofía de "no hacer nada" aparece como una práctica esencial para el bienestar mental y emocional. Se trata de un concepto y estilo de vida que propone momentos de inactividad consciente para reducir el estrés y fomentar la creatividad propia.
Acerca del concepto
Conocida como niksen en los Países Bajos y como el dolce far niente en Italia, la filosofía de "no hacer nada" es una práctica que tiene como principal propósito que la mente divague sin un fin específico.
En el concepto neerlandés, se busca reducir el estrés y prevenir el agotamiento mental; mientras que el término italiano, de manera casi similar, celebra el placer de "simplemente ser", sin la necesidad de estar realizando alguna actividad que mantenga la mente ocupada.

Ventajas de incorporar la filosofía
Incorporar la práctica de la inactividad consciente en diferentes momentos de nuestra vida puede resultar eficaz y beneficioso. A raíz de un ritmo de vida que nos obliga a estar continuamente cumpliendo tareas y responsabilidades, puede resultarnos necesaria la modificación en nuestro patrón de ciertos hábitos.
Te compartimos algunos de ellos:
- Reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés): al llevar una práctica que no implica más que relajarse y permanecer en calma, el cuerpo y la mente alivian tensiones acumuladas.
- Estimula y fomenta la creatividad: la inactividad, por defecto provocará el ejercicio de la red neuronal, haciendo que la mente divague sin un propósito específico: abriendo caminos, nuevas perspectivas e ideas novedosas para quien está mediando el proceso.
- Aumento de la autoconciencia: al adentrarnos en esta práctica, además de estimular la creatividad podemos acceder a una introspección profunda: identificando nuestras emociones, deseos, pensamientos y necesidades.
Cómo incorporar la filosofía en nuestra rutina
La clave para sumar este estilo en diferentes momentos de nuestra vida es encontrar momentos de pausa, que muchas veces están presentes incluso en situaciones en donde creemos tener millones de tareas pendientes. Dedicar unos minutos al día para simplemente estar relajado, sin tensiones ni distracciones puede resultar fundamental para el desarrollo del resto del día.
En esos intervalos, es fundamental mantenerse alejado de cualquier dispositivo que pueda interrumpir la práctica o provocar distracciones, el ejemplo más común son los dispositivos electrónicos. Debemos permanecer en conexión única y exclusivamente con nosotros mismos.
Por último, resulta imprescindible desarrollar la práctica en un ambiente cómodo y silencioso a través de una posición también cómoda, ya sea sentada, parada o recostada; la que consideres más eficiente para sentirte en conexión con vos misma.
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