La periodista Connie Ansaldi compartió en la red laboral LinkedIn la experiencia de su hijo Vicente, a quien impulsó a trabajar el año pasado, cuando tenía 14 años. Tituló el posteo "Centennials en pandemia" y comenzó su relato diciendo que en mayo del año pasado, cuando se dio cuenta de que la pandemia (y el aislamiento) no iba a ser algo pasajero, vio la necesidad de buscarle otros incentivos.
"Con el colegio en modo virtual y sin vínculos sociales: ¿Cómo iba a retroalimenatrse un adolescente de nuevos desafíos y modos de ver lo aprendido? ¿Cómo iba a enriquecerse sin el debate cotidiano de ideas con sus pares? ¿Cómo podía yo fomentar la innovación en este contexto adverso dentro de mi propio hogar?" se cuestiona y añade: "Vincent: te vas a trabajar.
De inmediato el desafío le pareció fascinante. Si bien era asumir nuevas responsabilidades, también significaba incorporarse al Mundo de los que hacen. Ser parte activa", explica.
Luego, comenzó a describir su primer trabajo -en un bar- en atención directa al público: "Creo que todos alguna vez en la vida debemos pasar por el proceso de atender clientes en forma directa. Es un ejercicio de paciencia y humildad muy grande". Tras esa experiencia, tuvo que poner otras habilidades en juego: "Trabajó 5 meses en una empresa de cámaras de seguridad, aprendiendo a analizar KPI’s (su atención llevada al límite)". Finalmente, obtuvo un puesto que tiene que ver son sus gustos personales: "(Porque todo llega) se incorporó desde hace 4 meses a una Agencia de e-sports. ¡El trabajo soñado!", enfatizó Connie.
Además, destacó el valor agregado que Vicente está sumando con estas actividades: "Cuando mi hijo termine el colegio, ya tendrá 3 años de experiencia laboral detrás suyo. Experiencia invaluable que solo se adquiere empíricamente".
Y luego explicó la idea que la impulsó a incentivar a su hijo a meterse en el mundo laboral pese a ser un adolescente, destacando los beneficios del esfuerzo y del ejemplo del "hacer" (y no tanto del "decir"): "No solo tenemos que pensar afuera de la caja para nuestras empresas y clientes, sino y sobre todo, para aquellos que nos rodean. Amigos, familia, y fundamentalmente hijos. Son ellos quienes construirán lo que viviremos en los próximos 20 años. Y cuánto más capacitados, independientes y menos robotizados estén, mejor para nuestro hogar, nuestro país y el Mundo. Nuestros hijos no aprenden de lo que les decimos: aprenden de lo que hacemos".
