La princesa Charlene volvió a brillar durante la ceremonia de clausura del Festival de Televisión de Montecarlo con un vestido largo en tono celeste pastel diseñado por Nicolás Ghesquière, director creativo de la firma francesa Louis Vuitton.

Su elección destacó por un escote halter cruzado que se transforma en suaves drapeados sobre los brazos, evocando la elegancia clásica de una diosa griega moderna.


El toque distintivo lo aportó el cuello alto, cruzado y cargado de sofisticación, que realza la silueta minimalista. El diseño sin estampas, pero con una caída fluida y un tejido delicado, suma movimiento y una textura refinada.

Para acompañar el look, la princesa eligió un recogido lateral con ondas al agua al estilo Hollywood clásico, un maquillaje sutil y accesorios discretos, que mantuvieron el foco en la armonía del conjunto y en su presencia serena.


En total, este outfit reafirma no solo su gusto por la sobriedad y el refinamiento, sino también el acierto al optar por una firma con tanto peso como Louis Vuitton en un evento de esta relevancia.

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